Desprogramarse es una tarea complicada
Me encontraba limpiando la casa, el polvo, barriendo, recojo la basura y la dejo preparada para bajar las bolsas a la calle, friego para que mientras se sequé el suelo, baje el reciclaje y la basura. Friego el suelo de toda la casa, me acerco a la puerta y veo que se me ha olvidado la bolsa del papel en la cocina, me dispongo a cruzar el pasillo recién fregado y me escucho a mi mismo regañándome «si, hombre, te atreverás a pisar el suelo recién fregado». Me he quedado parado y he seguido desafiándome, muerto de risa… !Ay, madre! como son las programaciones.