Me faltan Gracias para agradecer
Desam. Ferrández, Asunción, Paraguay. 14 de marzo de 2019
Sólo llevo poco más de una semana en Paraguay, más concretamente en Asunción y estoy feliz, decir que es todo bonito sería quedarme parca en palabras.
Las compañeras de camino y vivencias de esta etapa son de diez puntos, me miman muchísimo.
El fin de semana pasado, aprovechando que la Fundación de ex-alumnas de la Escuela Teresiana con quienes he venido a colaborar y disfrutar de esta mi nueva etapa paraguaya, tuvieron que llevar cierto material a Cerrito, aproveché para ir con tres angelitos de excursión y fue muy, muy divertido.
El paisaje que encontramos en nuestra carretera es precioso, extensiones interminables de todos los matices de verde donde la calma se contagia nada más salir de la ciudad, alfombras infinitas de pasto fresco tras la lluvia salpicadas de tanto en tanto por palmeras junto a plantaciones de eucaliptos, pinadas y diversos árboles, muchos de ellos con hermosas flores y cerca de casas de todos los colores, huertas de mandioca…
Ranchos (estancias como les llaman aquí) con praderas enormes donde el ganado, vacas, caballos, corderos, pacen tranquilamente entre sus vallados kilométricos. También ¿cómo no?, gallos apuestos, junto a las gallinitas y sus pollitos que juegan libres sin límites, cerdos (chanchos como les llaman aquí) y otros animales de cría domestica zampan cerca del hogar.
Pájaros de todos los colores adornan los hilos de la luz y las alambradas. Al llegar a las zonas más anegadas aparece el camalote con su Jacinto morado y entre ellos diversas aves acuáticas, que cruzan sin prisa la pista al igual que las lozanas vacas. Me llama la atención un pajarillo no muy grande que por sus colores amarillo y negro se parece a una abeja.
El lema de las amigas de mis compañeras es “las amigas de mis amigas son mis amigas” y puedo dar buena fe de ello, me han acogido en sus casas y en sus mesas como si me conocieran de toda la vida y me tratan como si fuese una amiga de esas con la que pasas largas tardes de cháchara junto a un té. Aprovechan la excursión para ejercer de guía turístico local, haciéndome sentir una privilegiada.
Soy muy afortunada porque los seres con los que convivo y trabajo directamente son encantadores, eficaces, respetuosos, amables, ya sabía que la gente de Paraguay es muy amorosa y hablan muy dulce, pero es que las personitas próximas a mí me cuidan y se ocupan tanto de mí, que me paso el día dando gracias.
Millones de gracias a todos los que me rodeáis y otras tantas gracias para el universo y esa energía delicada que me tiene casi entre algodones, mimándome en un silencio que solamente rompo para decir:
Gracias
Gracias
Gracias
Gracias Desam! Nosotras también muy agradecidas con tu colaboración impagable! !!! Tu capacidad de adaptación es única! !!! Gracias por el testimonio de tu entrega generosa y solidaria!
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