Editorial de julio 2021
¡Cómo somos! ¿Cómo somos?
Dependiendo de con quién estemos, seremos. Quizás sea por aquello de cómo nos vibran los átomos, provocaremos, nos provocaremos, una serie de reacciones de incalculable resultado. Al final resultará que somos formulas químicas. Yo soy un hombre de Fe, (Fe=Hierro, en la tabla periódica) así que puede que sea un hombre duro y frío para algunas personas y para otras, calma y paz. ¿Cómo reaccionan otras células cuando se juntan con las mías? Y viceversa. ¿Cómo reacciono yo antes otras celulitas traviesas? Los átomos están en vibración, ¿cómo vibramos y hacemos vibrar?
¿Cómo somos y cómo nos ven?¿Vemos, nos ven, tal y como somos o tal y como son? ¿Será cierta la teoría de los espejos? ¿Es teoría o teorema? ¿Llegará a ser una ley universal?
Estoy tan cansado de remover como de que me remuevan. Sí, es verdad que el tiempo de angustia vital que estamos viviendo se está prolongando demasiado y eso no ayuda mucho.
Esta carrera de larga distancia hace mella en todos de diferentes maneras. El camino que estamos recorriendo es como una larga cuesta arriba, de poca pendiente pero muy prolongada, un falso llano de esos que decimos los corredores guasones, queriéndonos reír del destino.
En la vida, como en las carreras, si no estás bien preparado lo pasas mal, hay momentos a lo largo de un ultramaratón que solo quieres tirar la toalla.
En este momento en el que estamos viendo al hombre del mazo, estamos pasando “el muro” de la situación que estamos viviendo, de una forma u otra todos estamos afectados y precisamente en estos momentos tan difíciles quiero recordar el abrazo que me dio aquella amiga en el kilómetro 38 del maratón de Madrid; la manita del bebé que, alentado por su mamá, choca con la mano sin fuerza de este que esto escribe, justo antes de enfilar la última recta hacía la meta de una media maratón. Quiero recordar a los amigos que me esperan en la meta, o los que acaban el maratón conmigo, a las personas que me esperan tras la carrera para brindar por los éxitos.
Ahora es el momento de dejarse llevar, de darlo todo y de no permitir que la mente piense. Esta carrera la acabamos con el corazón, con lágrimas en los ojos, sí, pero de emoción. Emocionados, porque la meta está ahí, la sentimos, porque en esta ocasión no está frente a nosotros, sino en nuestro interior.
También quiero recordar que no hay circunstancia que pueda con nosotros, quizás nos ponga de rodillas, en ese caso inclinamos la cabeza con humildad y gratitud, miramos a los ojos del monstruo que nos mira de frente, le sonreímos, le abrazamos y nos dirigimos juntos a la meta. Nuestra meta.
¿Cómo nos ven? ¿Cómo somos? ¿Quién acabará la carrera?
Vamos a poner todo de nuestra parte para que aquellos que piensen negativamente, con violencia o miedos, cambien de opinión y eso solo se puede conseguir si nuestro bien prevalece sobre el mal de los otros… a saber qué es lo que se les pasa por la cabeza, por las entrañas, por el corazón. Cómo están viviendo su maratón, cuán larga se hace la cuesta, mejor no pensar, sencillamente será mejor ponernos en su lugar. Desde su perspectiva podremos llegar a entender nuestro momento.
El ataque que nos intenta ofender debería servir para afianzar nuestro carácter pacífico.
Soy un hombre de Fe ¿Cómo me sientes?, ¿cómo me siento?
Y leyendo y releyéndome, siento la necesidad de pedir disculpas si alguna de las personas que se han cruzado por mi camino estos meses atrás, se han visto removidas y salpicadas por el maremoto de emociones que siento. Sirvan estas palabras para pedir disculpas de corazón. No son días fáciles, pero los recordaremos con amor porque esos átomos que vibran y se alteran alcanzan la frecuencia elevada gracias a cada experiencia de vida.
Gracias, Universo, por ponernos a prueba en este laboratorio tan curioso. La vida en un tubo de ensayo en zapatillas, con huaraches o descalzo… cada uno con su carrera, su distancia y sus sentimientos pero todos en el mismo laboratorio de sentimientos y emociones.
Esperadme, u os espero, justo antes de la meta para que podamos cruzarla todos juntos.
Jose Mª Escudero Ramos es fundador y editor de la Revista y Asociación Susurros de luz
Muy buena y preciosa descripción de lo que nos/me ocurre. También siento la necesidad de pedir disculpas por este maremoto mío de emociones.
Llegaremos a la meta con la ayuda de todos. Yo te sostengo, tú me sostienes . Hoy anima uno, mañana el otro. Cruzamos la meta juntos.
Gracias, gracias, gracias.