Editorial agosto 2021
Que nuestro bien prevalezca sobre el mal
Me gustaría comenzar este editorial con una pregunta, ¿cómo os sentís? Voy a responder yo primero y luego, si queréis, respondéis.
Yo estoy cansado, mucho. Estoy cansado de la situación que estamos viviendo de incoherencia, de miedos, de mentiras, de esta vibración tan baja que se está generando por culpa de todo esto que llaman pandemia. Hay mucha crispación, tensión y violencia por todos los rincones del mundo. O al menos eso es lo que nos dicen.
Viejas teorías, que nos dan a conocer a través de sus portavoces, hablan de los planes del “gobierno mundial en la sombra” que nos maneja con sus hilos invisibles, dicen que la próxima fase de la agenda global que llevan décadas planeando es un posible estallido de violencia en diferentes partes del planeta.
No quiero discutir si es verdad que existe una agenda global, un gobierno en la sombra, eso no es relevante ahora, lo que quiero plantear es que si fuese verdad y nosotros supiésemos que es verdad, tendríamos dos formas de actuar, la primera y más primaria, sería con violencia en contra de ese “gobierno en la sombra”, con lo cual aumentaría la oscuridad por culpa de nuestra ira: como otra opción, para mí, más interesante, sería actuar desde la calma y el amor. No quiero decir que el momento que estamos viviendo no se merezca una revolución, sí, pero no violenta o “los oscuros” ganarían la batalla, pues lo que quieren, os recuerdo, es precisamente violencia y crispación.
Hay muchas formas de actuar pacíficamente; una es hacer boicots a las empresas que creamos están detrás de todo este plan, claro que eso podría significar más paro, hambre y más lucha social. Pero coherentemente deberíamos hacer boicot a las empresas que se aprovecharon de cada una de las guerras que ha habido desde la revolución industrial, esa revolución que fue un importante cambio para el mundo pero que esclavizó de una forma diferente a como se conocía ese termino hasta entonces; podemos hacer boicot a las empresas que corrompen los sistemas democráticos con sus malas praxis; podemos hacer boicot a las industrias de la alimentación que nos envenenan, a las farmacéuticas que no nos quieren sanos, no sería negocio para ellos; a las empresas que contaminan; a las que no tienen ética, no tratan bien al trabajador, trabajadora, a las que generan guerras para poder seguir creciendo o poseer minerales de cualquier tipo; a los medios de comunicación, a las empresas de telecomunicación que necesitan de algunos de esos minerales mencionados anteriormente, a las redes sociales, a la industria de la educación… todo lo que lleva el sello de industria no quiere la mejoría del individuo ni del planeta, quieren mejorar su economía y crear seres dóciles para que sean, seamos, más manejables.
Ahora que leo todo esto… vaya cansado que sería hacer boicot a todas las empresas que han creado esta sociedad del bienestar tal y como la conocemos. ¿Vivimos realmente en una sociedad del bienestar?, ¿todo lo conseguido tras tanta revolución nos hace realmente vivir felices y con ese bienestar prometido?
Si la nueva normalidad es vivir bajo el paraguas del miedo, yo prefiero crear otra normalidad diferente porque la que había antes tampoco me gustaba mucho. Lo primero de todo propongo apagar las televisiones y crear grupos de lecturas y debates, vamos a vernos las caras, a pensar y a discernir, filtrar lo que es verdad, realidad y mentira y a vivir en amor, sin importar religiones ni creencias, sin intentar imponer una única creencia ni nuevo orden mundial.
Lo bonito de la vida es que podemos aprender unos de otros, para eso tenemos que socializar, escuchar, hablar, sentir, respetar y sobretodo, no creerse con el título de “poseedor de la verdad absoluta” porque realidades hay muchas, verdad Una, se llama AMOR, es una hermosa luz que la sombra nos quiere apagar, nos la quiere ocultar.
Propongo que, entre boicot y boicot, (sarcasmo) mandemos luz, pensamientos positivos, oremos, o lo que creas oportuno, para la feliz convivencia de la especia humana, de los habitantes de los cuatro reinos, el vegetal, mineral, animal y etérico y para que nuestro bien prevalezca sobre el mal de los gobiernos de la sombra y, ya de paso, puestos a pedir, que descubran la luz que son y que trabajen, trabajemos, para que se haga lo mejor para cada uno de nosotros, el planeta tierra, el cosmos y la humanidad al completo, en este preciso momento.
Os deseo una feliz estación, dependiendo desde donde nos leáis, feliz verano o feliz invierno. Disfrutad de los frutos de cada estación sin miedo y con la libertad que nos proporciona nuestro libre albedrío que nos hace ser capaces de decidir por nosotros mismos a través del conocimiento adquirido y nuestra intuición.
¿Creemos en el poder de la palabra? Yo sí.
Pues así es y así se cumple.
Jose Mª Escudero Ramos
Editor, presidente y fundador de la Asociación y Revista Susurros de luz
Gracias por tu escrito tan necesario en estos momentos.
Así es y así se cumple