Somos de colores
¿De qué color es nuestra alma?
¿Es del mismo color que nuestra aura?
Si es así, fluctúa entre colores, dependiendo de nuestro estado emocional, también fluctúa en opacidad, siendo más o menos transparente dependiendo de nuestra vida.
Y nuestros chakras ¿de qué color son?
Los identificamos con colores del rojo al violeta, pero de verdad ¿estos vórtices energéticos tienen color?
Si es así, somos preciosos arco iris.
Siempre me sorprende la variedad de colores que hay en la paleta del pintor, pero me sorprende aun más, ver la gama de matices que existen cuando observo la naturaleza, solo con los verdes de la vegetación ya es incontable la gama de tonos y si admiramos a los animales, con sus espectaculares colores, resulta magnifico.
Me imagino a un creador poseído, jugando, con un pincel mágico, a mezclar colores e inventar tonalidades, para pintar de luz la tierra y a sus habitantes.
El otro día paseando jugué con los colores, miraba a la gente y me imaginaba un color, también me fije en el color predominante y curiosamente, a pesar de estar en verano era el negro… los deportistas de negro o gris, como intentando mimetizarse con el asfalto, eso sí, con algún toque de color para romper la seriedad de su entrenamiento.
Los colores hablan de nosotros, el color de la ropa con que nos vestimos, para salir a la calle cada día, ya nos dice como estamos anímicamente ese día. Si miramos el ropero hay variedad de colores, pero siempre hay uno más abundante, con el que nos sentimos más identificados.
Los colores con los que vestimos nuestro hogar, también hablan de nosotros, aunque hayamos meditado sobre un color en concreto para un determinado lugar, siempre puede ser más o menos suave y eso nos dice la cantidad de color que necesitamos.
“Somos de colores”…me encanta…y no me refiero a los colores de la piel, estereotipos muy generalizados, tengo un muy buen amigo angoleño quien no soporta que le llamen afro…el dice que es negro y además mucho, jajaja, yo le digo que hay diferentes tonos de marrón, o que los blancos no somos tan blancos, tendemos más a un tono rosado, tenemos una gran variedad de tonos de piel…pero eso no son más que carcasas, recipientes contenedores de energía.
Pero detrás de la piel, existen otros colores del alma, unos lo llaman aura, son los colores de los siete chakras principales. Son preciosos colores que definen nuestro estado.
Dicen, los que pueden ver el aura, que una persona bien equilibrada va rodeada de un hermoso arco iris.
Alma pura, equilibrio, dicen que la energía fluye a través nuestro como un arroyo con varias cascadas, con esa corriente de agua que cae con un hermoso ritmo, con un hermosos cantar, esa agua que creyéndose libre, va por donde puede hacerse un hueco entre la tierra y que a base de erosionar va en busca del equilibrio perfecto, haciendo en el planeta tierra un manto de colores, que al final es de lo que se trata, pues somos de colores, un manto que busca el equilibrio perfecto, el orden natural de las cosas. La naturaleza.
La madre naturaleza.
¿Y qué somos nosotros? Una parte más de la naturaleza, somos sus hijos legítimos y además, somos de colores, como la propia tierra.
Amarillo, marrón claro, rosa, negro, marrón oscuro, beige…
Hoy me siento azul, azul índigo y quiero comunicar, expresarme, hablar, decir lo que pienso y lo que pienso es que somos agua, aire, barro y fuego…y amor, el quinto elemento, la esencia que buscaba el alquimista escondido en su cueva, jugando con la oscuridad y los colores. Esa labor de búsqueda es el camino de nuestra existencia, nuestro fin y nuestro principio.
Yo estoy en ese camino y cada día me siento y lo veo de un color, naranja, rosa, verde, rojo, azul, dorado, blanco…
Y tú ¿de qué color te sientes hoy?
Un artículo coescrito por Desam Ferrández y Jose Escudero
