Ser

Parte del camino

Hoy toca hacer un poco de publicidad sobre mí… o quizás sea que toca desenmascararme, pues cada vez que escribo, cada vez que pongo una foto o una reflexión estoy haciendo difusión sobre mí, sobre lo más íntimo de mi ser. Hoy toca, pues, desengrasar la armadura oxidada y mostrar todas las capas de mis egos hasta quedarme desnudo.

Soy Jose Mª Escudero Ramos, a veces firmo como Ángel de Luz, ya sé que suena vanidoso pero eso es lo que queda después de quitarme todas esas capas de metal que intento desengrasar ahora… o quizás es lo que en mi interior busco cada día, ser ese ser de luz que a todos ayuda, a todos ama, aunque a veces hiera, sobre todo a los que más quiero.

Soy español, de Madrid para más señas, aunque siempre he tenido pasaporte mexicano, aunque bien visto puede parecer todo circunstancial, eso mismo ha marcado mi educación y mi carácter.

A lo largo de la vida he hecho muchas cosas, desde fabricar saleros, hasta ayudar a enfermos de SIDA a morir, recuerdo a un ex-presidiario que se murió mientras yo le cogía la mano y le limpiaba las heces. He estado de misionero, de camillero, de voluntario, he vendido cursos de inglés, llegué a ser jefe de grupo, he trabajado en una empresa de limpiezas, de comercial, es así como he aprendido a venderme… y tampoco es que lo haga muy bien. Ahora soy fotógrafo, autor de libros, hago exposiciones y organizo concursos, imparto talleres de fotografía y de arte terapia, doy conferencias sobre Madrid, soy corredor popular, de esos que llaman ultramaratoniano, canto en el coro de padres del colegio de mi hija, también soy padre y esposo. También soy Maestro Reiki. Escribo para el boletín de la ASR y tengo un pequeño blog donde transcribo mis pensamientos, mis inspiraciones, que no son otra cosa que los susurros de los ángeles que yo puedo escuchar a través de intuiciones, de sesiones de reiki, de meditación.

¿Qué puedo decir de mi vida? Me gusta ser humilde, aunque a veces lo digo con vanidad y orgullo; me gusta escuchar, aunque a veces mis pensamientos eclipsan las palabras del prójimo; me gusta tender la mano a los que creo que me necesitan, aunque en ocasiones no veo la mano que me tienden los más allegados a mí, me gusta servir, y a veces no veo la mano que me tiende su servicio.

Entiendo que todo pasa por algo y si yo hago daño a los demás es porque alguien tiene que recibir ese mensaje, así como el que yo sufra o me lesione, todo tiene un significado, un mensaje, y hasta que no se entiende no se evoluciona…¿hablamos de evolucionar? Pues tendría que sacar más capas de esa armadura oxidada de la que  habla la novela, todavía queda mucho ego en mi interior.

Y cada vez que hablo creo que siento cátedra, me siento inspirado, como decía antes, eso mismo es lo que me limita. Creerme autor, escritor o fotógrafo.

Ahora miro hacia atrás y me pregunto, ¿qué soy yo?

He de dejar de ser yo y seguir mi camino desnudo, tal cual se desnudo Francesco, el de Asís, cuando dio ese paso que hizo cambiar el mundo.

Desnudo ante una multitud que clama conocimiento, que desafía, que teme pero que también ama, y desea encontrar la verdad, a pesar de las muchas trabas que encuentran en su camino, o quizás gracias a eso, pero insisto,

¿Qué soy yo?

Nada, sin etiquetas, sin egos, sin penas ni glorias.

Sencillamente soy parte de un camino.

Susurros de luz

Susurros de luz, la asociación que hace que las cosas bellas sucedan y además las cuenta.

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