¡Gilipollas! ¿Cómo es que no piensas lo mismo que yo?
¡Gilipollas! ¿Cómo es que no piensas lo mismo que yo?…me atrevo a poner este título porque a mi amiga Belén le hace gracias que un tipo como yo, tan políticamente correcto, de pronto escriba algo tan provocador, y va y comparte, mi amiga, el post.
Pues el tema va de la falta de respeto. Llevo varios días oyendo críticas e insultos por que si muere una persona u otra, que si unos ven a esa persona de una forma y a la otra de otra y viceversa. Vaya, que para gustos los colores. Pero el tener diferentes gustos no da derecho, o sí también depende del gusto de cada cual, a faltar el respeto. Unos mueren, otros se alegran, insultan, hacen memes (al menos hasta que lo penalicen) otros se indignan, insultan, se indignan los otros; muere otro de otro bando y los que han dicho que es indigno insultar a una persona con cargo político se tienen que callar las ganas de hacer chistes, memes e insultar porque ha muerto otra persona que se merezca o no un minuto de silencio hay que respetar, pero se muerden la lengua y se callan no sea que se les pille una falta de coherencia.
Todo esto me hace reflexionar.
La falta de respeto, según mi teoría, es una manipulación mediática. Recuerdo mi infancia viendo la serie inglesa Los Roper, chistes basados en las disputas durante una convivencia infeliz, seguí creciendo con Honorato de Rosa María Sarda y Enric Pous, más gracejas basadas en la rancia convivencia de la vida en pareja. Más tarde, La que se avecina, Escenas de matrimonio…y entre medias de series nefastas para el cerebro, tertulias de televisión y programas, prensa entre rosa y amarilla, en la que los protagonistas tienen más razón según se grita más, se falta más al respeto e incluso se insulta.
Y varias generaciones hemos crecido observando como la convivencia es de todo, menos respeto y dialogo.
Poco a poco nos degradamos, bajamos el listón, bajamos la cabeza y respiramos profundamente. Solo queremos ser escuchados, no queremos escuchar, con lo hermoso que es la escucha activa y el habla amorosa, el habla activa y la escucha amorosa.
Ahora la generación de mi hija tiene una difícil labor, entender que la vida es respeto, es ser feliz, al menos ir en la búsqueda constante de la felicidad, a pesar de los momentos difíciles, sin embargo se crean/creamos, identidades para Instagram o Facebook. Una profesora me dijo el otro día que hay niñ@s que crean sus identidades en las RRSS para gustar cuando lo mejor, pensamos, es tener una identidad propia, gustes o no, pero una identidad real. Ahora tenemos amigos en Facebook que te encuentras por la calle y no saludas, o te escondes para que no te saluden…yo eso lo he visto hacer, luego decimos que somos importantes porque tenemos dos mil amigos que nos dan a 150 likes (ya no se dice Me gusta).
Estamos viviendo momentos difíciles, de adicción a televisiones y a los móviles, creando fantasías y matando sueños, mostrando nuestros cuerpos pero ocultando nuestras almas, haciendo que se duerma el corazón para que no sufra, alejando así la posibilidad de evolucionar a través de las experiencias.
Somos en esencia amor y eso lo somos aunque lo olvidemos, aunque no queramos verlo, ni reconocerlo.
A veces es difícil mirar de frente a la vida pero hemos de hacerlo para poder enfrentar las curvas que da, si cerramos los ojos nos saldremos de la vida… Y ser feliz, siempre, a pesar de todo, o gracias a todo…se feliz.
Sonriamos en los buenos momentos y mejor todavía, en los malos también, porque aunque no lo parezca, muchas personas están pendientes de nuestras emociones y sentimientos y a lo menor muestra de debilidad, te mostrarán que no estas solo.
Hemos de se lo que somos y mostrarnos sin máscaras, en las redes sociales, en la vida cotidiana y tratar de gustarNOS tal y como somos. Entonces gustaremos a los demás por ser lo que somos.
En la contradicción de la vida, no podemos evitar vivir en la luz y en la sombra, que no en las tinieblas, aunque a veces lo parezca. Agradezco cada experiencia vivida, sufrida y amada a pesar de que mi luz proyecte sombras porque así veo la luz en la sombra de los demás.
Muy bueno Jose! Me encanta observar el comportamiento de las personas, tanto en «vivo», como en la redes sociales y lo que observo, es tal cual lo dices.
Un placer leerte Jose, siempre dices cosas muy interesantes, y de entre todo lo que has dicho me quedo con esta frase tuya «Ahora la generación de mi hija tiene una difícil labor». Estoy muy de acuerdo, creo que la generacion de tu hija, y la de mi hijo que es más mayor tambien estará en esa dicfícil labor, muy difícil, pues aunque yo creo que la mayoria de la juevetud es buena gente, hay un porcentaje que no sabría cuantificar, que no tiene respeto a nada ni a nadie, en ese nadie incluyo a sus padres. Todos esos malos modos que vemos en la actualidad me temo que ellos, tu hija, mi hijo, etc., los veran aumentados. Tienen una labor ingente por delante. Pda: Ponerse en la piel del otro ha pasado a mejor vía, y la extinción de dicha virtud, es uno de los males de este momento que estamos viviendo Jose. Un abrazo.