Lecciones de humildad

Escuderos

El otro día hablando de mi apellido, Escudero, caí en la cuenta de que los escuderos hemos nacido para servir a un señor, pero también que somos los que damos seguridad, estabilidad y equilibrio y en algún caso, hasta hemos llegado a ser Reyes.

Don Quijote tenía siempre a su lado a Sancho, el que le hacía poner los pies en la tierra, le atendía cuando los gigantes le dejaban postrado en el suelo, Sancho, escudero, conexión “tierra” de la ingeniosa mente de un caballero.

Arturo, era un escudero, hijo de nobles y cuidado por un mago, un día Arturo perdió la espada de su señor y corriendo encontró la solución más rápida que pudo, arrancar a Excalibur de la piedra que la tenía prisionera. Esa era la señal para descubrir al rey, un rey que ha de servir a un pueblo, su reino, y que en este caso, fue en busca de la alquímica formula de la plenitud. Buscó el Santo Grial y se encontró a si mismo. Caballero y escudero. Mago, rey, alquimista, pensador, buscador, luchador de causas nobles, ¿quizás causas perdidas?

Susurros de luz

Susurros de luz, la asociación que hace que las cosas bellas sucedan y además las cuenta.

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