GRITOS
Desam. Ferrández. Madrid, 11 de diciembre de 2021
¡Gritos, ruidos!
No me gustan los gritos.
Con los años voy aprendiendo a no gritar, a mejorar mi carácter, a tener más respeto, a no perder la calma, no discutir, quizás por eso me fijo cuando las personas gritan y me molestan enormemente esos gritos y si proceden de una persona conocida se me cae el alma al suelo.
Es cierto que cuando estamos parloteando con más personitas sin querer, vamos subiendo el tono de voz ¿por qué? Pues porque queremos ser oídos, no estamos dispuestos a no ser escuchados y elevamos el volumen para estar por encima del otro y si hay música o ruido, subimos todavía más decibelios. Como observadora, me doy cuenta de que cuando alguien grita es que quiere tener razón, o imponer su criterio.
Pues me molestan tus gritos, me duelen y creo que nadie deberíamos ser tratados a gritos y, desde luego, no quiero que se me contagie esa actitud.
¿Te gusta qué te griten? ¿Cómo te sientes cuando te gritan?
Creo que es de lo más denigrante si te gritan o te regañan en la vía pública y con más ojos atentos, en esa etapa de la vida en donde las canas forman parte de tu atuendo. Nadie merece ser gritado y menos dirigido como si fuera un niño que no sabe lo que tiene que hacer. No me mangonees a tu antojo y no me grites porque sea la única manera que tienes de dirigir una actividad.
Cuando somos grandes y no hacemos lo más correcto en cualquier situación, se puede pedir con educación y cariño un cambio de actitud y desde luego el castigo está fuera de lugar totalmente.
Ponte por un momento enfrente de ti y mirate como te gritas.
Ahora imagínate por un momento en los zapatos del que estás gritando, seguro que desde ese punto entiendes su comportamiento y flexibilizarás tu parte de directora de evento.
La teoría de los espejos dice que lo que me molesta del otro es lo que debo de trabajar en mí. También me sirve para verme reflejada en él o ella, entonces posiblemente me esté gritando a mi misma. No me veo capaz de manejar una situación y me grito por no poderla dirigir como yo quiero. Somos humanos, errar es de bípedos pensantes, y corregirse es de bípedos pensantes instruidos.
Shhh, no nos chilles…
Reflexiono sobre mi pensamiento, si te chillo, dímelo para que pueda corregir mi actitud.
Gracias por hacerme ser mejor persona.