La magia de leer en voz alta de Meghan Cox Gurdon
Título: La magia de leer en voz alta. Los beneficios intelectuales y emocionales de la narrativa oral en niños y adultos.
Autora: Meghan Cox Gurdon
Nº de páginas: 312
Editorial: Urano
ISBN: 9788416720910
Año de edición: 2020
Hemos comenzado el 2021 con ganas de leer y que mejor que en voz alta. Meghan Cox Gurdon nos aporta razones convincentes para ello.
Editorial Urano publica el libro «La magia de leer en voz alta» en el que la autora nos invita a compartir nuestras voces leyendo textos entre miembros de la familia. De pronto, se nos plantea la sugerente posibilidad de apagar la televisión para compartir textos. No es ninguna mala idea, justo en un momento en el que los medios de comunicación nos influyen negativamente a través de incontables noticias negativas, desconectar ese ruidoso electrodoméstico, compartir una narrativa y continuar con una buena tertulia literaria, se nos antoja una alternativa muy positiva. Desconectar todo gadget electrónico, concentrase en los textos, las palabras, las voces de nuestros seres queridos: silencio, narración, escucha…
Meghan Cox Gurdon nos dice que «las palabras liberadas son algo maravilloso, ya que prácticamente cualquier persona las puede interpretar sin esfuerzo alguno y que en la época de Dickens, leer en voz alta en casa era un entretenimiento familiar muy común. La autora refuerza sus argumentos con testimonios como el de Abigail Williams quien escribió en The social life of books: «La gente compartía la literatura con muchos distintos fines: leían libros juntos como actividad relajante, para rendir en una labor, como diversión durante la realización de obras artesanales y como un medio para mejorar, una forma de matar el aburrimiento e incluso una actividad saludable para sustituir los beneficios de una caminata al aire libre».
Hacer una lectura con personalidad, con diferentes entonaciones, atreverse a hacer variaciones sobre la historia que se está leyendo o interrumpir la lectura para hacer preguntas sobre el contexto en el que se desarrolla la historia, son formas creativas para hacer que los escuchantes interactúen con quien lee en voz alta.
Megham nos cuenta que se generan beneficiosos acoplamientos neuronales durante la sencilla actividad de lectura en voz alta y que el narrador de historias y los oyentes se conectan a un nivel profundo en el proceso de leer y escuchar, en el momento de compartir una historia.
Nos dice que cuantas más palabras se conocen, con más facilidad reconoceremos otras nuevas por el contexto, la sintaxis y la repetición. Además cuando algo nos ocurra, podremos describirlo con más precisión: «los matices son importantes porque nos permiten estar más cerca de la verdad».
La autora comparte datos muy importantes de diversas universidades de Estados Unidos con los que da más veracidad a los beneficios que aporta al ser humano el leer en voz alta, pero nosotros nos quedamos con los hechos. Meghan Cox Gurdon cuenta casos verídicos, como el de los Marines que al ir a Irak o Afganistán no han podido compartir momentos muy especiales con sus hijos que van creciendo sin la figura de un padre o una madre que les lean cuentos antes de irse a dormir, por ello se creó una actividad en la que los padres y madres que quisieran, podían grabar unos vídeos en los que leen esos cuentos a sus hijos, para niños y niñas de cualquier edad, para luego hacérselos llegar a sus hogares. Al poder disfrutar de la escucha de la voz de esos padres ausentes, tenían un mejor desarrollo que los niños a los que no se les lee antes de dormir. El mismo proyecto se desarrolló en algunas prisiones, hombres y mujeres leían a sus hijos mientras les grababan en vídeo. Aquí el beneficio no solo era para los pequeños que escuchan los cuentos de sus progenitores ausentes, el día de la grabación de la lectura de los cuentos era tan especial para las madres que tenían un estímulo para arreglarse, pintarse, maquillarse… las hace ser mejores personas, creer en ellas y querer salir de aquello que las metió entre rejas.
Megham también cuenta que Victoria Wells, voluntaria de la Sociedad Americana para la Prevención de la Crueldad Animal, leyó libros a perros maltratados, recogidos de la calle y gracias a la terapia de la lectura en voz suave, melódica y amorosa, consiguió que muchos perros superaran los traumas con los que llegaban al refugio.
«Cuántos más les leamos (a nuestros hijos e hijas), más opiniones conocerán. Cuántas más opiniones conozcan, más imaginación tendrán. Cuánta más imaginación tengan, más criterio poseerán. Cuánto más criterio posean, de más libertad de pensamiento gozarán. Y de cuánta más libertad de pensamiento gocen, mejor». Para nosotros este argumento es lo suficientemente válido como para que deje de leer esta reseña ahora mismo y se ponga a leer libros de cuentos, ilustrados o no, o novelas, a sus hijos pero todavía hay más argumentos, igual de importantes que el anterior. Según un estudio de Avni Bavivhi de la universidad de Yale: «La participación cognitiva explica por qué las facultades relacionadas con el vocabulario, el razonamiento, la concentración y el pensamiento crítico aumentan con la exposición a los libros. Fomenta la empatía, la percepción social y la inteligencia emocional, procesos creativos que pueden alargarnos la esperanza de vida». Y si con todo esto no es suficiente, hace un poco de historia: <<Antilo, un médico romano del siglo II, recomendaba a sus pacientes recitaciones diarias como una especie de tónico beneficioso para la salud>>, como se entere algún astronauta prohíbe la lectura en hospitales.
Para terminar la reseña de este maravilloso libro queremos mencionar lo que para nosotros es una de esas píldoras de sabiduría que deberían estar en todas las bibliotecas, escuelas y casas con bebés, y que Meghan Cox Gurdon comparte. Es una frase que Anna Dewney publicaba en el Wall Street Journal el 7 de agosto de 2013: «Cuando le leemos a un niño, no solo estamos enseñándole a leer o estamos inculcándole el amor por el lenguaje, sino que además estamos haciendo algo poderosísimo a mi modo de ver que se está perdiendo en nuestra cultura: le estamos enseñando a ser humano».
“Cuando le leemos a un niño, le estamos enseñando a ser humano”
La magia de leer en voz alta de Meghan Cox Gurdon es, para quienes nos gusta leer y compartir, una obra magnífica que nos invita a crear proyectos para desarrollar tanto en residencias de mayores, casas nido, hospitales o cárceles. En la Asociación Susurros de luz ya estamos moviendo hilos para comenzar a hacerlo lo antes posible, en cuanto lo permitan las circunstancias.
Gracias, Megham, ya nos gustaba leer, ahora nos encanta leer… en voz alta.
Reseña realizada por Jose Mª Escudero Ramos
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