Progreso
Yo soy lo que soy más lo que no soy.
¿Por qué me atrevo a exponer semejante afirmación?
Hace años tuve la oportunidad de leer un libro sobre Alcohólicos anónimos, cuando se curan lo primero que hacen es hablar en público y decir su nombre seguido de “y soy alcohólico”, aunque no beban más reconocen lo que son. El libro continuaba exponiendo que un abstemio no es una persona que beba poco, es una persona que nunca ha tomado alcohol, si comes un guiso que lleva alcohol, ya estás tomándolo por lo cual no se le puede considerar abstemio.
Nosotros somos lo que somos más lo que no somos, si enfocamos nuestra forma de ser en lo que somos al cien por cien diríamos, por ejemplo, que somos pacifistas, a favor de la no violencia, sin embargo en alguna ocasión nos habremos alterado y manifestado alguna idea con irá. Tenemos que trabajar en eso, si queremos llegar a ser completamente coherentes con nuestros pensamientos, deberíamos construir un nuevo yo basado tanto en lo que somos como en lo que no somos. ¿somos realmente pacifistas si nos alteramos en alguna ocasión o provocamos para que salten los que nos rodean en el día a día?
Por poner otros ejemplos si amamos la naturaleza, deberíamos cuidarla al cien por cien, aunque eso incluya cambiar muchos hábitos de conducta por el mal que puedan producir, directa o indirectamente a la naturaleza. Lo mismo si no queremos que los animales sufran…y así con un sinfín de tópicos de la vida cotidiana.
¿Qué con nuestra postura vamos en contra del progreso?
¿Y qué es el progreso?
Muchos hablarán de las bondades de la era industrial en nuestras vidas, del progreso que nos ha traído, el bienestar que nos ha proporcionado, del cambio del antes y después de esa segunda era industrial…. Nada es bueno ni malo al cien por cien. Lo que puede ser bueno para unos puede ser malo para otros.
Cada pueblo, cara región del mundo tienes sus peculiaridades.
Leí en El fin es mi principio como Terzani, un periodista italiano que viajó como corresponsal de guerra, que llegó a un país llamado Mustang, vio como la gente era feliz aunque tenía una enfermedad fácil de erradicar, pero se preguntaba, su felicidad se debía a su forma primitiva de vivir, si llegasen los médicos con vacunas en helicópteros y con sus relojes y aparatos modernos, muy posiblemente esa sociedad curaría esa enfermedad pero el progreso traería otras, además de la infelicidad. Eso mismo lo pude comprobar personalmente en 1988, durante el año que pasé en una misión católica en la península del Yucatán, los pueblos que no tenían agua corriente pero si llegaba la televisión con sus canales de noticias y sus telenovelas, empezar a comparar su calidad de vida con la que salía en la tele…eso les creaba zozobra. Hasta entonces eran felices con lo que tenían, ahora querían otras cosas, como ser más blanquitas o tener los ojos más redondeados.
Alterar el orden natural de las cosas puede producir cambios contraproducentes para el medio ambiente, el cual, nos dicen desde que somos pequeños que es muy inteligente y que antes que el mundo, se destruirá el hombre, porque para eso la naturaleza es sabia, el hombre no, aunque vayamos de sabelotodo.
Partimos de la base de que todo lo que pasa, pasa por algo y que el universo no hace nada en balde. El ser humano dispone de un libre albedrío por el que elije el camino a seguir, pero hay teorías, llamadas de la conspiración, quizás para hacer ver que los seguidores de dicha teoría estamos un poco locos, da igual… Esas teorías hablan de un grupo de poderosos que gobierna el mundo en la sombra y que nos hacen creer que vivimos en un mundo feliz, libre, por el que conseguimos una sociedad llamada del bienestar. Ese bienestar, dicen, se consigue consumiendo…mientras nos consumimos. Pero es progreso, no pasa nada.
Todo lo que digo y pienso lo hago desde el corazón, porque creo que es así, pero no quiero dar la verdad absoluta, sino la “duda metódica”. La eterna duda…las cosas no son como nos la cuentan, y nunca des una afirmación como verdad absoluta porque tendrá muchas caras. Depende en que parte del mundo estés será bueno o malo, por eso no debemos juzgar sino ponernos en la piel del otro.
Tampoco creo que por negar u ocultar las cosas vayamos a ser más felices, la felicidad y el equilibrio se consiguen siendo conscientes.
El progreso dicen que es bueno, pero ha traído, está trayendo, esclavitud y que estamos acabando con el medio ambiente.
Trabajamos, el que puede, muchas horas, muchos días, muchos meses, para conseguir píldoras de felicidad y un mes de vacaciones, el que pueda. En otros países del primer mundo tienen derecho a una semana de vacaciones por año.
En nuestro país, el dictador Franco, amado y odiado a partes iguales, consiguió unos derechos para los trabajadores que ya quisieran muchos países de gobiernos “socialistas obreros”: paga extra de verano y de navidad, un mes de vacaciones por año trabajado…no voy a entrar en más temas políticos nacionales con esto quiero relativizar las cosas, ni todo es 100 % bueno ni 100 % malo, todo depende de los ojos con lo que miremos la historia siempre con equanimidad.
EL progreso trae la belleza de disfrutar más de nuestro tiempo libre, ¿Tiempo libre?; tenemos lavadoras, lavavajillas, televisiones, tablets…todos los cacharros electrónicos que nos hacen depender de la luz y que nos comunican, sí, pero también nos aíslan.
Tenemos la necesidad de consumir alimentos y la posibilidad de hacer conservas que nos hacen enfermar, el esmalte que cubre el aluminio interior de las latas, el jabón con el que se recicla el vidrio de los tarros de conservas…no hablemos de la industria alimenticia de explotación de ganado, cerdos, cordero o gallinas. Las piscifactorías…o todo el veneno que llevan todos los mares y océanos del planeta y que consumimos cada vez que comemos pescado. Es progreso, tenemos que alimentar a 7.500 millones de personas. Sin embargo la sociedad actual hace que medio mundo sufra por falta de alimentos y la otra mitad problemas de peso por anorexia o sobrepeso…Tiramos toneladas de comida…leche, verduras…
Está muy bien consumir alimentos de todas partes del mundo todo el año en nuestras ciudades, pero la naturaleza sabia nos da naranjas e invierno y melones en verano porque la vitamina c de las naranjas y el agua del melón son necesarias en sus estaciones. Si consumimos lo que no es de la época ni de la tierra sin darnos cuenta estamos ayudando al calentamiento global que produce el cambio climático. En nuestra mano está poder evitar el empeoramiento…consumo local. Así de sencillo.
Seguro que hay sencillas soluciones para cada caso.
Hablamos de progreso y pensamos que cada vez vivimos más, pero la inmensa mayoría no tiene calidad de vida, se enferma mucho más. La diabetes está llegando a países en vías de desarrollo, cuando era un problema de países desarrollados, dicen que ciertos plásticos de las tetinas de los biberones hacen que los niños puedan generar diabetes, la vida sedentaria, la bollería industrial, la obesidad infantil, factores de riesgo…las alergias, cada vez más y no por el polen, si no producidas o aumentadas por el monóxido de carbono que respiramos. Pero ahí están la industrias farmacéuticas sacando las medicinas necesarias incluso patentando medicinas 15 años antes de que exista la enfermedad, como fue el caso de la medicina que curó la epidemia de H1N5.
El síndrome de TDHA o el niño hiperactivo, se diagnostica en cinco minutos y se le trata toda la vida con unas drogas con unos efectos secundarias atroces, peor que la cocaína….otra vez demasiada tecnología produce alteraciones, los videojuegos, la televisión….muchas gominolas, galletas y snacks tienen productos que hacen que los niños puedan estar alterados de comportamiento, sobre todo si no salen a correr a la calle y se pasan el día sentados frente a electrodomésticos que nos dominan.
Las empresas químicas…el petróleo está detrás de todo…desde algunas comidas, plásticos de los juguetes, productos de belleza, celulosa, servilletas, kleenex, rollos de cocina, papel higiénico…decía Umberto Eco que el día que los chinos descubran el papel higiénico se acabarían los bosques del planeta…pero mientras tanto en el primer mundo, en occidente, arrasamos con todo en nombre de la sociedad del bienestar. Las corrientes más ecologistas están volviendo a los pañales y compresas reutilizables de tela. Es quizás menos cómodo, pero se piensa en el planeta.
Los medios de comunicación nos hacen creer que unas energías, renovables o no, son mejores que otras, que tal persona o pensamiento es malo o bueno, aunque nos ahoguen con la bota en el cuello, aunque un político diga lo contrario siendo oposición a cuando sea parte del gobierno, si sale una amenaza contra el sistema lo dilapidan y la inmensa mayoría que vive en su zona de confort tiene miedo al cambio y juzga y crítica, sin más, porque lo dice la tele, una tele que no informa, manipula. Una televisión que enseña a nuestros hijas de 8 años a ser como niñas de 14 que quieren ser como jóvenes de 20, y que acaban haciendo que la infancia se pierda por querer ser adolescentes. Todas las etapas se adelantan sin acordarnos de que para caminar hemos tenido que gatear primero.
Es progreso vivir contaminados, comiendo veneno constantemente y respirando polución a saco. Viendo las injusticias sociales día a día sin poder hacer nada a cambio excepto dar dosis de solidaridad para poder aliviar nuestras conciencias.
Miramos las noticias y maldecimos pero he aquí que es donde empieza el somnífero…y si todo fuese diferente a como nos lo cuentan.
Ni el bienestar se consigue consumiendo ni teniendo, ni la infelicidad adelantando acontecimientos.
Luis Rojas Marcos es uno de los mejores psiquiatras que hay en la actualidad, toda su labor en NYC antes, durante y después del 11 de septiembre es impresionante. Sus libros son puro optimismo. Leerlo es pensar en lo mejor del ser humano, y vale la pena leerlo. Pero ser feliz e intentar seguir evolucionando no tiene nada que ver con examinar las corrientes llamadas conspiranoicas ni con reconocer que el progreso no es tan bueno como nos quieren hacer ver. Para mí el reconocer que haya cosas “creadas”, “promovidas” o “motivadas” por un grupo de poderosos no va reñido con el progreso.
El mundo está gobernado por las grandes industrias químicas, las farmacéuticas y los medios de comunicación. Todo gira en torno a una hipnosis colectiva basada en falsas creencias desarrolladas para que solo se opte entre dos opciones, las demás no son validas.
Podemos y debemos leer libros que nos ayuden a evolucionar, a sacar lo mejor de cada persona, de nosotros y a su vez, nosotros debemos ayudar a los demás a conseguir su evolución. ¿cómo? A veces una mirada y una sonrisa es más que suficiente. Una palabra o un ejemplo.
Vivimos en una sociedad más consciente de los problemas pero que menos hace para solucionarlos.
Si sabemos dónde estamos y vivimos coherentes con nuestros pensamientos encontraremos esa forma de felicidad de la que habla Rojas Marcos, de otra forma seremos seres grises con pequeñas píldoras de felicidad que dará algo de color a nuestra vida.
¿por qué pensar que muchas de las cosas que nos rodean nos perjudica o perjudica al planeta?
Porque situando las cosas en su justo lugar no nos autoengañaremos y podremos ayudar y ayudarnos. No olvidemos que según La Enfermedad como Camino, si no queremos ver la realidad nos podemos quedar ciegos, si no digerimos lo que pasa enfermamos del estomago, si no somos conscientes de nuestro presente, no despertamos. Sidharta vivió en un falso estado de bienestar creado por su padre hasta que se escapó de casa cuatro veces, y al salir de su burbuja se enfrentó a la enfermedad, la vejez, la soledad y la muerte, y de ahí se fue a meditar al monte. Y meditó, sin nada más que un cuenco con el que comía lo que le daban y donde bebía y fue feliz hasta alcanzar el Nirvana, con esto quiero decir que no por ocultar las cosas vamos a crear una sociedad feliz. Tenemos que despertar conciencias, crear consciencia y frenar tanto despilfarro innecesario, pero para eso hay que decir como los AA, Soy Jose Escudero y soy consumista.
Para terminar con cierta moraleja mencionaré el libro de otro psiquiatra, Víctor Frankl, El hombre en busca de sentido y parafraseándolo, espero que todas estas desgracias de autodestrucción sirvan para que el hombre encuentre su sentido… y nosotros debemos ayudar a esos hombres a que encuentren el sentido de tanta destrucción, es entonces cuando nosotros daremos el propio sentido a nuestras vidas.
No quiero expresar ni odio ni miedo, lo más importante es estar convencidos de que todo pasa por algo, de que si juzgamos nos convertimos en vez de victimas en verdugos, y que en los casos extremos es cuando el hombre sobrevive si encuentra un sentido al sufrimiento…el hombre en busca de sentido. Y a eso hemos venido no sé si a encontrar o sencillamente a dar un sentido a nuestras vidas, pero mientras lo medito, vivo el presente, disfruto e intento dar amor incondicional y cuando más me cuesta más me empeño en darlo, porque es cuando realmente hago coherente mis palabras… El sufrimiento, el despertar, la coherencia y el ejemplo…que de escribir teorías no se vive mal, pero hay que ejemplarizarlas.
Disfrutemos lo que tenemos y si lo perdemos seguro que es porque llega algo mejor. Al final, todo pasa por algo, hasta la destrucción del planeta, no dejemos de dar amor por ello, todo lo contrario, ahora es cuando más amor hace falta.
Totalmente de acuerdo Jose, buenísimo!!!