Fabián Casas

Conversando con… Fabián Casas

Hace unos meses, en el marco del congreso Leer Iberoamérica Lee, pudimos conversar con el poeta, narrador y escritor argentino Fabián Casas. Fundó, junto a otros poetas de su generación, la revista de poesía 18 Whiskys. Ha publicado libros de relatos, novelas, poemarios y escrito el guion de un film. Autor prolífico y admirado por su facilidad para decir lo que piensa sin tapujos. Claro y directo, con sentido del humor, con mucho sentido. Ha sido escuchar a Fabián Casas en el congreso Leer, Iberoamérica Lee y comenzar a admirarlo.

Fotografía de Jose Mª Escudero

Gracias por regalarnos unos minutos. Para quien no le conozca, ¿cómo se definiría?

Como una persona privada, nómada; me gusta pensarme como un nómada en el sentido de que tienes un cuerpo y lo vas a dejar. Un nómada puede ser también uno que no sale de su cuarto, no necesariamente tienes que estar viajando, moviéndote. Me gusta la palabra nómada como para definirme en el sentido de transitar un montón de otras personas, otras personalidades aún dentro mío.

¿Quizás un poco peregrino? Porque hay un toque espiritual muy intenso en usted.

Sí, puede ser. Yo viajé de muy chiquito, a los 21 me pude ir de mi país, viaje dos años y durante mucho tiempo por toda Latinoamérica y me gustó mucho, eso hizo una diferencia para mí radical.

Como le pasó también al Che.

Yo quería hacer el camino del Che pero sin que muriera nadie. Fui muy feliz.

Viajar como nómada cambia la vida.

Y estar en cualquier lado de la calle. Me gustaba mucho eso de poder estar en lugares inesperados, para mi ahora estar acá es también inesperado porque veníamos de la pandemia, porque no salíamos, porque no sabía que iba a estar acá. Esas cosas… estar acá, disfrutando de Madrid es algo inesperado, me encanta.

¿Para qué sirven estos encuentros para el fomento de la lectura?

Para cruzarte con gente, escuchar a otras personas más que escucharte a vos. Para estar presente en ese espacio.

Ser escritor ¿se nace o se hace?

Uno se va haciendo escritor. Creo que el escritor no solamente escribe libros, hay personas que escriben y son poetas y no publican en papel ni nada. De todas formas cuando los ves, ves que son poetas, la actitud de trasmitir una especie de electricidad muy potente… la carne tiene electricidad y la electricidad se convierte en pensamiento y el pensamiento en dolor, es raro eso.

Me gustó mucho lo que ha contado sobre su padre y su capacidad de aceptar el fracaso.

Mi papá era actor, era un actor malo. Tenía una gran capacidad de aceptar los fracasos, la vida le intento frustar pero se adaptó al cambio. Cuando éramos pequeños, nuestro papá nos lo transmitía con alegría. Tuvo que dejar de trabajar de actor porque era malo. Cuando lo reconoció empezó a representar a actores. Cuanto más capacidad de superar fracasos tengas, más feliz vas a ser.

¿Es verdad lo que contó sobre la fiesta de cumpleaños en la que su papá iba disfrazado de payaso?

Sí, mi padre actuó como payaso en una fiesta en mi cumpleaños y mis amigos me preguntaron que de dónde había salido el payaso tan malo. No podía ni hacer animales con los globos y los chistes no eran muy graciosos.

¿Qué años tenía usted entonces?

Seis o siete años.

Fue frustrante para usted.

No, fue muy divertido.

¿Qué relación tenía con la familia?

Una relación muy buena, la familia me hizo muy feliz, pero después tenés que salir de ahí, porque si no te vuelven loco.

Comentó durante su participación en la mesa de debate, que gracias a la profesión de su padre tuvo la oportunidad de conocer a muchas personas muy diferentes y que en su casa no se juzgaba a nadie por su género, ni identidad, ni por nada.

No, trataba de no hacerlo.

¿Eso se aprende en casa?

Sí, sí, es una especie de disponibilidad que llevamos. Mi mamá, mi papá, eran personas de muchos amigos. Una amiga de mi mamá me traía libros, mi papá también me daba libros, él era lector, mi mamá no tenía formación cultural casi pero era una persona tremendamente inteligente y muy intuitiva. Todo ello fue un combo genial, me hicieron muy feliz.

¿Qué está pasando en Argentina?

Me parece que Argentina es un país con mucha complicación, muy productivo, muy potente.

Con grandes cerebros.

Sí. Argentina tiene una cosa especial y es que aprende a estar todo el tiempo en crisis, lo cual es malo, pero también es muy bueno porque estás muy activo y hay una gran afluencia de artista literarios y pasas al acto inmediatamente, porque si te quedas en la cama te agarra la depresión. En Argentina sales a la calle. Me gusta mi país, siempre quiero volver a mi país.

Sacar el coraje en los momentos más difíciles.

Me inspira mucho la gente que está en actitud de servicio porque me parece que es lo que trabaja en contra de la idea del ego que es lo que te termina doblegando. La melancolía y la depresión están relacionadas con el ego.

Que el dolor no se convierta en sufrimiento.

Tenemos que convertir el dolor en aventura y eso lo hace la literatura.

¿Cómo podemos fomentar la lectura?

Diría que se puede leer todo, una persona asomada a la ventana está leyendo la calle y de ahí puede componer o escribir una poesía.

Durante su ponencia dijo también que leer es un acto de resistencia.

Leer es un acto de resistencia. Cada vez que veo a un chico o una chica leer en el metro, está haciendo un acto de resistencia de lo mejor de nuestra civilización. Un lector es tremendamente creativo.

Usted medita, ¿verdad?

Sí medito, hago kárate desde hace 16 años.

El karate es un tipo de meditación, que además a mí me encanta por la humildad con la que se entra al dojo.

Sí, y aceptas la debilidad. Sensei Funakoshi el maestro que unificó los golpes de kárate en Okinawa dijo que las personas que son principiantes creen que tienen que mostrar fiereza pero el practicante continuo sabe que es la debilidad lo que hay que ejercitar. El practicante elevado sabe que la debilidad es su potencia. El practicante que se inicia desconoce esto.

La debilidad y la humildad, entro al dojo, inclino la cabeza y pienso: hoy voy a aprender…

Sí, además en kárate también te pones en seizas, te sentás antes de empezar la pelea o la clase, estás meditando, y cuando termina la clase también meditás.

¿Hay una conexión con un campo superior que nos da información?

Sí, a mí me parece que si se tiene la actitud de disponibilidad se ejecuta en uno un montón de cosas de las otras personas y, como decía Heidegger, “siento que eso piensa en mí”, que es algo que no te pertenece, es muy bueno, muy liberador.

Algún consejo para los escritores, así como hizo Rainer Maria Rilke en consejos a un joven poeta.

Que cuando estás escribiendo pensás en una lapicera “escritor”, con una mesa “escritor” y con el pensamiento “escritor”, eso es muy malo, hay que salir a la vida, tomar la experiencia y eso es lo que hay que escribir, hay que escribir saliendo de la forma de escribir. Si tengo que decir algo, tengo que estar en un estado de disponibilidad, escuchar a las personas, pensar contra sí mismo, para no convertir nuestros pensamientos en una forma de estereotipo. Si no estás en un estado de disponibilidad pasa un poema al lado tuyo y no te das cuenta.

¿Existe alguna técnica literaria?

Una técnica que te sirve para escribir te tiene que servir también para vivir porque si no es una mera tecniquería y para mí tiene que atravesar todo de una forma espiritual.

Si tuviera que recomendar un libro, cual recomendaría, uno que le haya cambiado la vida.

No hay libros, yo recomendaría amigos y amigas. Que conozcan a mis amigas y amigos esos me cambiaron la vida, no los libros.

¿Y una película?

Te voy a decir una película que me gusta muchísimo: Rumble Fish, (La ley de la calle), de Francis Ford Coppola, la vi como ochenta mil veces. Tiene la característica que otras muchas películas tienen, es un poema y cada vez que la veo me suena algo nuevo, entonces me encanta verla.

Si pudiese volver al pasado y encontrarse con el pequeño Fabián de 15 años, ¿Qué consejo se daría?

Es que no me gustaría volver al pasado. Si es con 15 le diría ahora te va a venir una época genial que es cuando te vas de viaje, tratá de hacerlo. Yo tenía mucho miedo y dudé, trataría de ayudarle, siempre cuando te va a pasar algo radical, primero tenés miedo, angustia e incertidumbre.

Si tuviese la oportunidad de hacerse una pregunta a usted, ¿qué pregunta se haría que nunca se la han hecho?

Por ahí en una entrevista que pregunten ¿que pensá del tiburón?.

¿Qué piensa del Tiburón Tigre?

Me gusta el tiburón tigre porque no se para nunca, está todo el tiempo, viste, que si se detiene se ahoga, entonces se mueve todo el tiempo, me gusta esa gente que se está moviendo todo el tiempo, moviéndose en el buen sentido y cuando los ves son muy emancipadores.

Muchísimas gracias, Fabián, ha sido todo un placer conocerle en persona.

Y con el tiburón como animal tótem nos despedimos dándonos un fuerte abrazo.

Fotografía de Jose Mª Escudero Ramos

 

Susurros de luz

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