Hablando de ser consciente
Mientras muevo mis dedos sobre una plancha de plástico con unos botones que llevan pintadas unos signos, en el fondo blanco de la pantalla del ordenador salen unas manchas negras con formas divertidas que forman algo que denominan palabras.
Intento ser consciente de mis pensamientos a la vez que, mecánicamente, el movimiento de mis manos dibuja un bello baile en el aire en un reducido espacio de mi habitación.
Si presto atención a mis pensamientos, dejaré de estar presente en el aquí y en el ahora, que no es otro que el movimiento de mis manos.
Si levanto la mirada hacia la pantalla, el baile de mis dedos se ralentiza y ya no estoy presente, sin embargo mis pensamientos siguen llegando a m mente como dictados por la maquina sagrada de la inspiración.
Queda dicho, queda grabado a fuego en la memoria gráfica de la vida, aunque se borre del PC y no lo pueda repetir exactamente igual, yo lo he creado efímero tal y como todo es, pequeñas percepciones del espacio tiempo generadas por una mente distraída entre el mundo etéreo de los pensamientos y el de las posibilidades de realidad.
¿qué es real lo que se escribe o lo que se piensa?
¿qué es realidad?
¿Qué nos queremos creer como tal?
Entre todo esto, a medida que hago preguntas dejo de sr consciente. Si lo que hago es escritura automática, entonces, no escribo yo, yo transcribo las ideas que intuitivamente me llegan a mi cerebro, ¿dictadas por quién?
El universo tiene la respuesta.
Yo solo puedo decir que si tienes una ligera intuición de que estoy perdiendo la cabeza, quizás sea porque estás haciendo caso a esa voz interior de la que te hablo.
Sea como sea, es hermoso sentir la consciencia plena, ya sea planchando, lavando los platos o paseando por el monte.
Cada pie, cada mano, cada órgano en su sitio, los cinco sentidos o más, puestos a disposición de las emociones.
Sentir instantes continuos formando ese devenir de hermosos presentes que nos llenan toda una vida.
Jose Mª Escudero Ramos