Conversando con...Mabel Lozano directora comprometida

Conversando con… Mabel Lozano, directora comprometida

Madrid, 10 de mayo de 2017

Redacción: Jose Mª Escudero Ramos

Siempre trabajo desde el amor. Es el resorte que mueve mi vida.

Mabel Lozano nació en un pueblo de Toledo, es actriz, directora de cine documental, especialmente sobre la trata de seres humanos y la prostitución. Es activista, hace cine para educar.

IMO: ¿Recuerdas tu papel en aquella serie de TV?

Mabel: Los ladrones van a la oficina. A mí me ha enseñado muchísimo. Estar delante de la cámara te enseña para cuando estás detrás, yo trabajo con No Actores, son gente normal que nunca tienen una cámara delante, entonces esa vulnerabilidad que uno ha sentido cuando ha estado delante de una cámara y tienes que decir un papel, ahora les entiendo y sé por lo que pasan, me ayuda a transmitirles tranquilidad y así consigo testimonios buenísimos desde la sinceridad, desde la confianza…

IMO: Porque trabajas desde el amor, quizás…

Mabel: Siempre trabajo desde el amor, pero es que a mí el amor me mueve todo. Es el resorte que mueve mi vida.

IMO: Si te pidieran hacer el papel que hiciste en Los Ladrones van a la oficina, ¿lo volverías a hacer?

Mabel: No, primero porque se me ha pasado el arroz, yo ya estoy en otra época de mi vida; y segundo porque yo como actriz lo di todo, absolutamente todo. No era una buena actriz, y lo sé desde que soy directora y veo a actrices que tienen unos registros a los que yo nunca hubiera llegado. A veces me preguntan si me siento como que no me han explotado como actriz, yo respondo que no, me han explotado perfectamente, yo tenía unos límites y hay unas actrices y actores que hacen unos trabajos extraordinarios que seguramente yo no hubiese podido nunca  llegar a hacerlos. Ahora soy consciente de eso. Fue una época muy buena en mi vida que también me ha ayudado a recoger para lo que hago ahora, estuvo muy bien, aprendí mucho y tuve la suerte de trabajar al lado de gente extraordinaria, tanto profesional como humanamente, compañeros y compañeras excepcionales.

IMO: ¿En qué momento de tu vida te llegó la historia de Irina? ¿En qué momento personal estabas tú?

Mabel: En un momento personal comprometido. Vengo de una familia de mujeres luchadoras, que intentaban dar todo a sus hijos. Mi madre me daba tanto amor que tengo para tres vidas y eso yo lo intento trasmitir también. Cuando llega Irina a mi vida yo estoy en un momento profesional, en televisión, muy bueno pero también estoy en un momento personal más maduro, más comprometido con el mundo, mis hijos habían nacido, los hijos te dan una perspectiva de la vida mucho más real, pasas de ser el ombligo del mundo a que ese ombligo sean tus hijos y te sientes vulnerable en el sentido de que piensas lo que les puada pasar, si están enfermos sufren, si sufren tú sufres. Me pilló en un momento realmente maduro, tenía claro lo que quería hacer con mi vida; era mucho más sensible hacia todo lo que ocurriera a mí alrededor.

Conocer historias como la de Irina me hace daño y ese dolor me hace más rebelde.

IMO: ¿Te defines como directora de cine o de documentales?

Mabel: Yo hago cine, cine documental. Es una herramienta diferente. No es la hermana pequeña del cine de ficción. Es una herramienta distinta en la que yo me encuentro muy cómoda. La ficción NUNCA, nunca, superará la dureza de la realidad y las historias reales.

IMO: Has comentado en más de una ocasión que haces cine para educar.

Mabel: Yo creo que es importantísima la educación y creo que no estamos invirtiendo lo suficiente en el ámbito familiar. Pensamos que el gobierno tiene que educar a nuestros hijos a través de los centros educativos y dejamos que ellos hagan el trabajo que nosotros no estamos haciendo en casa. A los menores se les debe educar en los entornos familiares. Es importantísimo. De las relaciones afectivo sexuales les tienes que hablar tú. Y tú le tienes que hablar de la igualdad, del respeto, dar tu ejemplo. ¿Cómo mantener relaciones igualitarias con los hombres o con las mujeres?, eso se lo tienes que enseñar tú. Y el problema es que no lo estamos haciendo.

IMO: Y los estímulos negativos que impone la sociedad en las películas, anuncios, una clínica que anuncia en contraportada que el sexo es vida…y la música…

Mabel: El reguetón

IMO: ¡El reguetón!

Mabel: El reguetón es tremendo, es directamente lo más misógino, machista, trata a la mujer como un objeto…y montones de series de televisión donde la mujer sigue ocupando esos roles de absurda, de ñoña.

Mira el lenguaje sexista que tenemos, lo bueno es masculino, lo malo es femenino, un hombre astuto es un zorro, pero una zorra es una prostituta, algo divertido o excepcional es “la polla” y algo aburrido “un coñazo”.

IMO: Incluso he leído grandes críticas a El Hormiguero, me comentaron, yo no lo veo, que alguna vez alguna invitada abandonó el plató.

Mabel: Sí, es así, es que tiene un poso muy machista.

El malentendido con el feminismo es querer compararlo con el machismo, no tienen nada que ver, no son términos que tengan que ver el uno con el otro. Yo vivo mi feminismo con verdadera alegría. La alegría de pensar que un futuro donde hombres y mujeres sean iguales, es posible. Y es posible porque ¿cómo va a ser que tu hija pueda tener menos derechos que mi hijo teniendo la misma edad? ¿Por qué?

IMO: No tiene sentido.

Mabel: No tiene ningún sentido

IMO: Es que además la mujer es más fuerte que el hombre, sois universo, creáis vida, sois creación…

Mabel: Pero no solo eso, cuando tu hija quiera ser, por ejemplo, periodista y tenga que elegir seguir trabajando o ser madre, te parecerá profundamente injusto. En este país, como no concilia, esa mujer cuando tiene 35 años y va a buscar trabajo, ven que está casada y no tiene hijos, no la cogen, porque se va a quedar embarazada mañana. ¿Qué ocurre? Tiene que dejar “esto” para más adelante, y decide trabajar.

IMO: Y cuando son madres tienen que dejar a los bebés aparcados en guarderías con 6 meses, los bebés no saben hablar, ni si quiera pueden decir si les ha pasado algo, cómo se han sentido, qué día han tenido…

Mabel: Ya, pero es que no estamos siendo madres, tenemos el índice demográfico más bajo del mundo ¿Por qué? Pues porque es muy difícil la conciliación.

IMO: ¿Y tú crees que eso la va arreglar el feminismo?¿O lo arregla el machismo y el feminismo integrándose? Ni eso, es que al final no se trata de ismos.

Mabel: Es que el feminismo no tiene nada que ver con el machismo. El feminismo es simplemente pretender algo que es justo, que es que hombres y mujeres nacen con los mismos derechos y que los tengan.

IMO: Yo no soy feminista y te apoyo en ese punto. Es sentido común.

Mabel: No te puedes imaginar, cuando hablas con hombres “normales” son tan feministas como las mujeres, porque esos hombres lo que quieren es una sociedad justa, equitativa e igualatoria. ¿Pero cómo es posible que esta mujer que ha estudiado en la misma universidad que yo y tiene el mismo trabajo que yo, gane menos dinero? Estamos teniendo una gran desigualdad.

IMO: Hoy en día te dan trabajo como haciéndote un favor. El debate no es ser mileurista, ahora es trabajar gratis o no…

Mabel: Si hay trabajo basura las mujeres se llevan el trabajo mucho más basura, y luego está la prostitución…Si hay prostitución es por parte de los hombres, incluso la prostitución masculina también es para hombres. ¿Qué pasa ahí? ¿Cómo estamos educando? ¿Estamos pensando que si no hubiese prostitución nuestros hombres saldrían a la calle a violar a las mujeres?

El lenguaje hace mucho mal, en la sociedad del bienestar en la que vivimos nos preocupa la “trata de blancas” pero es que se está haciendo la trata de seres humanos, da igual que sean amarillas, negras o rosas…todas son seres humanos. Pero nos preocupa que traten con las blancas porque pueden llegar a ser nuestras mujeres, nuestras niñas. En el mismo lenguaje estamos poniendo las diferencias, la desigualdad, la vulnerabilidad. Estamos normalizando la prostitución, lo tratamos como algo de ocio y detrás de todo ello hay historias trágicas de secuestros, esclavitud, violencia, amenazas, malos tratos, abuso, desigualdad. Y está ocurriendo aquí en el centro de la ciudad, en las carreteras, con la complicidad de todos.

Por eso es importante la información y la educación.

IMO: Según he leído, la prostitución es el tercer negocio que mueve más dinero en el mundo, después de las drogas y las armas. 32.000 millones de dólares al año. Y en otra entrevista dijiste que España es el tercer país más consumidor de prostitución. Se dice pronto.

Mabel: Es tremendo. Lo peor es que cada vez se comienza antes. El proxeneta, si la chica no hace “caja” a determinada hora, la obliga a prostituirse por 5 euros, cada vez es más accesible a adolescentes que con ese dinero van y comercian con una mujer, la ven como un objeto. Después de esa experiencia, ese chaval, cuando crezca, nunca verá iguala a una mujer, no estarán en la misma escala. Para ese chico la mujer es una mercancía que se alquila. Hay se siembra más desigualdad.

Las chicas, aunque elijan voluntariamente venir a España a prostituirse, lo que luego pueden encontrar aquí es que les quitan el pasaporte, las privan de libertad, hay abusos, violencia. Eso no se puede permitir.

Tu libertad no debe de hacer que otra gente pierda sus derechos, no se debe permitir que por tu libertad se puedan comprar los derechos de otras personas.  Hay un debate sobre los vientres de alquiler, o la donación de órganos .Si se permite eso, los ricos harán la desigualdad más grande porque siempre habrá un abuso y gente que necesite dinero que se vea obligada a vender sus órganos o alquilar su vientre para un fin.

Si tú no tienes dinero para alimentar a tus hijos pues venderías tus órganos pero no se puede, para están los derechos humanos.

 

IMO: Seríamos granjas.

Mabel: Pero es que no podemos ser granjas.

IMO: Qué dureza.

Mabel: Por eso voy a institutos y muestro a los jóvenes una realidad que no conocen. Es cine para educar e informar. Aunque insisto a los chavales, a las chavalas, hay que educarles en los entornos familiares. En casa tenemos que enseñar valores intrínsecos al ser humano, independientemente a la religión que cada quien profese.

IMO: Estamos creando una realidad en la que todos nos vendemos a través de redes sociales. Nos estamos mostrando, adaptamos emociones que no nos corresponden, que no sentimos.

Mabel: Eso es porque acaban imitando unos a otros.

IMO: Y se crean perfiles para gustar, ya no es que gustemos como somos, ahora hemos de ser para gustar y así nos mostramos, aunque genere conflictos en nuestro interior.

Mabel: Y para gustar según los roles y cánones que nos están  imponiendo, que no necesariamente son los ideales. Son siempre muy machistas.

IMO: ¿Cómo te hace ser todo lo que ves?

Mabel: El cine me ha hecho mucho más humilde. Mi primer documental lo hice en el 2005 pero tiene fecha de 2007 porque tardé dos años en colocarlo en Antena 3. Lo financié a través de amigos. No hago cine documental para que me premien, el verdadero premio es poder hacer la película.

IMO: Y te premian, y mucho. ¿Qué sentido tiene la vida para ti ahora?

Mabel: Yo tengo una familia a la que amo y adoro, soy una “disfrutona” de la vida. Me gusta mucho vivir, vivir es un éxito. Y además contribuir de alguna manera, poner un granito de arena, para hacer que realmente este mundo sea más justo, pues me siento muy bien.

IMO: Tres preguntas que hacemos siempre para terminar las entrevistas. Recomiéndanos un libro que haya marcado la vida.

Mabel: No sé, miles… Pues en el marco del Foro Mujeres del Tercer Milenio, “Esclavas del poder” de Lydia Cacho, una periodista mexicana, además somos amigas, hoy tenía que estar aquí para recibir un premio por su compromiso también con el tema de la “trata” y no ha podido venir, recomiendo ese libro como homenaje a ella.

IMO: Y una película.

Mabel: ¿Una película? Pues también muchas…pero me viene una película reciente de unas mujeres que ayudaron en la carrera espacial de Estados Unidos y que su vida ha estado en el anonimato hasta ahora, “Figuras Ocultas” de Theodore Melfi. Mujeres, científicas y negras en un país como el Estados Unidos de a principios de los años sesenta. Magnifica historia de unas mujeres que gracias a ellas, muchas hayamos podido llegar a ser lo que hemos querido ser.

IMO: Imagínate que vuelves al pasado y ves a la pequeña Mabel con 13 años, ¿Qué consejo te darías?

Mabel: Yo creo que el mismo que he seguido. Sé libre, sé tú y los techos de cristal, rómpelos. Yo nací en un pueblo de Toledo en una época en que era muy difícil salir de allí, lo normal hubiese sido que me hubiese quedado y hubiese sido una feliz mamá allí. Pero rompí todos los techos y me lancé. Ese pueblo no era como nacer en Madrid, mi primer hándicap era convencer a mis padres que me dejaran venir a estudiar a Madrid, y yo rompí todos esos techos de cristal en cuanto a los tiempos, a lo que debes hacer, y aconsejo que cada uno elija su camino y que luche por ello. Yo llegué a pensar que lo hacia todo tarde, fui madre con 35 años, me fui a estudiar la carrera de cine ya siendo mayor, me parecía que tenía que hacerlo todo de más joven ¡pero no! Ahora entiendo que no hay edad, la gente no debe limitarse a no hacer cosas por la edad, si con 60 años lo que quieres es ¿Cocinar? Pues cocina, haz lo que quieres, tengas 60 o 70 años.

IMO: Muchísimas gracias, me has encantado.

Mabel: Sí, gracias a ti.

IMO: Enhorabuena por tu carrera y por el premio Enfemenino “Comunicación de Genero” que te han dado durante el Foro Mujeres del Tercer Milenio.

Mabel: Gracias…

 

Y nos despedimos, no puede ser de otra forma, de un fuerte abrazo.

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