Alimentando almas
JOSE Mª ESCUDERO RAMOS, MADRID, 25 DE DICIEMBRE DE 2017
Como viene siendo habitual en los dos últimos años, la Nochebuena la he pasado dando sándwiches y fruta entre los sin techo de Madrid. El año pasado fuimos mi amigo Luis y yo en Nochebuena y Desam y yo en la Noche de Reyes. La diferencia este año ha sido que el universo ha querido que se organizara un evento para conseguir unir almas, ¡Y qué bien lo ha hecho!
Lo contaré de una manera rápida. Un día de diciembre mi amigo Josu me pregunta si voy a hacer una meditación y rueda de energía “de las mías” porque le apetece mucho asistir. Le digo que elija el día. El 21 de diciembre. Ahora toca buscar un lugar, tengo varias opciones pero el “dejar fluir la vida ante mi” hace que acabemos haciendo un evento solidario en el Espacio Coral de Madrid que nos lo cede gratis, además conseguimos la bella colaboración de la Editorial IshtarLunaSol. Silvia trabaja en IshtarLunaSol, es el espíritu de la Navidad pero del que dura todo el año, ella une almas. Tanto los dueños de la editorial como los del Espacio Coral son seres de luz de los que hacen que pasen las cosas: una mirada, una sonrisa, corazón y a seguir intuiciones.
Otro detalle importante de este año es que el universo me regala la posibilidad de hacer todo esto como la recién creada asociación Susurros de luz, ¿Cuál es el fin de la asociación? ¡Unir almas y hacer que las cosas pasen!, hacer que tú puedas ser protagonista del mayor evento solidario que existe: Sentir la vida plenamente a través del pensamiento positivo y la acción. A través de conocernos e indagar en las emociones. No sólo es pensar en positivo, es sentir…pero de eso ya hablaremos en otro momento.
Nuestra idea era hacer chapas con palabras positivas para desarrollar el efecto Emoto, y entregarlas junto con las bolsas de comida. Basado en el trabajo de Masaru Emoto, científico japonés que analizó el agua embotellada con diferentes etiquetas. En las botellas que tenían el agua con palabras positivas, una vez cristalizada una gota de agua y fotografiada, observó que las formas eran simétricas, limpias, claras, bellas, cristalinas, hermosas. El agua de las botellas con etiquetas negativas daba fotografías de gotas cristalizadas grises, amorfas, feas.
El ser humano es agua en más de un 70 por ciento. Al dar las chapas con palabras positivas queremos crear el mismo efecto Emoto.
Hemos elegido poner en una chapa una serie de Palabras positivas para que hagan ese mismo efecto. En otra hemos puesto ¿Me regalas una sonrisa? Como homenaje a un indigente que un día me leyó una chapa que yo llevaba en mi solapa con el mensaje ¿Me das un abrazo? Y tras dárselo, el abrazo y la chapa, me dijo “añade Y UNA SONRISA”.
La chapa Gracias, la hemos hecho porque creemos que es importante agradecer. Llevando el mantra Gracias Gracias Gracias en el pecho, el efecto de la gratitud será similar al de las palabras positivas. Además las personas que lean la chapa darán, sin darse cuenta, las gracias al que la lleve puesta. Yo leo la chapa y agradezco al Ser interior del Indigente que haya elegido ese papel en este plano para que yo pueda hacer el mío.
El día 21, durante el evento de la meditación solidaria, conseguimos el dinero justo para pagar las chapas, lo bonito es que dos amigas me dieron más dinero porque una, Ana, quería venir con nosotros pero al no poder colaboró aportando dinero para comida. Blanca también hizo una aportación porque “eres de las personas coherentes que existen”, me dice, mientras brotan unas lágrimas de gratitud de mis ojos. Isabel, así se llama a persona que me abrió la cuenta para la asociación en el banco, me dijo que iba a aportar algo también, no lo he mirado pero seguro que ha hecho su labor y si no ha hecho “el primer ingreso en la cuenta”, no pasa nada porque lo realmente importante es la intención y su sonrisa pues su atención y sus palabras han hecho el mismo efecto Emoto que estoy buscando hagan las chapas, me dan fe, me confirman que estoy haciendo las cosas bien, es como una palmada energética en la espalda.
Lo conseguido, más nuestras aportaciones personales, ya tenemos dinero para pagar las chapas, comprar comida y bebida, pero lo más importante es que hemos sembrado semillas de conciencia, hemos cosechado en los corazones de muchas personas la semilla de las nuevas posibilidades…
Encargo las chapas a Chapalandia.com, les cuento para que son y me hacen un descuento por “la buena acción” que hacemos.
Todavía no hemos salido a la calle y ya se está moviendo mucho amor.
Desde que se creó el evento hasta el día 21 recibo dos mensajes de dos mujeres, las dos se llaman Marta. Quieren venir con nosotros a repartir comida, además Marta Aguilera me dice que quiere llevar unas mantas. Marta Jiménez lleva, como Luis Briones y yo, alimentos, sándwiches hechos con amor. Se ha formado el equipo perfecto. El universo pone ante mi espíritus afines, almas gemelas con corazones como llamas sagradas que iluminan mi vida. Sin olvidar a todas las personas que han querido venir pero por diferentes motivos no han podido. Mi vida se rodea de luz y amor.
Quedamos el 24 de diciembre a las 17:45 en la Plaza de Colón y empezamos el itinerario. Marta J. ha llegado un poco antes y en la espera ya ha empezado a repartir amor.
Nuestro punto de encuentro estaba situado junto a un garito del que salían voces y música muy fuerte. ¡Fiesta! Un contraste interesante para comenzar.
Vamos hacia una plaza y vemos a una persona sobre cartones, enseguida lo identificamos como sin techo y le ofrecemos comida, bebida, chapa, algo de conversación, el regalo tan bien envuelto que preparó Marta A… La cara de felicidad no tiene precio. ¡Cómo han gustado los regalos! ¡Qué caritas han puesto!
Al lado de él estaban dos jóvenes, parecían que estaban tomando algo en el parque sin más. Cuando repartimos comida a los vagabundos, a veces, no sabemos identificar a quienes lo son, y no queremos molestar ni ofender. Nos acercamos con cautela y se me ocurre preguntar ¿Qué tal? ¿De fiesta? Responde fríamente uno de ellos que no están para fiestas. Nuestra reacción es marchar pero Marta J. tuvo un pálpito, “Creo que al menos necesita una chapa con palabras positivas” Volvemos y charlamos. Dos jóvenes que lo están pasando mal, no preguntamos cómo han llegado hasta aquí. Hablaron y escuchamos mientras se les caían las lágrimas. Les dimos unos minutos de nuestra vida, el pack de alimentos para el alma, unos cuantos abrazos y seguimos.
La tónica general de la noche fue esa, dar amor, charla, escuchar. La comida es la excusa para romper la barrera que parece que nos separa, lo curioso es que no existe tal barrera, la ponemos nosotros mismos.
Desde hace tres años a hoy he visto como ha cambiado el tipo de personas que viven en la calle, nuevas personas, nuevos aprendizajes, pero hay una lección que se repite. Los vagabundos no acumulan, tan solo confían, saben que llegará lo que necesitan en cada momento y cargar con peso extra durante el día no les compensa, porque confían y si te tienen que decir que no quieren aceptar tu comida, te lo dicen agradecidos, “estoy satisfecho” “Tengo suficiente” “Mañana obtendré lo que necesito”.
En la rellano de un banco, vivía un hombre de unos 55 años. Limpio, arreglado y con una mente privilegiada. Nos estuvo dando una lección de humildad, de fortaleza, de liberación de apegos impresionante. Ricardo. Adquirimos un compromiso con él, volver a visitarle. Ojalá ya no estés durmiendo en ese rincón de la ciudad, resguardado del frío viento del norte.
Vimos a otra persona que lleva muchos años en la calle, ha pasado por muchas duras circunstancias. Era minero en Asturias. Nos contó que algunos empleados de limpieza, siguiendo órdenes de los políticos de turno, les mojan las mantas y los cartones a las 5:00 am de cualquier fría mañana porque necesitan tener “limpia” esa zona para algún evento político social. Se ve que los que duermen en la calle no pueden ser visibles, tienen que desaparecer ciertos días. Al no vérseles no existen. Así se mantiene la idea de la sociedad del bienestar, y nos olvidamos de la sociedad de las desigualdades.
Entramos en un debate que nos baja la frecuencia y nuestra idea es hacer ver que, como la Ley de la Gravedad de Newton, cada uno tiene su papel en este plano, hemos de representar nuestro papel, y si yo estoy aquí es porque tú, y ellos, estáis donde estéis. Y eso no implica resignación, debemos hacer que las cosas cambien y cada uno decidimos cómo hacerlo para que se haga el cambio. Está muy bien el pensar en positivo pero hace falta llevarlo a la acción.
Podría contar tantas cosas que ayer noche vivimos…Hay tantas cosas que todavía he de integrar de lo que vivimos ayer…
Luis se tuvo que ir antes de acabar porque tenía que cenar con su familia. Marta, Marta y yo acabamos cenando en la calle Sándwiches de amor, dátiles, mandarinas, zumo y una sensación de amor tan intensa que es inefable.
Cuando miras a los ojos de las personitas y ves ese “brillo especial” es que hay un ángel en su interior, y ayer vimos ese brillo en muchos ojos.
Las caras de sorpresa, las palabras de gratitud, los abrazos, las lágrimas, las sonrisas, las conversaciones, los aprendizajes, el compañerismo, los compromisos adquiridos, la toma de conciencia…ayer no fue Nochebuena, fue una noche mágica. Casi 5 horas de experiencias de amor y plenitud en la calle, con personas que podíamos ser cualquiera de nosotros. ¿Qué digo? Si es que somos nosotros mismos.
Leyendo la Autobiografía de un yogui de Paramahansa Yogananda conocí una historia sobre Buda muy hermosa:
A Buda una vez se le preguntó por qué el hombre debe amar por igual a todos sus semejantes. Porque-contestó-en las muy variables y numerosas vidas de cada hombre, todos los demás le han sido, en un momento u otro, seres queridos. (pág 464)…y quizás en otra vida, al que tú alimentas, te dio sustento a ti-me atrevo a añadir.
Yo, hoy, agradezco las lecciones que ayer noche me dieron mis compis de cena, a Marta, Marta y Luis. Gracias por permitirme pasar con vosotros una noche tan especial. Ayer acabé completamente enamorado…me surgió un pensamiento “Vivimos En Amor Had@s”
Próximas acciones, Desam y yo en la Noche de reyes en Castellón y el 7 de enero, Silvia y su grupo de Gente Positiva Madrid, repartirá amor por las calles de una gran ciudad tan llena de amor como con historias que contar.
Y a lo largo del año también saldremos a dar abrazos y escuchar, tomando algo caliente, las historias que nos quieran contar estos seres tan maravillosos con los que compartimos acera y vida todos los días.
Compromiso de a noche: No vamos a esperar más a una fecha especial para que sea una noche buena.
Os invitamos a que deis algo de vuestro tiempo en escuchar las historias que cualquiera de estas personas nos pueden contar.
El mundo es precioso a pesar de toda apariencia de dolor. El mundo es así de hermoso gracias a ti que estás leyendo esto.
Os deseamos tanto amor como el que yo sentí ayer, amor tan grande que no se puede expresar en 4 folios pero que intentaré resumir en unas palabras.
Gracias por existir.