Somos virtuales
Texto publicado el 17 de junio en mi antiguo blog
Hace tiempo que se me viene diciendo que yo no soy en verdad como me muestro en mi blog ni en las redes sociales, y es verdad, tengo que reconocerlo. Vivimos en un mundo creado a nuestro antojo, somos capaces de crear realidades virtuales en torno a una vida virtual. Lo cierto es que a mí escribir me sirve para hacer que mis neuronas trabajen, que expresen lo que siente el corazón y poner en línea pensamientos, corazón, palabras y acciones. Parece que al escribirlo y hacerlo público uno firma un contrato con el universo para que si me desvió de mis intenciones, siempre haya alguien que te pueda decir que voy por mal camino, los hay que te lo dicen en plan bien, como hermanos, colegas, amigos, y los hay que te lo echan en cara, parece que estaban esperando verte caer para darte la patada final y dejarte tumbado en el suelo. Lo bueno es que yo nunca he dicho que soy inmortal, divino ni perfecto, sino que estoy en el camino del despertar constante y cada caída, cada fracaso, es un despertar de esa consciencia de lo que no debo hacer y afianzarme en hasta dónde quiero ir. Es todo tan hermoso, hasta esos posibles errores que uno podría cometer a lo largo de su vida. Y digo posibles porque realmente todo está bien como está, sabiendo que el universo no hace nada en balde, no hay errores, reconociendo que somos instrumentos de una maquina tan inmensa y perfecta que mi pequeño tropiezo no es más que una fórmula mágica para evolucionar yo, que soy yo y mis circunstancias. Y todos somos parte de un precioso dominó bien colocado cuya primera ficha cae y el resto va detrás, formando la belleza absoluta de la imagen preestablecida por esas maravillosas piezas que forman la humanidad, el universo, la fuente de luz más inmensa que conozco. La bella fórmula química de la perfección. La física cuántica de las múltiples posibilidades, del pensar que cada uno ve lo que ve en base a la luz que recibe el objeto o persona que mira, otra vez andamos con el juego de luces y sombras. Nosotros podríamos ser ilusiones, y en verdad no existir, o existir solo para los ojos que nos ven dependiendo de la incidencia de la luz tanto en nosotros como en los observadores. Jo, es todo tan bello sabiendo lo que sé, que aunque Sócrates dijo “que no se nada”, yo cada día estoy más convencido de que somos capaces de alcanzar la sabiduría completa del ayer, hoy y mañana que se guarda en los campos morfogenéticos, simplemente hay que saber acceder a esos campos y alcanzar la plena sabiduría de que hoy todo está bien como está. La física cuántica de la ciencia espiritual que no es otra cosa que el amor. Mientras tanto, hagámonos ver como queramos en un mundo virtual, ¿pero cuál es el real y cuál es una ilusión?
Jose Mª Escudero Ramos