Conversando con… Susana Alles, autora de Cómo ser espiritual y no morir en el incienso
Entrevista publicada el 18 de marzo de 2019. Redacción: Jose Mª Escudero Ramos, Madrid
Un día recibo un mail de una editorial dónde me ofrecen un libro de sugerente título Cómo ser espiritual y no morir en el incienso. Con la de libros y artículos que tengo que leer y escribir… ¿Cómo voy a pedir otro? me pregunto. Pero hay algo en mi interior que me hace curiosear a la autora, así que busco en Internet y veo un par de vídeos de Susana Alles. Esa voz interior me insiste para que contacte con ella. Así que le mando un correo y me responde que cuando yo quiera estará disponible para una entrevista. Pido el libro a la editorial y en cuanto me llega, lo devoro. Vuelvo a contactar con una dispuestísima autora y quedamos para vernos. Allá que voy a conocer a un ser muy bello, una madre, esposa, empresaria, autora y muy humana Susana Alles.
¿Cómo ser espiritual y no morir en el incienso?
Esa es la cuestión. Lo de no morir en el incienso es un toque de humor, como puedes leer en el libro antes de esa faceta tan espiritual yo era una persona que rechazaba todo esto, era lo opuesto, ni siquiera permitía estos temas de conversación a mi lado. Lo que cuento es una realidad como yo la vivía.
Cuando se produjo el cambio, que además fue como una especie de parto, de una forma inesperada, el desarrollo espiritual no lo estaba buscando.
¿Cómo fue el despertar?
Fue el día en que he llorado más. Luego comienza “El Camino”, por eso en el libro a la técnica la llamo así, no doy puntada sin hilo.
¿Tras el despertar se re-conoce el plan de vida?
Cuando “despiertas” lees, estudias, te metes en todos los libros, te compras de todo, inciensos, imágenes, cuencos, velas, es ahí cuando “abres el ojo” pero luego llega un momento en el que lo simplificas todo y crees que has venido aquí para algo más. Para mí, entender la función de los dones y los talentos es fundamental para reconocer el plan de vida.
¿Hay que morir para renacer?
Si que es verdad que echando la vista atrás siento que estaba en un proceso de muerte, de muerte espiritual. La de decir “bueno, Susana, basta ya, tienes treinta y pocos, no estás disfrutando de la vida, hay algún tapón interior que te está bloqueando, no entiendes que pintas aquí, no encajas en ningún lado”. Aunque la forma externa de eso no se manifestaba, yo soy muy buena actriz, me relacionaba con mucha soltura. La gente me decía “hay que ver que suerte, que bien te va todo”. Entre lo que ellos veían y lo que yo sentía había una desconexión total. Y para mí fue mi muerte, el sentirme no querida, el no saber amar muy bien cuando fui madre, para mí eso fue todo un shock.
Eso lo cuentas muy bien en el libro.
Fue como lo viví. Aunque en el libro resumo un proceso que en verdad duro años en tres semanas por hacerlo cómodo al lector.
Las vivencias que cuentas ocurrieron hace…
Poco más de diez años, un poco antes de nacer mi hijo mayor, ahora también tengo una niña de tres años. Son años de trabajo interior, de estudio, de comprensión, de meterme de lleno en el mundo espiritual, de formarme, de conocer muchos maestros… pero no quería hacer del libro un relato de mis cursos y construí a Ken, un personaje basado en una persona real.
Está muy bien eso de despertar y encontrar la iluminación pero luego hay que permanecer atento o te vuelves a dormir.
Y además se nota cuando te vuelves a dormir. “Despiertas” y te pegas un meneo y te subes arriba pero tú tienes que mantenerlo arriba, la vida sigue siendo como tú la construyes, a veces, te sigue tirando hacía abajo. Tienes que estar aplicando presencia continuamente. Yo llevo decretos, llevo objetos que me devuelven a “mi estado”, porque soy humana no una iluminada.
Yo creo que somos guías de luz para alguien a la vez que tenemos nuestros propios guías que nos sirven de estímulo para crecer, como objetivos. Todos podemos estar iluminados y dar luz a la vez que nuestra sombra repercute sobre alguien…
Yo lo veo como que todos tenemos que hacer el camino y tú has empezado a andar, en el momento que sea, siguiendo a los que ya estaban andando y esos son tu luz, que a lo mejor no han alcanzado el estado sublime de la iluminación tibetana sin embargo ya están más adelante que tú, y tú vas como siguiendo su estela y otros vendrán que seguirán la tuya. No importa dónde estés, seguro es el momento preciso para contribuir a los demás.
¿Cómo llegaste a La Esfera de los libros?
Llegaron ellos a mí. Publiqué el libro de forma independiente en Amazon y tuvo cierta repercusión, no sé si fue el título, no sé si fue el sentido del humor con el que toco un tema tan profundo, no lo sé. Me llamaron y me dijeron que querían publicarme y ya. Negociación y a firmar contratos.
Excelente. Enhorabuena.
El libro va dónde quiere ir, yo me dejo llevar.
¿Cuál es el secreto del éxito?
¿A qué te refieres con éxito?
A tener difusión, seguidores, lectores en este caso.
Te podría decir cosas muy terrenales como la constancia pero creo que no, creo que cuando compartes con verdadera pasión y no me refiero a frenesí o locura sino amando lo que dices y compartes, esa energía se expande y va tocando otros corazones, además los que sean necesarios que toque, porque yo tampoco dirijo lo que escribo ni lo que publico, va a un público determinado, simplemente va sucediendo y si eso lo llamas éxito, bueno. Yo tengo un único libro, un único blog que está empezando ahora a moverse, si el éxito lo equiparas a grandes cifras…
Es por comparativa, otros libros que hemos reseñado de autores con mucho más nombre, con muchas más publicaciones han tenido muchas menos visitas que la reseña de tu libro. A lo mejor es que ha llegado en el momento justo.
No lo sé, creo que uno es el creador o el creativo pero también hay una comunión con lo que quiere ser creado, sé que es un poco metafísico, lo que pasa es que yo convivo con esa manera de pensar.
Todo pasa en el momento adecuado.
¿Por qué escribí este libro?, ¿por qué lo escribí en ese preciso momento y no antes? Había unos corazones esperando a leer el libro. Uno está al servicio de todo eso, yo lo siento así.
En abril tienes un evento en Madrid.
Si, Ex-clavos. Hago muchos eventos al año.
Tres euros, es poquito dinero porque el acompañar en el camino no tiene precio.
No tiene precio, yo lo único que hago es ponerme a disposición de la gente que necesita ayuda, por verdadero placer. Para mí dar es recibir, más allá de un titular. Yo entrego por un lado y recibo por otro, a mí no me falta de nada. En esta experiencia de abril vamos a trabajar los miedos…
¿Te quedan miedos todavía?
Claro que sí. Yo creo que hay que vivir toda la vida con miedo.
Juan sin Miedo no existió, tenía sus miedos pero se enfrentaba a ellos.
De forma inspiracional tengo unas cuantas referencias muy místicas como Buda, San Juan de la Cruz… personas que puedo llegar a entender han alcanzado ese estado de No Ego, No miedo. Yo no estoy ahí. Entiendo que el ser humano puede llegar a vivir sin miedo, sin ese lenguaje, pero en un estado muy sublime. Mientras seas un humanillo de a pie, como lo soy yo, que siempre intento mejorar, vivir en la conciencia y demás, creo que no te queda más remedio que contar con el mecanismo del miedo que se enciende para avisarte de que hay peligro allí fuera. La otra faceta de esto es vivir creyendo que todo lo que existe allí fuera es una creación tuya y lo acojo dentro de mi corazón pero todavía hay partes de esa creación que me dominan a mí, si no me dominarán no les tendría miedo. Pero no puedo ser tan cínica de decirte que no, que ni sufro ni tengo miedo.
Hay que vivir sin miedo a tener miedos…
Lo que sí he liberado es el miedo a las dos sensaciones, la ansiedad, los pánicos,… son más miedo al miedo, miedo al sufrimiento…miedo a otra sensación que de por sí ya tiene peso. Si tengo un día malo me permito sentirlo y estar así unos días., se que estará un tiempo y se volverá a ir.
Tenerlo, reconocerlo, integrarlo y dejarlo ir.
Para mí eso es ya un gran paso, sentirlo dentro de mi cuerpo.
¿Día de la mujer o debería ser el día del fomento del lado femenino?
De todos, lo que ocurre es que la mujer viene arrastrando el histórico de todas nuestras “ancestras”, vamos a decirlo así, porque eso se arrastra de alguna manera, la experiencia de la represión, del sometimiento, todo eso que está en el inconsciente colectivo de la mujer… sí es que la mujer puede votar o divorciarse en España desde hace, como quien dice, cuatro días. Ahora estamos en el resurgir, ahora hay una fuerza fuerte que luego se nivelará. Hay que entender en que punto conciencial están las mujeres que están en la revolución, en el ruido, después se aposentará en la igualdad verdadera, para mi el feminismo es la igualdad verdadera…
Es el equilibrio entre el lado femenino y el lado masculino.
Para mí sí, el feminismo es el lado femenino y el lado masculino de todos en acción y no solamente en una igualdad legal.
Recomienda a nuestros lectores uno de esos libros que te han marcado la vida…
Uno no puedo, te diré unos cuantos pues libros que me han marcado la vida hay muchos, “Una nueva tierra” de Eckhart Tolle, no es el más popular suyo; “El Kibalion” es un libro de referencia para mí, abrirte a las leyes del universo; “Un curso de milagros”, aunque no lo he terminado convivo con él y me pillas aquí con “El libro de oro de Saint Germain”, el que compré por pura curiosidad y ahora se lo recomiendo a todo el mundo. Más que leer me gusta estudiar, marcar los libros, apuntar ideas en un cuaderno, ver la comprensión que tengo de cada uno de ellos, ver como todo está conectado…
Nacemos conectados pero durante “nuestro desarrollo” nos vamos desconectando.
Tú vienes aquí a ser humano, naces como semilla y debes amar esa semilla, naces inexperto, expuesto a una nueva película, te vuelve a moldear, te lleva a amar, a sufrir, y debes abrazar cada hostia que te pegas, ese fue el proceso mio de comprensión. Busco en los libros que me devuelvan esa conexión.
Y ahora recomienda unas películas…
¿Pueden ser documentales?
Sí, lo que te haya marcado
Me marcó mucho “Y tú ¿qué sabes?”; uno que veo cada dos por tres “Mundos internos, mundos externos”; la película “La Cabaña”, es genial para entender el perdón. Y me encantan las charlas que puedes ver en youtube, me encantan las de Emilio Carrillo, es un místico vivo.
Si pudieses volver al pasado y encontrarte con la pequeña Susana de 15 años, ¿qué consejo te darías?
Que siguiera mi instinto. El instinto es un lenguaje divino y subrayo lo de divino, lo remarco. Creo que el GPS vital está aquí, en el corazón y creo que se comunica todo el tiempo. Con 15 años puede que todavía no sepas muy bien cuál es tu destino en la vida, no lo sé con cuarenta, lo voy a saber con quince… pero nadie nos educa en intentar seguir la brújula vital. Nos educan en la forma, en los estudios, en el trabajo, en llevar un sueldo a casa, en empezar a ser una persona de bien… yo tenía el instinto de ser escritora, de ser cantante, de ser cosas que mi Ser Interior me decía “Susana, no es por aquí tu camino…” entonces yo luchaba, intentaba tener hobbies pero luego la vida me convenció, no sé cómo, para que trabajase en una oficina… Desobedece a la influencia del entorno, haz lo que tu corazón te diga y no es una poesía. Si te empeñas en hacer lo contrario, anda, métete la hostia, ¿Quieres conocer el estrés? Vete por el otro lado ¿quieres conocer el amor puro y la abundancia? Vete por el corazón. Eso es lo que yo le diría a mi yo de quince años.
Para terminar, si estuvieses en mi lugar de entrevistador ¿qué pregunta te harías? Puede ser una pregunta tonta o una pregunta más trascendente….
Uy, que preguntón… Quizá una pregunta más trascendente, me la haría a mi yo del pasado. No sé… ¿cómo harías llegar el desarrollo espiritual a los niños? Quizás no sea sólo la pregunta sino que es algo a lo que yo le doy vueltas…
Entonces no tienes la respuesta todavía.
No tengo la respuesta todavía porque quisiera estar segura de difundir algo que de verdad funcione, algo que pueda enseñar a mis hijos, el desarrollo espiritual alejado de todo dogma, que tú creas en ti como ser humano sin instituciones, sin dogmas, sin creencias, sin prácticas de ningún tipo, de marca blanca, no ligado a ninguna religión ¿cómo lo podrías empaquetar para llevárselo a los niños? Quizás sea la pregunta reflexiva que yo me haría pero no tiene respuesta, lo siento. Sería algo que hay que devolver a los niños o al menos no sacarles de ahí.
Dejaremos esta respuesta para la próxima entrevista. Muchas gracias por tu tiempo, Susana, un verdadero placer.
Y nos despedimos con ese abrazo sentido que me recuerda que, muy posiblemente, hayamos coincidido en más de una vida pasada.
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