Lecciones de humildad

Charla coloquio con César Bona

Jose Mª Escudero Ramos, Castellón, 29 de septiembre de 2016

El pasado miércoles 28 de septiembre pude asistir a la charla coloquio entre César Bona, considerado el mejor profesor de España, y Alfredo LLopico, gestor cultural de la Fundación Caixa Castelló, organizadora del evento.

img_3482Es la segunda vez que César bona viene a Castellón, en esta ocasión llenó el Palacio de congresos de la ciudad, más de 1.200 asistentes.

¿Cuál es el éxito de César Bona?

Primero decir quién es. César es un profesor de primaria de un colegio de Zaragoza, está incluido entre los cincuenta mejores maestros del mundo según el prestigioso premio Global Teacher Prize, el premio Nóbel de los educadores, por ello es considerado el mejor profesor de España. Su humildad y ganas de “cambiar las cosas” le ha hecho viajar, investigar y ver como se educa en toda España, marcando, no las diferencias que nos separan, sino las cosas que, poniendo en común, pueden hacer un mundo mejor. Ha escrito un libro que se ha convertido en imprescindible para educadores y administraciones, Las escuelas que cambian el mundo.

Ahora sí puedo decir que el éxito de César Bona es ser un poco niño, que según sus palabras es como se ha de tratar a los niños. Escuchando sus argumentos me hace pensar que los adultos matamos a nuestro niño interior. Educamos dejando que ese maravilloso mundo interior quedé dormido para despertar en una absurda competitividad y preparar a los niños para el futuro a base de memorizar lo que mañana olvidaremos y de menospreciar las habilidades que no son “productivas”.

Tenemos que dejar que los niños y niñas vivan en su caos, dice, yo reflexiono, por eso cuando era niño yo no veía el desorden en mi cuarto que un adulto veía.

Cuando vemos a un niño ir con las manos levantadas por el pasillo, nosotros vemos eso, pero el niño está viviendo una aventura con un avión invisible en las manos. Es bueno estimular la inteligencia por ello, continua explicando, es muy bueno que los niños se aburran, que les cargamos con demasiados deberes, mientras los sábados y domingos los adultos descansamos, los críos hacen deberes. No dejamos tiempo para el ocio ni para el aburrimiento.

img_3537Me encantó el ejemplo que puso cuando habla de la educación de una sola respuesta. Si encendemos una cerilla y se la ponemos a una persona delante, la sopla y preguntamos ¿qué ha pasado? Pues que el soplido apaga la vela, se respondería. Y lo damos como respuesta única correcta, sin embargo, habría que decir que el soplido también aviva el fuego… hay más de una respuesta correcta y muy útil de conocer.

Nos abre los ojos cuando nos recuerda que somos seres sociales pero que no dejamos a los niños que interactúen en la escuela. Invita a hacer escuelas participativas, tipo asamblearias,  que los niños y niñas pongan las normas, así serán ellos quienes las hagan cumplir, las cumplirán, serán sus normas. Dice que una vez  en una escuela le dijeron “aquí no hay conflictos, ¿no ves que nos damos tiempo para conocernos?”. Es importante no ridiculizar al diferente, hacerle participar y enseñar que todos tenemos algo que nos diferencia y eso mismo nos puede hacer evolucionar. Hay que escucharles, es simplemente eso. Hemos de educar para una sociedad diversa.

Hace hincapié en las emociones como parte del ser humano y no se les da la importancia que tienen en muchas escuelas y afirma que desde las escuelas se puede cambiar el mundo.

César Bona aboga por unos cambios importantes en la forma de enseñar pero también nos hace una reflexión “si la forma tradicional hace a los niños y niñas felices entonces no se debe de cambiar en esa escuela”. En la educación ha de prevalecer el bien de los niños y niñas.

Nos invita a los padres a que estemos más tiempo con nuestros hijos, “que estemos” conscientes con ellos, no compartiendo una habitación sino jugando y hablando con ellos.

Cuenta el caso de un inspector que va a un colegio, se sienta con la directora y pide “papeles”. La directora dice “pasa aquí un día, conoce a los alumnos y luego hablamos”. El inspector quedó encantado del colegio y la educación que daban sin dar tanta importancia a unos documentos.

Si queremos cambiar las cosas hemos de trabajar en equipo, administraciones, educadores y familia y da un consejo a los ministerios y consejerías de educación: “que fomenten el intercambio de maestros entre escuelas de diferentes partes para compartir y aprender lo que se hace bien en un lugar y en otro”. Todo por el bien de nuestra sociedad, unas escuelas con valores, con la ética imperdurable en el tiempo que nos haga ser mejores personas y así tendremos una sociedad menos competitiva y más colaboradora.

Podríamos enseñar a no tener más que el vecino sino de ver en que manera puedo ayudarle, quizás en ese aspecto ha venido bien una crisis, para empezar a cambiar las cosas.

Al terminar una amiga que no pudo venir a la conferencia me preguntó por César Bona “¿qué tal es? Pues es como tú y como yo, respondí, se emociona al contar las cosas. Así es como se cambia, poniendo sentimiento, viviendo, demostrando que todo es posible…que prevalezca lo mejor para la infancia y la juventud.

Eduquemos pensando en el ahora no en el mañana.

Susurros de luz

Susurros de luz, la asociación que hace que las cosas bellas sucedan y además las cuenta.

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