Editorial de octubre 2018
¿A quién le gustan las críticas?
¿A quién le gustan las críticas? me pregunta mi hija cuando le comento un tema de trabajo. Y María tiene razón, hay que estar muy loco para que te gusten las críticas.
Para poder evitar las críticas hace falta hacer las cosas bien e incluso así, puede que te lluevan comentarios negativos.
Para poder evolucionar hay que saber cuales son nuestros puntos débiles y cuales son nuestras fortalezas y dedicar tiempo a cada una de ellas, nuestras debilidades para poder fortalecer esos puntos débiles, las fortalezas para poder reforzarlas y que se mantengan.
Hay estudios para empresas llamados informes DAFO (Debilidades, amenazas, fortalezas, oportunidades) que nos sirven perfectamente para hacernos una idea de todo lo que tenemos por delante para nuestra correcta evolución personal.
Te dediques a lo que te dediques, es una buena idea preguntar a los clientes y compañeros cómo nos ven y cómo creen que podríamos mejorar.
Al informe habría que hacer una pequeña introducción para no caer en el autoengaño: Tratar de observar lo que dicen de nosotros como si fuésemos una tercera persona, dejando a un lado los egos que tan a la defensiva nos ponen a veces. Esa alerta de EGO herido puede que nos haga cerrar oídos y perdamos lo mejor de las críticas: interiorizarlas, aceptarlas y dejar marchar aquello que nos mantiene retenidos en un punto determinado.
Tras escuchar cada comentario debemos hacer una autocrítica, siempre constructiva. No se trata de creer que somos perfectos ni imperfectos, sino de ser humano, con debilidades y fortalezas.
Todos cometemos errores, pocos nos enfrentamos a ellos con coraje y coherencia.
Para que te gusten las críticas hay que estar un poco loco, tener el sueño de mejorar tu mundo. Quizás sea cosa de valientes, de locos, quién sabe… quizás solo sea cosas de soñadores…Yo puedo hacerlo mejor todavía.
Jose Mª Escudero Ramos es editor de la Revista y fundador de la Asociación Susurros de luz