Ser

Lo bueno, dicen, es lo que tiene el de al lado

Lo bueno, dicen, siempre es lo que tiene el de al lado, o eso creemos cuando vivimos dentro de una sociedad tipo que se rige más por los cánones materiales que por los espirituales.

Lo cierto es que es muy difícil caer en las tentaciones diarias. Yo antes no me fijaba, pero desde que voy con mi hija en Metro y veo esos periódicos gratuitos abiertos en los que se lee una gran publicidad en la contraportada “El sexo es vida”, un día tras otro, un día tras otro, pues me da por pensar. Es verdad que el sexo tiene su punto, pero yo prefiero hacer el amor, que queréis que os diga, hay un matiz importante, además el órgano sexual más potente que hay es la cabeza, y eso no se arregla con pastillas ni operaciones, sino con bienestar emocional. Pero vivimos en la sociedad de consumo y para eso las empresas de marketing y publicidad crean necesidades. Y la industria farmacéutica, como buena industria, está enfocada a ganar dinero, no a curar enfermedades, es más, parece que las crean. Generan esas necesidades. Un tipo de sociedad estresada no va a tener sexo natural, se pagará para poder tenerlo, al final es una sociedad de consumo. Hay que consumir, no amar. Si muestras sentimientos estás hundido, jajaja…con lo sensible que estoy yo. Como vamos a entregarnos a amar libremente, si nos han inculcado todo tipo de miedos.

Un tiempo después de ésta reflexión y de intentar hacer que mi hija mirase a otro lado cuando iba en el metro, escuche a Iker Jiménez en uno de sus programas que la adicción al sexo era muy fuerte y estaba muy extendida, que las élites que controlan a la sociedad aprovechan esas adicciones para mantenernos a raya, aborregados. Buff, otra vez la historia de las corporaciones, del gobierno en la sombra, etc. Al parecer la industria del porno factura miles de millones, artículos, películas, prostitución, trata de mujeres, de menores… Caray, es impresionante. A mí me lo parece. Y sigo pensando, a mí que me gusta hacer el amor. ¿Seré raro?

Lo bueno, eso que yo deseo, es lo que tiene el de al lado, lo mío no basta, porque ya lo tengo y mi deseo es más fuerte que la “satisfacción” de poseer. Y vamos acaparando materia, productos que no usamos, y todo eso que poseemos son trozos del alma de la naturaleza, eso que no es nuestro, que no podemos poseer pero que sí podemos amar y disfrutar. Haciendo el amor constantemente, con los ojos, con los sentidos. Amando a todo lo que nos rodea, animales, fauna, flora, naturaleza, seres vivos, vida. Pues todo eso destruimos por sentir el poder de la posesión absurda. ¿Cuántos miedos tenemos que tapar con el consumo?

Si yo tengo X, y veo que mi vecino tiene Y, yo ya no me siento feliz con mi X, quiero poseer su Y, para que una vez que lo tenga, desee el Z del otro. Eso es lo que nos enseña día a día la publicidad, entra hacia nuestra mente por las pupilas inyectadas en sangre de los televidentes y nos crean insatisfacciones fácilmente alcanzables. Solo has de seguir unas pautas, esclavizarte y servir a las corporaciones. Trabajar para poder consumir cosas que no vas a poder disfrutar pero que mientras lo consigues te estresas y volvemos al principio del todo, para poder tener sexo necesitas consumir, o bien pastillas azules o lo que quieras…con lo bonito que es el Sexo tántrico, aunque yo prefiero hacer el amor, jajaja, el amor tántrico, y el cuántico, que ya te diré yo de que se trata, jajaja, pregunta, pregunta.

Me rio, me gusta reír después de hacer el amor. Es gratis, no hace falta consumir y alarga la vida, produce bienestar y si te descuidas hasta puede que sea un afrodisíaco natural. Lo voy a probar, jajaja, aunque igual me meto en un lío, jajaja.

El otro día iba en el metro, sin mi hija. Observaba la cara de las personas que tenía a mi alrededor, frente a mi había una chica guapísima, con unos ojos azules imponentes, aunque uno no sabe ya si pudieran ser lentillas, el caso es que me llamó la atención. Pensé en decirle que con esos ojos yo no tendría esa cara de pena pero no me atreví, no fuera que mi sonrisa tuviese ese efecto estimulante que estoy deseando provocar, solo por fines científicos, no creáis…!NOOO! malpensados. Todo por comprobar la teoría de la sonrisa como afrodisíaco.

Unas palabras bonitas, una mirada tierna, una caricia, un susurro y…

Mejor hablo del consumo que esto puede acabar mal, jajaja.

A mí me gusta hacer el amor, me gusta reír y hacer reír, me gusta enamorar y que me enamoren pero sin crear perjuicios, amores de sueño, utópicos, amores de una estación, de eso que te llevas puesto siempre en el alma, que te hacen sonreír pero no sufrir, de esos que nunca existieron pero que te llenaron el corazón por un eterno instante.

Hoy precisamente comentaba a una amiga, te espero con los brazos abiertos y el corazón herido, me salió la vena Sabina, jajaja, no es que me fuera del escenario por un pánico escénico, es que me salió la vena canalla, jajaja y es que como dice la canción de Leiva, puedo ser tremendamente cruel.

Yo no regalo flores, la mujer que quiera flores que las cultive, no se arrancan.

No consumo, yo regalo sonrisas, sueños y momentos únicos que duran toda la vida.

Regalo amor a raudales, porque me sobra, porque me llena amar. Amo, solamente amo. Sencillamente amo.

No soy capaz de consumir para mí, voy a las tiendas y salgo con alergia. Incapaz de gastar. Por eso yo no deseo lo que tiene mi vecino, podría desear su sonrisa, su felicidad, pero eso, lo suelen compartir gratis, como lo hago yo. No hay límite para amar, para compartir…

Yo para ser feliz quiero NADA, mirarte, disfrutar de tu mirada y soñar que el mundo se puede cambiar, aunque tengamos que apagar la tele.

No dejes que la vida te la cuenten, vívela, es mucho más bonito y hasta un buen afrodisiaco y gratuito.

¿Lo bueno es lo que tiene el de al lado? Pues yo no lo envidio.

Susurros de luz

Susurros de luz, la asociación que hace que las cosas bellas sucedan y además las cuenta.

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