Meditación Tonglen de la Compasión
Asunción, Paraguay. Desam. Ferrández, 20 de marzo de 2019
He disfrutado de un fin de semana muy tranquilo culturizándome en el arte de meditar, gracias al libro “La belleza del silencio” de Vicente Merlo
En dicho libro nombran diferentes meditaciones y una, no sé porque, acapara mi atención, se llama Tonglen y es la meditación de la compasión, en seguida busco, desde mi móvil, dicha meditación en un famoso canal de vídeos y la preparo para la práctica de la mañana siguiente.
Yo soy meditadora a etapas, quiero decir que hay temporadas que medito casi todos los días y otras estoy meses sin meditar, me dejo guiar por las necesidades de mi cuerpo. Desde luego no soy una entendida en meditaciones, más bien diría que soy bastante ignorante, sin embargo lo que espero en una meditación es sentirme bien con la práctica, aunque no siempre consiga calmar la mente.
Pues bien al despertar, a la mañana siguiente, comienzo con la meditación guiada Tonglen, que es nueva para mí. Seguramente no abre elegido la mejor meditación guiada y me ha despertado muchas dudas.
La meditación comienza haciendo que sintamos un cariño intenso, amabilidad hacia una persona próxima a nosotros, por ejemplo una madre o un hijo y para ello nos dice que revivamos esos instantes agradables. Me llama la atención que en ningún momento menciona la palabra amor.
Después nos dice que visualicemos a la misma persona enferma o pasándolo mal, para desarrollar la compasión hacia esa persona que tanto cariño hemos sentido anteriormente.
Aquí ya se me han cruzado los cables y han empezado las dudas.
¿Cómo es posible que tenga que visualizar una persona enferma, para poder realizar una meditación? Recuerdo que la persona esta sana.
Visualizar como esa persona que está sana, la tienes que imaginar en un proceso de enfermedad o de que esté pasando un mal momento y que está sufriendo, eso va en contra totalmente de cómo yo quiero ver a las personas, y menos si es una personita querida, de hecho no abogo por el sufrimiento de nadie.
Por otro lado, en otras técnicas nos dicen que si crees, creas. ¿Podría crear un malestar?, ¿si lo visualizo lo creo? Solo de pensarlo se me eriza el cabello.
Seguramente la habré sacado de contexto, pero mi incomodidad ha sido suficiente para plantearme estas preguntas:
¿Quién soy yo para extraer el sufrimiento de nadie? Imaginando que esto fuera posible, que sirviera para realizar algún tipo de sanación, creo que lo tendría que hacer la persona implicada, sabiendo lo que está haciendo y no una persona extraña.
Quizás lo podría utilizar para uso personal, en algunos de esos momentos en los que hay una emoción que sanar o una enfermedad, podría hacer el intercambio espirar esa emoción o enfermedad para sacarla y luego inspirar para llenar mi cuerpo de calma, pero visualizarlo para otra persona no lo veo viable.
Otra meditación similar que he escuchado, es para el planeta y aquí se realiza un intercambio entre la naturaleza, los árboles que generan oxigeno y nosotros, como en agradecimiento, les damos amor.
La primera meditación ya la eliminé de mi lista, aun así indagaré un poco más sobre meditaciones para la compasión, y si no me siento bien, a seguir con mi técnica je, je.
¡Gracias! me encanta aprender…aunque aprenda lo que no quiero hacer.