Otra mañana de plenitud
Hoy ha sido uno de esos días en los que ves recompensado el esfuerzo realizado. Como cuando entrenas un maratón y llegas a meta cansado pero con una sensación de plenitud inefable.
Todo comienza a las 7:45 am. Vicente y Mauri nos donan, como cada miércoles, 200 churros para que repartamos entre los usuarios de los desayunos.
Llega Javier en su coche a buscarnos. Aparca en la puerta, cargamos muchas bolsas con ropa de abrigo, los kits de aseo, libros, bananas… nos vamos… ¡Oh! No arranca. El coche se ha quedado sin combustible, justo en la puerta de casa, un milagro pues podía haber sido peor. Pedimos un VTC pero nos da error la aplicación. Al final paramos a un taxi que amablemente nos permite cargar todo en su coche y nos lleva hasta la Casa de baños de la glorieta de Embajadores. Al llegar nos dice que no nos cobra porque quiere aportar su grano de arena a nuestra hermosa labor… y encima nos da las gracias por hacerlo. Nos emociona hasta el punto de escribir esto con los ojos humedecidos por las lágrimas que quieren brotar.
Bajamos en la glorieta y un usuario viene con una sonrisa enorme a ayudarnos a cargar las bolsas.
Había mucha gente esperándonos.
Hemos podido atender a unas 100 personas. Hoy dimos ropa además de lo que habitualmente entregamos. Pantalones de abrigo nuevos, algún jersey, jabones artesanos donados por María Jabones y Ammer Las Rozas. y también libretas y bolígrafos. Muchas personas que viven en la calle escriben, unos diarios, otros relatos… experiencias intensas.
Destacar que, gracias a la petición que hicimos la semana pasada, hemos conseguido unas botas para MariCarmen, La cara de felicidad que puso cuando las vio y se las probó. Wow, que satisfacción.
Solo podemos estar agradecidos porque gracias a vuestra generosidad podemos ser testigos en primera línea de lo mágica que es la vida.