Dar cera, pulir cera
¿Os acordáis de la famosa película Karate Kid?. Todos nosotros somos como pequeños aprendices de kárate. Nos damos mucha cera que luego tenemos que pulir. Imaginaros darnos esa cera en forma de dudas, menosprecio y debilidades, luego la pulimos con desprogramaciones, afirmaciones y pensamientos positivos. El resultado es que brillaremos.
Cuando paso malos momentos, sí, también yo los tengo, es cuanto más necesito de mis afirmaciones para creer que todo lo que vivo, cada experiencia que siento, es por algo bueno. Antes o después veré que lo que me ha pasado es fruto de algo y que eso que he vivido lo experimento para mi propio crecimiento personal, para mi propia evolución y para el de las personas que me rodean. Por mí y por todos mis compañeros, como solíamos decir cuando jugábamos de pequeños. Si yo alcanzo la felicidad constante, haré que los que estén a mí alrededor también eleven su frecuencia, sin embargo si me paso la vida en el lamento y el victimismo, los demás la bajan. Si queremos hacer un mundo mejor hemos de creer en nosotros mismos, en que todo es posible…el amor incondicional, la empatía, la felicidad…es muy importante vivir sin expectativas, viviendo cada momento como único, dejarse sorprender y permitirse equivocarse así como sentir todo tipo de emociones y sentimientos, desde la tristeza o ira hasta la mayor de las alegrias. La rigidez no es buena. El ser flexible es un plus para nuestra propia evolución. Cada vez que observo a personas que son tercera generación de algo, o de una determinada idea política o religión sin haberse cuestionado nada en la vida, heredando rigidez de una generación a otra, me doy cuenta de todo lo que nos queda por pasar para despertar.
En cierta ocasión hablé con un sacerdote sobre la fe, a él le encantaba el feligrés que dudaba de los dogmas de fe porque una vez que te haces la pregunta adecuada y encuentras la respuesta, encuentras tu verdadero camino. No tenía miedo de perder feligreses que dudasen, tenía la certeza de que entre ellos habría alguien que alcanzaría la plenitud tras la duda, la VERDAD, ya sea en su religión o sin religiones. Llegado a un punto da igual como la encuentres, lo importante es la inquietud de la búsqueda.
Duda, hazte preguntas, reflexiona, duda, busca, duda, plantea nuevos caminos, sigue buscando, ama mientras dudas, busca en tu interior…date cera para poder luego pulirla. Dar cera, pulir cera. Dar cera, pulir cera…El kárate tiene mucho de humildad, el saludo antes de entrar al Dojo o antes de un combate, una flexión de la parte superior del cuerpo, indica que hoy puedo aprender de mi adversario, a pesar de lo alto que sea nuestro estatus siempre podemos aprender del rival, solo hay que escuchar para poder aprender, si siempre habla el mismo, es difícil que podamos aprender cosas nuevas. El silencio en el diálogo es parte de la conversación, asienta conocimientos, nos permite reflexionar la respuesta. Nos permite dudar de nuestros rígidos pensamientos y programaciones y nos da la posibilidad de crecer, de dar un paso más en el camino hermoso de la plenitud, la felicidad, el amor y la gratitud.
Y para terminar otra pregunta, ¿Sabéis quién es nuestro gran adversario y rival? Nosotros mismos…Shhhh, no digas nada, reflexiona en silencio, duda…da cera, pule cera… Dar cera, pulir cera. Dar cera, pulir cera.