Editorial de agosto 2018
Hermosos regalos en Limpio
Escribo esta editorial desde el Paraguay pues como muchos de nuestros lectores sabrán, Desam, compañera de la Revista IMO, y yo, nos hemos venido a pasar una temporada colaborando con las ong´s amigas Amor en acció y Susurros de luz.
Llegamos el 22 de julio a Limpio, localidad muy próxima a Asunción, nos encontramos a las afueras de Limpio, en medio de un asentamiento de personas muy desfavorecidas. En Limpio hay censadas 220.000 personas, el 70 % viven por debajo del umbral de la pobreza.
Hemos empezado a colaborar en un colegio de esta zona, dando talleres de Mindfulness con una mirada fotográfica que llevo años impartiendo en Madrid y Castellón. En esta ocasión los hacemos Desam y yo. El trabajo en equipo es precioso y estamos muy bien coordinados por lo que nos resulta mucho más sencillo.
En los primeros días hemos sentido diferentes emociones, primero la gratitud por poder estar dando estos talleres a estas lindas personas. La sensación de vértigo al hablar pues el español es muy diferente, al escucharles en muchas ocasiones no se les entiende al igual que ellos no entienden muchas de nuestras expresiones. El decir conceptos o hablar de cosas que para nosotros son normales, ellos ni las conocen por lo que hemos de cuidar cada palabra, cada definición, cada tarea que se les encomienda. Al ser jóvenes sin apenas recursos hay cosas que no están a su alcance. No vamos a preguntarles cuál es su comida favorita porque su respuesta sería “comer”. En el taller de Mindfulness con una mirada fotográfica enseñamos a mirar el presente con una mirada positiva, incluso sacando de lo negativo algo positivo, a la vez que enseñamos la mirada fotográfica. Nos ha impactado que, en los pocos días que llevamos, están haciendo unas fotos muy hermosas, quizás estos muchachos encuentren una profesión tras hacer el taller, o pulan esa vena artística, que les ayude, no solo a salir de este asentamiento, sino a mostrar su lado más creativo dando fuerza y valor a su sensibilidad.
Estos muchachos nos han abierto la puerta de su confianza y poco a poco la de sus corazones. Nos lo ponen muy fácil, son gente linda con ganas de aprender al igual que los profesores, todos estamos muy contentos de poder tener esta experiencia. Quizás acabemos haciendo el taller para profesores.
Estuvimos hablando con una de las maestras sobre el Hospital de indígenas donde atienden a los indios guaraníes que vive en las montañas, y pensamos que sería bueno que los jóvenes con los que trabajamos vean otras realidades, por lo que vamos a organizar algo tipo llevar ropa o comida para los indígenas que van acompañar a los enfermos al hospital, como no tienen donde dormir ni dinero para comer, están en la calle, durmiendo en el suelo, pasando hambre y estos días de invierno, mucho frío.
Primero iremos Desam y yo a ver dónde está el hospital para conocer los desafíos que podemos encontrarnos. Tras un estudio empírico de los riesgos, haremos por hacer, para que hagan…y que los chicos en situación de precariedad vean que hay otras personas en peor situación, al ayudarles, pueden sentir la gratitud de poder ayudar y ser ayudados en un juego de hermosa solidaridad.
Iremos contando.
Gracias por leernos.