Miradas
Artículo escrito por Desam. Ferrández. Castellón, 11, noviembre de 2016
Después de ver este lindo vídeo, MIRADAS, que mi pareja me envió, en el cual personas conocidas y desconocidas se miran a los ojos durante 4 minutos, no pude contenerme e inmediatamente le pregunté ¿Lo hacemos? ¿Hacemos lo mismo que han hecho en este corto?
Nosotros nos miramos muchas veces a los ojos mientras hablamos, mientras nos amamos, sin embargo para aguantar la mirada y hacer lo mismo que el experimento pusimos tiempo. Cada individuo tubo su propia experiencia, aunque todos se destapan ante la mirada del otro, nosotros vimos la transparencia y el amor de ambos.
Lo que nos pareció muy curioso, y los dos coincidimos, es que si estábamos próximos solo podíamos mirar a un ojo o al otro, no podíamos mirar a los dos ojos a la vez, nunca me había dado cuenta de ese detalle.
Decidimos repetir, pero en esta ocasión nos separamos para intentar mirar a los dos ojos, nos percatamos de otra peculiaridad, puedo mirar a los dos ojos a la vez si veo toda su cara, sin embargo, se pierde intensidad, si me centro en sus dos ojos me vuelve a pasar lo mismo o miro hacia el izquierdo o miro hacia el derecho, juego con las distancias, ensayando diferentes longitudes, cuanto más me separo de su cara más pierdo la objetividad de lo deseado, más llamativo todavía, y volvemos a coincidir en opiniones de nuestras experiencias.
Si me aproximo puedo mirar sus ojos, observar que uno está más abierto que el otro, quizás hasta más profundo, soy capaz de ver el amor comprimido en un iris, sus características, cómo incluso vibra un poquito, aprecio el candor con el que me mira, como si fuera la primera vez que descansa su mirada en la mía. Me gusta su mirada franca, descarada y a la vez entrañable.
El ojo parpadea, me percato de las pestañas, cerrando y acariciando el globo ocular para su buen funcionamiento con tanta delicadeza como las suaves caricias de un ángel; quién fuera pestañas para columpiarse en su mirada cristalina…
Después de estas bellas pruebas aun hicimos otra, mirarnos a los ojos, esta vez a nosotros mismos, frente a un espejo, esta vez tampoco nos fue difícil, ya que yo a veces me hago terapia de espejo y ya lo había probado en otras ocasiones.
He de decir que los 4 minutos de miradas me parecieron pocos, se hizo ameno e interesante, es muy hermoso mirar a los ojos de la persona amada, ver todo el amor concentrado y expresado sin palabras.
Ahora me queda encontrar algún voluntario entre mis amigos para hacer el mismo experimento, ya lo iré contando seguro que tampoco tiene desperdicio y si te atreves a experimentar y quieres contarlo, aquí tienes una ventana para expresarte.
Gracias