Me encantaría saber escribir cuentos

Me gustaría escribir historias con moraleja, pero solo puedo escribir las moralejas, me falta creatividad para hacer cuentos chinos, zen o sufíes…o quizás sea que no me pongo, me basta con el final feliz.

Cuento partes de mi vida pero también partes de lo que me gustaría que fuese mi vida.

Cuento o invento para obligarme a tirar para adelante, me obligo a pensar en positivo y cuando una lágrima cae por mi mejilla, me queda meditar el origen de esa lágrima, si es por sufrir, ¿por qué sufro? Si es por felicidad ¿por qué me emociono?. Todo sentimiento es una ilusión y como tal es irreal, yo puedo elegir el camino del sufrimiento o de la felicidad. Sí, ya sé que en este mundo terrenal es muy difícil estar cien por cien del día feliz, incluso hay días muy grises en los que cuesta llegar a encontrar alguna razón para sonreír, pero la razón somos nosotros mismos. No debemos buscar una razón fuera de nosotros, nosotros somos la razón en sí misma.

Propongo hacer un diario de intenciones, y la primera intención es crear un diario de agradecimientos y otro de felicidad…hoy he sido feliz por…

Mi primer agradecimiento es por el regalo que me ha hecho la vida con mi hija María. Tengo que decir que me tiene muy enamorado, que es mi maestra y que me enseña día a día algo hermoso, hasta ahora he aprendido a valorar el presente, los momentos de felicidad extrema y guardarlos en el corazón eternamente; me ha enseñado a intentar solucionar los problemas, a dar mil oportunidades a la vida, a amar desinteresadamente, a luchar por lo que quiere. Me ha enseñado a amar incondicionalmente, a perdonar y a medir mis palabras. Me enseña a mantener el equilibrio, aunque sea cayéndome, a ser honesto, sincero y luchador. A ser soñador y jugar sin importar dónde ni con quien estemos.

Me ha enseñado a que la imaginación no tiene límites y que un vagón de metro puede ser un barco pirata, a que si piso las líneas de las baldosas por la calle me quedo sin píe, lo bueno es que enseguida se regenera.

He aprendido a vivir el momento, a valorar los regalos de la vida y a ser mejor persona.

Ha sacado en mi ese niño interior dormido, más bien escondido por la agresividad de la sociedad de adultos, sociedad de la que soy parte y cómplice…pero María está ahí para recordarme que aunque tengamos momentos difíciles siempre habrá lugar en nuestros corazones para creer en hadas y duendes, esos seres mágicos que te llevaran susurrando las palabras de amor que salen de mi boca recordándote…gracias María por enseñarme tanto.

Volverán esos momentos  de crear historias, de jugar tu y yo, de vivir más aventuras y quizás algún día, podamos escribirlas juntos, historias con final feliz que para eso somos nosotros las que las creamos.

Te amo, pequeña. Gracias por elegirme como padre.

Jose Mª Escudero. 30 de julio de 2015