¿Dudas?
Desam. Ferrández, Madrid, 22 de abril de 2020
En estos días tan diferentes y curiosos en los que estamos recluidos en nuestros hogares, ya que no nos permiten salir de casa excepto para trabajar si eres del grupo al que se le da permiso para cuidar y cubrir las necesidades del resto de la población, por lo que vas de casa al trabajo y del trabajo a casa; o hacemos una salida esporádica y rápida para ir a la compra y volver de nuevo al hogar, sin tan siquiera tener la posibilidad de poder dar un paseo ya que nos han dicho que es como se previene el contagio del… en la calle se ven diferentes realidades.
Yo trabajo en un hospital y compañeros míos se contagian, cierto que no conozco como están ni emocionalmente ni físicamente, ¿cómo se contagian? Lo desconozco, supuestamente o no se han protegido lo suficiente o se han saltado alguna norma de protección o las protecciones no han servido para lo que se han creado, tanto en casa como en el trabajo.
En un momento en el que hay exceso de cuidado, nos lavamos las manos continuamente así como todo lo que entra en nuestros hogares, ¡casi obsesivamente!, observo a las personas que viven en la calle y pienso que es como si vivieran en un mundo diferente, como si estás medidas preventivas no fueran para ellos.
Cuando les ofreces comida te la aceptan, confiando en ti y en tus manos no se cuestionan el estado de la comida, la pregunta “¿puede esta comida estar infectada?”, no está en su mente, seguramente pensaran “hoy también ceno”. Les he visto buscar comida en la basura e incluso cogiendo colillas del suelo para llevárselas a la boca sin importarles cómo estaban los labios que han desechado previamente dicho pitillo ¿estarán todos contagiados?
Hablando con los sin techo nos dicen que no quieren ir a los albergues porque no los dejan salir cuando ellos quieren ni para fumar un cigarrillo ni para estirar las piernas. Sí que es verdad que en esos lugares duermen a cubierto y tienen espacio para asearse, pero no tienen libertad, tienen más miedo de estar en los albergues que de estar bajo las estrellas, para ellos vivir en estos refugios es como estar en una cárcel porque los tienen encerrados y además creen que los albergues son un posible foco de contagio del…
No conozco bien la vida de los que viven bajo las estrellas, ni la salud que tienen; los veo, como siempre, caminando por la calle para conseguir comida, ahora todavía más ya que hay muchos comedores sociales cerrados. Los veo como siempre, sí, pero con una gran diferencia, actualmente se tienen que esconder porque se les persigue como a delincuentes por estar simplemente desplazándose de un lado a otro por la vía pública, ahora que necesitan más ayuda de unos y de otros, de los trabajadores sociales que cuidan de todas estas personas o de la policía, en este momento necesitan más protección, cariño y atención, ¡justo ahora!.
Parece un mundo al revés, es de locos…
Se me plantean muchas dudas.
¿Y si esto fuera una obra de teatro?
¿Por qué ellos pueden seguir haciendo su vida en la calle y yo estoy en casa encerrada? Eso sí, con mi consentimiento. No es que quiera que ellos pierdan su libertad, pero… ¿y mi libertad?… es que yo he perdido voluntariamente la mía.
¿Quién ha cambiado a los actores del lugar habitual y ha creado cárceles individuales que nos privan del sol y de la comunicación habitual entre humanos?, ¿estoy en mi propia cárcel o mi cárcel la ha creado otro para su propia película?
Hay tantas dudas que no sé qué es cierto, ni quién tiene la razón… ¿hay una razón real para esta privación?
Dentro de todas mis dudas hay datos, cifras e información que no me cuadran y que me invitan a dudar más, a reflexionar.
Seguiré debatiendo mis propias dudas y poniendo en tela de juicio cualquier imposición, debatiendo hasta sus propias dudas y las tuyas.
Escuché a un buen maestro decir: no creas todo lo que yo te diga… medita, practica y comprueba mis teorías y en base a ellas desarrolla tus propias teorías basadas en tus propias experiencias…
¿Tienes algún tipo de duda? Pues ya es hora de que las tengas.
Muchas dudas…
Y me está ocurriendo una cosa. Duermo y sueño, sueño muchas historias, unas un poco surrealistas, otras, situaciones que podrían ser cotidianas. Personas que conozco, muchas que hace mucho tiempo que no veo, o que han muerto, otras que están en mi día a día. Distintos lugares, ambientes, a veces parecen verdaderas novelas, secuencias largas y con una trama. Aventuras, cosas que parecen a veces imposibles, pero dentro de la vida que recuerdo. Ninguno lleva mascarilla, ni hay que tener ningún cuidado. No existe el…
Y me despierto aún metida en el sueño, disfrutando lo que recuerdo de él. Al tiempo de despertar vuelvo al presente…? Y me digo : «uy, acuérdate, ahora llevamos mascarillas y no podemos disfrutar un paseo, ni abrazar a los que acabas de ver».
Y no sé si el sueño era la realidad y es ahora, el día que creo empezar, que es cuando estoy metida en el sueño. Uno de esos sueños extraños que a veces tenemos. ¿Cuál es el real? ¿El que creo soñar? ¿O en el que creo que estoy despierta? A veces pienso, que estoy más despierta en el que creo que es un sueño.
¿Cuál es el sueño?