Jose Manuel Garrido

Guerras

Fotografía de www.escuderoramos.com

Me entero de la noticia fatídica que todos esperábamos pero que en el fondo no creíamos que pudiera llegar. -LA GUERRA-.

En cierto modo a todos pone en vilo y, por supuesto, a los sin techo. Aunque… no creo que necesitemos ningún refugio para que una bomba de esas tan poderosas y modernas que usan los sinvergüenzas que hemos votado durante generaciones nos metan miedo. Morir sería un desahogo para nosotros. No tenemos que preocuparnos más que por la comida que podamos encontrar, que será el único impedimento que tengamos para seguir en pie. Seguiremos con el mismo techo: <NINGUNO>.

Esa será, sin duda, la diferencia con los demás. Sin duda alguna; la otra diferencia es que nosotros estamos acostumbrados a vivir en la calle y a buscarnos la vida.
Recuerdo con la sonrisa en los labios, una noche en la que compartía los últimos pensamientos del día con un amigo, Juan Carlos, se nos acercó un hombre con cara sonrojada y nos preguntó que donde hacíamos nosotros las necesidades si nos daba un inoportuno apretón de tripas a destiempo. Nosotros nos reíamos mientras el hombre nos comentaba lo apurado que estaba. Después de darle las soluciones pertinentes marchó dándonos las gracias y lo más deprisa que pudo se alejó de «nuestro dormitorio». Ahora me río pero, en el fondo, lo que más me molesta es la pena que me da esa gente puesto que se harán, <Dios, no lo quiera>, las mil y una preguntas, que yo me hice, en su día, hace unos años, con las guerras de hoy en día, en las que físicamente no ves a tu enemigo llegar para reventarte las tripas, con esas bombas inteligentes que tienen licencia absoluta para matar a lo que pille por delante. Luego, ya sabemos la respuesta de los políticos… Son daños colaterales… Fueron fallos electrónicos, fallos de los misiles. Pero la verdad es que nadie puede cambiarlo.
»Han volado en mil pedazos un hospital»… ¿respuesta de los señoritingos?… Es que lo utilizaban para guardar -municiones de guerra-.
»Han convertido un colegio en un amasijo de escombros»… es que allí escondían a -terroristas-… y mientras tanto, las gentes se apresuran para intentar sacar algún crío con vida, clamando al cielo, pidiendo explicaciones… pidiendo venganza.
Y por otro lado, esos que pasean entre escombros, con cuidado de no mancharse mucho los zapatos, aflojándose la corbata… esos que prometen pedir explicaciones al enemigo, ante los cadáveres, ante las cámaras.
Por supuesto, los paisanos de a pie les aplaudimos… Y aún con el olor de la carne humana y la sangre podrida por todos lados, siguen paseando por las calles bombardeadas, con semblante serio y poniendo mucho interés en lo que les dicen, esperando el momento para el bonito discurso…¡Estamos consternados por lo sucedido!,¡por tanta desgracia!… … …
Y la verdad es que ellos dormirán en una buena cama, y tú quitándote el frío a tortazos, amparado y medio sepultado, entre los huecos de los escombros, buscando un lugar donde obrar.
Es ahí cuando encuentras otra diferencia… nosotros seguimos aquí, pasándolas negras y ellos en su bonito hotel, con la servidumbre atenta para que no les falte de nada y preparándose para la cena, con las autoridades del lugar.
Muy serio es lo que sabemos todos… –que hay quienes nacen con estrella y quienes lo hacen estrellados–…
Aún así, pensad, como dice esa canción………..<<RESISTIREMOS>>

JOSÉ MANUEL GARRIDO
MAYO 2024

Susurros de luz

Susurros de luz, la asociación que hace que las cosas bellas sucedan y además las cuenta.

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