¿Somos pacifistas?
De un tiempo a esta parte me encuentro metido en conversaciones sobre la defensa, el ataque, el uso de la violencia…
Me hacen preguntas sobre como actuaría en un hipotético caso de violencia contra mí o algún ser querido…mi respuesta es siempre la misma, no me va a pasar además no me gusta “crearlo”. Según alguna teoría defendida entre otros por Louis L. Hay, nosotros provocamos en cierta forma que pasen las cosas. Atraemos eso que nos pasa. Puede ser así y yo no quiero atraer nada malo.
Si vivimos en una frecuencia “elevada”, por definirlo de alguna manera sería como una octava más alta que otras notas musicales, no atraeremos mal alguno y si por casualidad nos viésemos envueltos en algo aparentemente malo, yo actuaria siempre de la forma más pacifica posible. Reconozco que no estoy siendo claro con lo que escribo…”la forma más pacífica” puede implicar violencia.
Yo soy una persona pacifica, estoy en contra de la violencia por principios, aunque durante mi vida haya tenido experiencias muy violentas, hoy por hoy, todo lo que fui me hace ser como soy, y no levanto la mano ni un arma contra nadie. Todo se arregla con un abrazo, físico o energético, todo se puede arreglar con comunicación, con amor y si la cosa se pone difícil, pues cada uno por su lado, en diferentes frecuencias, felices y contentos creando armonía.
Pase lo que pase que el prójimo no haga cambiar nuestra esencia, y yo soy un ser pacifico, un espíritu libre que respeta, que ama y construye, no me gusta destruir.
Más allá de actitudes entiendo que todos somos lo mismo, el principio básico de la unicidad, por lo que me es imposible hacer daño, juzgar o criticar a otra persona. Vivo, o lo intento, siendo observador, así no debo emitir juicio contra nadie porque ese nadie resulta que soy yo.
¿Si alguien viniese con un cuchillo a hacerme daño? Como decía el guerrero pacífico, da más al que más lo necesita.
Es difícil saber cómo actuaría uno en casos de desesperación por eso es bueno basarse en estímulos positivos, sobre el perdón, el poner la otra mejilla, el saber bajar la cabeza no como rindiéndote sino como una forma de ofrecer tu sabiduría al prójimo, como el respeto que se muestran los karatecas antes del combate, “yo hoy voy a aprender de ti”. Me imagino que habrá que pasar unas fases, unos ciclos, para ir adaptándose, pero la meta es el perdón, el camino es la paz. Si no perdonas, ¿quién se queda con la carga energética negativa? ¿con la herida abierta que nunca cierra? Hasta se ùede gangrenar, nos hace enfermar.
Me lo pondrás difícil pero haré lo que en años de meditación y pensamiento he deducido era lo mejor para la humanidad, amar incondicionalmente. Con eso lo digo todo. Perdón, si hay algo que perdonar; sentir lo que siente el adversario; respetar, pues no todos somos iguales;
El otro día, creo que fue en Barcelona, mi amiga Desam y yo estuvimos regalando sonrisas por la calle, ¡nos las devolvían!. Lo hacemos muy a menudo pero nunca habíamos “actuado” juntos. Es precioso ver cómo puedes cambiar la frecuencia de otras personas con una mueca facial, que sencillo es.
Ama con la única condición de no poner condiciones. Ama y haz lo que quieras y sobre todo, agradece, agradece de todo corazón como si no hubiese mañana pues realmente no existe, existe el ahora, el aquí. ¿así como vamos a atraer algún mal?
Gracias por la consciencia del ser pacífico.
Hola Jose
Siii estuvo bien «actuar «juntos
Yo creo que el que es pacifico aun viendose en situaciones limite, como a veces nos pone la vida, siempre buscara la respuesta menos agresiva y conociendote aun pondrias la otra mejilla.
Aunque es cierto que hasta que no nos vemos en esa situacion, no sabemos con certeza cual sera nuestra actuacion, cuantas veces he actuado de forma distinta a como creia que iba a responder je je y es que la reaccion es rapida y no me da tiempo a pensar.