EL TODO ESTA EN TODO
Nada más salir de casa me encuentro rodeado de energías que influyen en mi estado de ánimo. Percibo los sentimientos de la gente que me rodea. Salgo de un lugar donde convivo con ángeles, me rodean y protegen allí por donde voy. Pero al pisar la calle noto la fragilidad del ser humano. Mis propios guardianes me hacen sentir como se sienten los que me rodean.
Cuando entro en el metro y miro todas esas caras dormidas enfrentándose a la vida con esa agresividad que provoca el miedo, el sentirte vulnerable. Claro, hemos crecido en una sociedad que te obliga a ser el más de todo. El más fuerte, el más listo, insaciables. Incombustibles al consumo.
Nosotros nos hemos dejado guiar por esta forma de vida y ya no percibimos los asuntos espirituales o energéticos como debiéramos.
Nos preocupamos en saber cómo cerró la bolsa ayer, pero no nos importa como cerraron los corazones de todos aquellos que nos rodean, incluso nos preocupan y queremos. O creemos que queremos.
Ya no confiamos en nada porque hemos perdido la confianza en nosotros mismos.
Miro esas caras dormidas y puedo ver que es lo que sienten a través de esos ojos cristalinos. Casi transparentes. Aprecio que el todo está en todo. Que todo pertenecemos a un mismo elemento y somos diamantes en bruto.
Un día me encontré a alguien que al mirarle clavo su mirada en mí y percibí como su energía me atraía. Fue muy hermoso. Es algo bello percibir esos sentimientos amorosos, pero lo es aún más poder fomentarlos.
Por eso al afirmar que el todo está en todo no lo digo por decir. El amor por el amor y el odio, su opuesto esta en cada uno de nosotros y en todas las cosas. El simple hecho de nacer en un sitio u otro puede variar una vida. Nos inculcan unos sentimientos, nos duermen otros, pero todo está en todo. Todo está en uno y en los demás. Y en todas las cosas.
Los sentimientos contradictorios mueven el mundo. Hay que intentar entender las contradicciones. En muchísimas ocasiones nos desesperamos porque juzgamos las cosas que nos suceden sin perspectiva. Sentimos un terror, horror, miedo, sufrimiento, dolor un segundo y cuando entendemos porque es producido ese sentimiento retomamos el control de la situación y retornamos al estado de placer que debíamos de sentir siempre.
Tenemos que tener el control de nuestras vidas como cuando vamos en un vagón de metro y nos dejamos llevar por los raíles de nuestra vida.
Es cierto que la perspectiva nos hace variar los sentimientos, podemos incluso mejorarlos.
Y si en ese momento ejercen de espejos…. y si ves en ellos ese preciso momento que tu estas vivendo?
Quizas se puede cambiar de vagon y buscar alguien que aparente felicidad, aunque si tu en ese momento no estas en esa vibra no lo veas….
Solo es un pensamiento, lo que a mi a veces me pasa es que salgo feliz de casa y no veo la infelicidad de los que me rodean, el miedo que late detras de mi o incluso el dolor, sin embargo capto miradas, me gusta mirar a los ojos, incluso a los conductores. Esas son tan fugaces que muchas veces no veo ningun sentimiento, a pesar de no saber su situacion sonrio, siempre hay alguien que me corresponde con otra sonrisa.
Hola Adela,
No creo que sea malo percibir el dolor ajeno, sería malo que me hiciese mío ese dolor.
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