Genéricamente el paraguayo…
Por regla general el paraguayo
no quiere problemas
se entrega al forastero con total confianza,
no quiere pelear,
quizás porque tiene en sus genes el ser nómada.
El paraguayo
pide con fe ciega porque confía en la providencia,
está acostumbrado a recibir en abundancia.
El paraguayo podría parecer que derrocha
porque es puro generosidad.
El paraguayo no hace mucho por su país, parece que no,
sin embargo es el mejor embajador de su tierra.
El paraguayo tendrá mucho que aprender de los países que se denominan desarrollados, posiblemente sea un país “en vías de desarrollo” por una eternidad pero los que nos consideramos que vivimos en un país desarrollado hemos de recordar muchas cosas de nuestro proceso de evolución mientras les observamos y medimos sus necesidades que, quizás, sean las nuestras.
No vale la pena el desarrollo material si abandonas el espiritual.
Todos hemos de aprender de todos.