¿Somos lo que somos, lo que aparentamos, o lo que ven en nosotros?
Hablando con el titiriterapeuta Fidel Delgado, a quien entrevistamos para el segundo número de la revista IMO, me comentaba que vivimos en una sociedad que nos aleja de la esencia de lo que somos a través de siglos de manipulación a través de miedos y menospreciando nuestras capacidades. Dice, y no es el único, que todos somos dios, universo, esencia…llámalo como quieras. Yo estoy totalmente de acuerdo. Somos todos lo mismo, somos dios, no dioses, somos una misma energía, con la misma potencialidad y los mismos dones. Cada uno tiene que pasar por su plan de vida y tener sus propias experiencias y aprendizajes, dentro de nuestros niveles de consciencia podremos estar más despiertos o atentos, o tendremos que “sufrir” una seria de infortunios hasta que llegue ese momento de toma de consciencia.
Hasta ese momento sufriremos, nos sentiremos víctimas, vulnerables, experimentaremos odio o amor, que es lo mismo pero desde los polos opuestos, y buscaremos culpables. Pero llegará el día, en esta vida o en otra, en la que entenderemos que no hay culpa, ni víctima, ni verdugos, somos nosotros los que buscamos etiquetas con las que sentirnos reforzados, buscamos una identidad en base a la seguridad de ser algo y de también no ser…porque yo no quiero ser como ese que me irrita, pero quizás me irrita porque algo tengo de esa persona y lo que veo es lo que tengo que cambiar en mi.
Todos somos dios, todos somos energía de amor y de luz, aunque a veces nos vean en la sombra, ese lado oscuro del que habla saga de la Guerra de las Galaxias, gran metáfora de una espiritualidad maravillosa, la fuerza, el lado oscuro y en la que los protagonistas se enfrentan al mal de la mejor manera que saben, con amor y violencia, la dualidad del ying y el yang, como la paradoja de la vida. Te amo pero te hago sufrir, sufrimos porque de otra manera no podríamos ver el camino que hemos de seguir para nuestra propia evolución personal.
La cuestión es sufrir sin hacernos las victimas, sin emitir juicios, sin buscar culpables, sencillamente analizando el porqué pasan las cosas, porqué y de que manera nos afectan y viendo la forma en que eso que nos pasa nos puede ayudarnos a crecer, a mi me ayuda la meditación, meditación en movimiento, y el Reiki.
Para llegar a Ser algo que ya somos pero que tenemos olvidado tenemos que liberarnos de etiquetas que nos marcan y delimitan. ¿Somos aquello que creemos ser? ¿O se queda en un quiero y no puedo? ¿Somos aquello que ven en nosotros aunque intentemos ocultarlo por todo los medios? ¿somos todo y nada? ¿somos ilusión en la mente de los que nos leen o nos ven o nos sienten? ¿somos esencia de lo que creemos? ¿somos el reflejo de nuestras propias ideas condicionantes?
Somos y en el acto de existir está el hecho de evolucionar, es intrínseco en al ser humano, aunque nos quieran hacer creer que no.
Uuyy… Esto es muy interesante.
Yo también estoy de acuerdo, todos somos Dios (así, con mayúsculas, sin miedo), o como se le quiera llamar, Universo, Naturaleza, Ser supremo…. Y no sus hijos, si no, Él mismo. Y tiene que llegar el momento de tomar consciencia. Unos antes y otros después, pero todos los haremos. Según el nivel de consciencia de cada uno, en esta vida o en otra. Estamos aquí para aprender, si no aprendemos en una vida, lo haremos en otra.
He leído muchas veces que, cuando algo nos irrita (como dices tú) de otra persona, es porque eso que vemos en ella que nos molesta, lo tenemos en nosotros mismos. Y le doy muchas vueltas a esto. Porque yo no lo veo tanto así. A veces veo algo en otra persona que me molesta muchísimo y busco en mí, para ver si eso me está enseñando eso mismo que tengo que corregir. Pero por lo general no me identifico con ese «defecto» que veo en el otro y que me irrita. Y he llegado a la conclusión, que cuando la actitud del otro me molesta, lo que tengo que corregir precisamente, es eso, que me moleste. Que me haga alterarme, me enfade o me saque de quicio, porque eso me indica que no tengo la suficiente comprensión hacía él y que además su actitud es capaz de afectarme, cuando no debería de hacerlo. También quizás que no sé ponerme en su lugar y que no entiendo que todos somos distintos. Probablemente también, que no soy suficientemente tolerante. Eso que veo mal en otra persona, me enseña a mí, el punto en el que estoy espiritualmente. Y siempre aparecerán personas que nos irriten, para enseñarnos de qué carecemos todavía, como he dicho antes, falta de tolerancia, de comprensión, de amor, de bondad. No sé si me explico… El otro, es nuestro cómplice, para enseñarnos, para aprender y siempre, aprender y aprender. Para eso estamos aquí. Y al que nos irrita, e incluso nos hace mal, nos hace daño, intentar darle la vuelta a nuestros pensamientos y agradecerle, que nos enseñe lo que tenemos que aprender todavía sobre el perdón y si lo vemos así, incluso, no hay nada que perdonar.
Un saludo Jose.
Efectivamente, el prójimo es tu mejor maestro.La teoría de los espejos no siempre funciona. Lo cierto es que de todo podemos aprender, de todo.
Gracias por tus comentarios.
Besos
Hola Mª Jose y Jose
Respecto a lo que dices Mª Jose, vi una conferencia de las almas gemelas de Virginia Blanes, que dice que lo que nos disgusta del otro, eso es lo que nosotros hemos de trabajar, aunque tambien menciona que lo que nos gusta del otro tambien es nuestro, je je. No solo hay que ver la parte que nos chirria, sino tambien las demas.
Sin embargo a veces me sucede como a ti, que no soy capaz de ver en el defecto de otra persona, el mio propio, aunque creo que es mas sutil o metaforico, que identico a lo que vemos en el otro. Y si desde luego aprendemos con cualquier persona que se acreca a nosotros. Gracias
Lindos sueños
Hola Amalia y Jose.
Seguro que es así, como dices tú y así es como lo he escuchado y leído muchas veces.
Quizás en alguna ocasión, sí haya podido ver en mí, lo que me fastidia de otro. Pero en los últimos tiempos, veo más lo que comentaba. Que cuando en otro noto que algo me molesta y yo no lo veo en mí, pienso que ahí lo que él me está enseñando, es mi falta de tolerancia. De cualquier manera, yo siempre sigo preguntándome qué es, y por qué me molesta. Lo tengo yo igual? o es la falta de comprensión y tolerancia? Y siempre aprendo algo, que es lo más importante.
Un saludo Amalia.
Muchas gracias a los dos.