Diario de un ratón de biblioteca llamado Dix: capítulo XV
Otro cuento de Dix y sus amigos escrito por Desam. Ferrández
Puedes leer a partir del primer capítulo aquí
Dix se despierta sobrecogido y con una sensación rara en el cuerpo que no sabría definir…
¿Qué te sucede, Dix? Tienes una mirada nada habitual_ Pregunta Cloe un poco confundida por la expresión facial de Dix.
Ufff, he tenido un sueño un poco raro y estoy desconcertado, o eso creo.
¿Qué clase de sueño?
Un sueño tan real que parecía que lo estaba viviendo.
¿Qué pasaba en el sueño?
Pues que de repente me veo en un lugar que me está ofreciendo ir a la Atlántida…
¿Qué es la Atlántida?, ¿dónde está?
Es una isla mítica que desapareció 5.500 años antes de Cristo, estaba situada en el océano Atlántico entre América, España y África.
¿Por qué la consideras mítica?
Pues porque de ella hay muchas hipótesis, una dice que no existió en el plano físico.
¿Hay documentación sobre esta isla?
Sí, hay mucha información sobre ella en la biblioteca.
Qué interesante, sigue por favor.
Una humana me pregunta o con quién quiero contactar yo en la Atlántida o qué quiero hacer en este viaje. Le respondo con soltura que quiero ir a la vida más relevante para mí de todas las que viví en la Atlántida, la que me aportó mayor conocimiento. Me acompaña a una especie de nave roja muy brillante a la cual, para acceder a ella, tengo que abrir la capota de arriba. El platillo volante es como un óvalo atravesado por un plato pero, la parte de arriba es de cristal transparente a través del cual puedo ver todo lo que me rodea. La humana dice que tengo que decir a la nave a donde quiero ir…
¿Pilotas tú la nave?
Sí, le doy las ordenes para que me lleve adonde quiero ir, para ello desecho todos los conocimientos e información que me han llegado hasta ahora, así, todo lo que reciba será nuevo…
¿Y cómo se ve el cosmos?
No lo veo, de repente estoy en la Atlántida, no he viajado, me he teletrasportado…
¡¡Gualá!! Continúa.
Aparezco en un camino que me lleva a una especie de montaña totalmente blanca, todo lo que hay en ella es blanco; está en alto y desde luego no es natural. Al otro lado del camino, separada de la montaña blanca, hay una ciudad de luz roja y todo lo que hay allí es rojo. Se apreciaba una gran diferencia entre las dos estructuras.
Mi pensamiento se pregunta si la blanca será mejor que la roja y una voz, que no sé de donde sale, me responde: Que haya dos clases tan diferenciadas no quiere decir que no se pueda interactuar con una y con otra, no tiene porque ser ni bueno ni malo, simplemente son diferentes.
Yo me veo en el camino y voy de un espacio al otro, pareciera que soy un trabajador y por el camino me cambio de traje, como si para entrar a la montaña blanca necesitara ir de blanco y para entrar a la ciudad roja necesitara ir de rojo. Lo que hago no lo veo con claridad, no obstante tengo claro que aprovecho conocimientos de un lado y del otro, posiblemente luego de elaborarlos los comparta en la zona opuesta.
Las dos zonas tienen mucha energía y se aprecia por encima de la montaña una especie de aura.
¿Qué tipo de ratones hay allí?
Somos híbridos, no somos como acá.
Al decir híbridos ¿quieres decir qué estáis formados de dos razas?
Además de la unión de dos razas, también tenemos conexiones diferentes muy marcadas, una terrenal y la otra cósmica.
Podría ser que fuerais el resultado de la unión de una civilización galáctica y otra terrenal.
Podría ser.
¿Y quien os ha creado?
Se me representa como la Luz.
¿Y tú interactuás con todos los integrantes?
Sí, aunque sigo sin recordar que hacía exactamente.
En la tierra pasa igual, hay ratoncitos con más luz y otros como más terrenales, aunque es cierto que todos estamos constituidos por células, energía y conexión terrenal y celestial. ¿Podría ser algo similar, Dix?
Podría ser, parece que seguimos viviendo lo mismo, como que se ha repetido y lo adecuado es interactuar con los bandos, clases, o razas. La comunicación entre seres diferentes es buena, todos tienen muchas cosas que aportar a nivel individual.
¿Y la finalidad de estos dos espacios tan diferentes cuál es? ¿Qué sigamos aportando por los siglos de los siglos cada uno lo suyo o que nos unifiquemos más?
¿El para qué seguir viviendo así? Es, uffff, no se sabe, no he visto tanto en el sueño, aunque la verdad es que era todo sencillo, quizás vivir sin más.
El tiempo como tal no existe, o no es igual como lo marcamos en la tierra.
Quizás sea una metáfora de vida y muerte, el recorrido que tenemos marcado de muerte y de otra vida es el mismo juego, nos quitamos una ropa y nos ponemos otra, la muerte es una transición hacia otro espacio.
A lo mejor uno es donde trabajo y el otro es donde duermo, no lo distingo.
La sensación era buena, hasta puede ser el mundo de los sueños y el mundo de la vigilia.
Los intergalácticos que están en la montaña blanca tienen más luz, ¿esa luz es de tecnología o de conocimiento espiritual?
Astrológico, supongo que tecnológico también.
¿Y espiritual?
Se diría que los dos tienen la parte espiritual desarrollada, el rojo es más terrenal pero no por ello dejan de ser espirituales y el blanco es más astrológico. Como uno muy en las nubes y el otro muy en la tierra, con conocimiento espiritual y mental en ambos lados. Se complementan, no son enfrentados.
¿Y para qué te han mostrado estas imágenes?
Yo siempre he mitificado la imagen, o el recuerdo, de la Atlántida desde el primer libro que cayó en mis manos. Hasta me he visto allí en alguna ocasión y era una ratita inteligente, no con poder pero sí con sabiduría trabajadora en la parte de la luz y siempre en el bando de los buenos. Con esto desmitifico la Atlántida, ni todo es tan bueno, ni todo es tan malo y parece que no era tan superdotada.
Seguramente he vivido varias vidas en la Atlántida y en la tierra; además creo en la teoría de que en cada una de ellas he tenido un estado y un estatus diferente.
Entonces, ¿te ha servido para desmitificar y saber que todo está bien? Aunque no seas tan listilla como creías. La verdad es que de ratita no te imagino…
Ja, ja, ja. Pues era bien linda.
No tengo ninguna duda de ello, pero sigue contando, todo está bien ¿allí o aquí?
Supongo que en ambos lugares o en todos los espacios donde hallamos vivido.
Puede que otra analogía sea que la montaña blanca es una vida y la ciudad roja es otra que se complementan, las dos igual de importantes. Como en una pesa de musculación que tiene la misma importancia y peso la de la derecha como la de la izquierda, para que no se vaya de lado y esté equilibrada. Incluso podría ser una vida y el camino de la montaña blanca hacia la ciudad roja el transito hasta la otra.
Insisto, ¿con qué finalidad te muestra el sueño estas imágenes?
A lo mejor es tan simple como el no juicio; todos hemos sido y hecho de todo. Tenemos todos los personajes de la obra.
Es importante desmitificar porque no hay necesidad de salvar a nadie, nadie es ni bueno ni malo, estamos en un universo dual porque nosotros lo hemos elegido así. Y más te digo, cada uno es libre de llevar un ritmo u otro; tenemos mucha costumbre de mandar o porque vemos que el otro ratón hace las cosas de diferente manera a como yo las haría o porque lleva un ritmo diferente. Creo que hay que saber respetar los ritmos de cada uno.
Pues fíjate que yo hoy también he soñado.
¿Y me lo quieres contar?
Claro. Estábamos en un castillo, llevaba mi melena de niña con diadema incluida. Tú estabas en la palestra y yo te escuchaba muy alegre. Había mucha gente y se juntaban los extraterrenos, que no tenían el cuerpo como el nuestro, con ratones como nosotros y todos estaban hablando, compartiendo conocimientos.
Cuando tú me estabas contando tu sueño y has dicho «no quiero tener recuerdos de información anterior, todo será nuevo», me he acordado de una parte del sueño que tuve esta noche: me he ido a un lugar en el que se estaban pegando.
¡Qué coincidencia! Al principio vi la montaña blanca y abajo todos vestidos de marrón, luchando, no queriendo alcanzar la montaña pero dándose de tortas y me dije: esto no es donde quiero ir.
Yo también huí de la lucha y, a partir de ahí, me vi como una suma sacerdotisa que decía a la sibila que me acompañaba: «he canalizado que más allá de los registros existe el palacio de los sabios, es como cuando en meditación entras en ese mar de calma, ahí profundizas más hasta entrar en el pensamiento divino, y en ese estado he preguntado cuál era la mejor manera para expandir el amor y he pedido las herramientas precisas para tal fin.
¡Carambolas! Los dos empezamos el sueño viendo una lucha y los dos huimos de la confrontación. Continúa, por favor ¿Qué te han contestado?
«La sacerdotisa ha de llegar a todos para expandir su amor», además, para que sepa cuales son las herramientas a emplear me tienen que hacer un tratamiento.
¿Y qué te hacen?
Antes de nada me acuestan en una camilla, me hacen una limpieza energética, después una alineación de chacras y se me dice que toda la información que me tiene que llegar lo hará poco a poco.
¡Guala! Ahí se nota que eres femenina, primero sueñas con un castillo, te ves a ti con diadema incluida, luego como sacerdotisa y finalizas en una camilla recibiendo tratamiento energético. Ja, ja, ja. ¿Te das cuenta que soñamos con lo similar a lo que proyectamos?
¡Qué bueno! No me había dado cuenta.
¿Qué información te llegó?
«Contacta con tus hijos divinos», me dijo una voz suave de mujer. Para ello me reúno, no solo con mis iguales, si no que además me integro con la plebe, me libero del orgullo que demostraba por mi posición alcanzada; me quito la capa y me comunico con todos sin importar su procedencia y a partir de entonces me llaman la «sacerdotisa del amor y de la prosperidad».
Veo ratones que no tienen expresión, ni euforia, ni tristeza, sin embargo en cada momento lo dan todo. Parece que estén en equilibrio.
¿Alrededor del castillo hay mucha gente?
No, todos están viviendo dentro de las murallas del castillo.
¿Son ratones harapientos?
No, para nada, no van vestidos con tanto lujo como los que vivimos dentro del castillo, sin embargo no van ni con rotos, ni sucios, parece una comunidad con recursos.
Podríamos escribir un libro con cuentos e historias.
¿En serio? Si no ha sido más que un sueño.
¿Segura? Igual nos hemos desdoblado y hemos ido a algún lugar lejos de nuestro hogar.
¡Qué bonito suena cuando dices nuestro hogar! ¿Por qué no le llamas casa?
Porque para mí hogar tiene una connotación de amor y calor.
¿Siempre le has llamado hogar?
Sobre todo, desde que tú estás en el, compartiendo tu vida conmigo.
Diiiix, me vas a sacar los coloressss.
¡Qué guapa eres! Bueno ¿hacemos un libro juntos?
Me gusta la idea, veremos si volvemos a soñar como hoy.
¿Has dicho en serio lo de que a lo mejor nos hemos desdoblado?
En realidad lo que pienso es que a lo mejor en los viajes astrales que realizamos al dormir, nos hemos ido a esos lugares.
¿Qué es eso de viaje astral?
Pues que al dormir nuestro cuerpo físico se queda en la cama porque así se repara y descansa, y el cuerpo energético sale y se va al astral, hay ratones que lo hacen conscientemente, aunque lo más habitual es que no seamos ni conscientes de que nos hemos ido de picos pardos.
¿Tú has hecho alguno conscientemente?
No.
Era para que me enseñaras.
En la biblioteca hay libros sobre el tema, alguno hasta con ejercicios para practicar, aunque creo que es bien difícil.
La verdad es que me daría miedo practicar algo que no puedo controlar, de momento prefiero soñar a tu lado y luego contártelo, es muy agradable tener estas charradas mientras tomamos un cacao caliente.
¡Te amo, Dix!
¡Te amo, querida sacerdotisa con diadema incluida!.
La pareja se funde en un hermoso abrazo donde se demuestran amor, respeto y complicidad.
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