Dejar de ser para vivir SIENDO
Un alumno dice a su maestro
‘Como me gustaría ser como tú».
El maestro responde:
«Entonces sé tú”.
Hace tiempo escribí algo parecido a esto…uno no es feliz con lo que tiene, hemos de fijarnos en lo que tiene el vecino, desearlo y cuando lo conseguimos, vemos que eso no nos hace felices.
Si quieres ser como yo, has de ser tú mismo. Ese es el secreto de mí ser. No es difícil, sencillamente no hay que dejarse llevar por los pensamientos negativos ni por el consumo, hay que vivir con coherencia y sintiendo el aquí y ahora, no el deseo de “qué feliz sería si poseyese o si me tocase la lotería…” Aquí y ahora yo soy feliz con lo que tengo, donde estoy y con quien estoy. No pido mucho a la vida. Sé las cosas que me hacen feliz e intento estar a la altura de ello en cada momento, aunque a veces me despiste siempre tengo a un ángel cercano que me recuerda cuál es el camino que he elegido para llegar a ser feliz.
-Maestro: ¿Hasta cuándo he de meditar?
El maestro responde: Más
Hablando con personas de todo linaje, con maestros y seres muy evolucionados, he aprendido que hay muchas formas de meditar. Todas consiguen acercarte a un camino interior. Desde la Meditación contemplativa, hasta la vacuidad interior, el ser uno con el todo y la nada. La reflexión de un tema, hasta sacar conclusiones, o el ahondar en algo para llegar al origen de un “problema” que ha originado una posible evolución a través de un despertar.
-Maestro, ¿cómo sé que he de seguir meditando?
El maestro dice, ¿estás meditando?
Uno de los grandes personajes a los que he podido entrevistar, el físico cuántico Amit Goswami, me dijo que él vivía en meditación constante. Me encantó. Sé que es difícil pero la meditación es una técnica, como el reiki, que se aprende poco a poco y se introduce lentamente en tu vida para que se convierta en eso, en una forma de vida. Primero unos minutos al día, por la mañana o por la tarde. Más tarde por la mañana y por la tarde…al cabo del tiempo, vives en meditación.
Si no podemos cambiar el mundo, al menos podemos cambiar la forma de verlo y de que cómo nos afecte.
Y eso es algo más que una frase hecha.
Ahora estoy teniendo una afinidad especial con una maestra muy influyente para mí. Lo que más me gusta es que en una reunión de amigos, alguien pregunta una cosa y los dos respondemos lo mismo al unísono. La última nos hizo mucha gracia porque una amiga decía que cuando mueran ella y su pareja querían volver a reencarnarse enseguida para poder seguir haciendo el amor. Mi amiga y yo respondimos en cuestión de décimas de segundo que no, que en el siguiente nivel energético no hace falta hacer el amor para sentir el éxtasis, que lo que se siente en esa dimensión en un éxtasis constante, al final, alcanzar el Nirvana es como llegar a un orgasmo. Por eso un orgasmo se consigue siendo uno aquí y ahora. Es una gran forma de evolución y no precisamente a través del dolor. Hacer el amor…ese es el secreto. AMOR; AMAR, ENTREGARSE…ya sea en cuerpo, por amor, amor, no por placer carnal, como en la vida misma, amar por amar y por ser amado y digno de amor. Como decía San Agustín, ama y haz lo que quieras. Es bestial. Ama y vive, ama y equivócate, ama y perdona, pero ama, joder, ama.
Un buen día dejas de hacerte preguntas para llegar a ser tú mismo la pregunta.
Es entonces cuando los demás te miran y admiran. Es cuando todos te dicen cosas preciosas de tu ser. Es cuando hemos de tener especial cuidado con el ego. Eso me lo dijo un sacerdote católico hace un año, cuando preparaba mi peregrinación a Santo Toribio de Liébana en Cantabria en busca de ángeles. “ten cuidado con Satán que viene disfrazado de Ego”. Ese “adversario” es el que nos puede hacer avanzar o caer, que es otra forma de avanzar, pero con dolor y nosotros ya no estamos para sufrir, estamos para vivir, para aprender, para amar y para compartir.
Es todo tan hermoso cuando se vive en meditación aquí y ahora. Se deja de ser para vivir SIENDO.