Respirar profundamente “vida” me debe de estar afectando
Pensamiento compartido por Desam, Ferrández. Asunción, 14 de junio de 2019.
Estoy leyendo “El Talismán», de Silvia Anaska, un libro apasionante del que en breve haré reseña.
La protagonista de El Talismán se va México, y sin haberlo planificado se encuentra realizando unas pruebas con chamanes modernos que le sirven de guía para encontrar el poder y el equilibrio perdidos, en uno de los ejercicios que hace ha de trabajar la figura del padre y de la madre realizando así una sanación de los bloqueos infantiles que pueda tener.
El ejercicio me gusta, llama mi atención. Lo puedo realizar in situ, solo tengo que agarrar papel y lápiz, por lo que detengo la lectura y comienzo mi propio trabajo interior sobre el padre y la madre.
Al pensar en ellos siento amor, un amor inmenso y una gratitud que no sé ni de dónde sale, ¿quiere decir que se sanaron los bloqueos infantiles?, ¿o quizás no es la forma adecuada para mí?
No lo sé, lo que pasó es pasado, en este momento no hay ningún recuerdo doloroso porque el amor lo envuelve todo, bendigo la educación que me dieron porque gracias a ella soy quien soy ahora.
Bendigo mi vida, bendigo mi instante, bendigo hasta las lágrimas de amor infinito que resbalan por un rostro afable.
No son gotas de compasión, son gemas de amor por los que me trajeron a esta vida, por los que me ayudaron sabiendo que podía ser duro, sin embargo, ellos lo dieron todo, todo es todo, para que no me faltara nada. Mi madre sigue ayudándome incondicionalmente hasta más allá de lo que necesito.
Y ahora enfrentándome a una hoja de papel, en la cual he de apuntar todo aquello que no me gustó, todo aquello que me afectó o recuerdos que me hayan creado dolor, no encuentro nada que recriminar, todo estaba previsto para mi instrucción, hay tanto amor y tanto valor que la hoja queda en blanco.
Doy gracias a mis padres y mil gracias a la familia que me acogió en su seno, que quiso mimarme sin crítica, sólo con amor.
Y aunque parezca redundante no hay otra palabra que exprese el amor, como el amor mismo.
Siento toda esta energía que agita mi alma, mi cuerpo y mis sentidos, mis manos arden, junto al resto de materia que me compone.
La forma en que vivo esos momentos de entender las cosas o las situaciones, de tener esas experiencias de comprensión, puede ser brutal o suave, esta vez ha sido de forma intensa y sofocante.
¿Has llorado alguna vez de amor? Pues esa connotación tienen mis lágrimas, son gotitas de gratitud y de comprensión.
¡Cómo te amo vida!
¡CÓMO TE AMO!