Nacidos para servir
Una viene al mundo desnudo, frágil, buscando la protección maternal. Descubre, al poco tiempo, que se tiene que defender por sí mismo de las llamadas adversidades de la vida. Dependiendo del lado del tablero del mundo en el que ha nacido tendrá unos condicionantes u otros. Vas creciendo en una sociedad que te marca, te arrastra, te hipnotiza y hasta te puede llegar a condenar a ser lo que no quieres ser.
Pero siempre habrá un momento para un despertar, y en ese tránsito uno puede llegar a descubrir que el mundo en el que ha crecido no hay mucho que te haga feliz.
Pero un buen día se rasga la vestidura de su elegante traje de vendedor de sueños y te vuelves a quedar desnudo, como cuando llegaste a este plano terrenal.
Entonces llega el nuevo nacimiento, y es cuando se descubre…hemos nacido para servir. En el servir está la alegría, la realización del ser como luz.
En servir se encuentra el regocijo de la felicidad. Cuando se da sin esperar nada a cambio, se recibe todo el agradecimiento del mundo.
Cuando llegamos a despertar y sentimos que hemos nacido para servir es muy difícil mirar para otro lado, porque no puedes engañar a tu corazón.
Y nosotros hemos nacido para ello, por eso nos congregamos en torno a una asociación de SERVICIO, porque todos estamos para lo mismo. Aquí no hay anillos ni clases ni mejores ni peores. TODOS SERVIMOS.
No importa quien ponga más ni quien menos, ni importa la calidad, importa el corazón. Todos servimos para algo, entre nosotros, para dar amor incondicional a todo aquel que se cruce en nuestro camino.
Yo sí he nacido para servir, para ayudar y para buscar ángeles y pienso dedicar el resto de mi vida a tal menester. Y en la madre naturaleza encuentro la protección que necesito, como cuando llegué al mundo, desnudo, desprotegido, frágil, solo que ahora sí sé que es lo que quiero, servir.