Soy lo que soy
En esta etapa que estoy viviendo ahora puedo ser muy consciente de “el otro lado”. Me voy a explicar. Lo primero de todo decir que me encanta todo lo que estoy viviendo. Estoy trabajando de mensajero en bicicleta, espero a que salte un pedido en la aplicación de glovoapp y si llego antes que mis compañeros lo “pillo”, ya es mío y si soy más lento, pues el glovo ha volado. Es divertido, es como vivir en un concurso donde hay que dar al pulsador antes que tus contrincantes, el tema es que hay que ser ágil para ver el pedido y las direcciones de recogida y entrega. Yo voy en bici pero mis compañeros van en moto o coche, alguno más habrá en bici pero todavía no los conozco a todos.
He de decir que nos comunicamos por chats de Telegram. El ambiente es majo, cooperativo, agradable. Mi jefe es paciente y muy motivante, está al quite de todos los pedidos y me ayuda al instante si me ve con problemas, siempre a través de la aplicación móvil. ¡lo que avanza la tecnología!
Mi trabajo es repartir sonrisas por todo Madrid, es llevar alegría de un lugar a otro. Sonrío en la calle a los peatones, a los conductores que molesto y me adelantan con cierta actitud beligerante también. Recojo y entrego mis pedidos agradeciendo el que pueda tener la oportunidad de tener nuevas experiencias, conocer gente diferente, empatizar con sus sentimientos. Me encanta cuando los clientes a los que recojo el envío me miran con cara de sorpresa, “¿vas en bici? Bien, yo lo prefiero” … o los clientes que me reciben como a un rey mago, a un papá Noel en febrero, unos hambrientos, otros expectantes, todos contentos.
Algunos me miran de arriba abajo, otros con respeto, soy atendido por porteros y asistentas con la complicidad de que soy yo el que sirve ésta vez. Sirvo y soy feliz, sin etiquetar a nadie, a mí en todo caso, como un espíritu libre que cruza Madrid en bicicleta, repartiendo sonrisas, adquiriendo la sabiduría de la calle, el respeto del universo que me hace sentir útil.
Y en los momentos en los que he de esperar un nuevo pedido, esa suerte de concurso de a ver quien aprieta antes el pulsador, leo, leo y leo…ahora toca el tema de la gratitud, para poder escribir y compartir lo que aprenda, con mis lectores de la Revista IMO. Es leyendo como paso el tiempo, observando prmero lsas letras negras sobre fondo blanco, mis libros, o levantando la mirada y siendo consciente de mi entorno, de lo que soy, de lo que he sido y de lo que seré…un espíritu libre bicicleando por mi ciudad, porque sí, la siento mía, Mi Madrid, y de aquí a poco compondré una canción de cómo veo mi ciudad y de cómo mi ciudad me ve a mi…ahí lo dejo, escrito al viento, silbando la canción del espíritu libre en bicicleta.
Soy lo que soy, ¿qué más dará lo que haga para llegar a fin de mes en esta sociedad de consumo mientras esté dentro de la ética?
Soy un ser afortunado, vivo con mi hermano, se lo agradezco infinitamente día a tras día; no tengo un techo, tengo cientos de refugios a los que puedo ir, en los que me siento muy bienvenido, aquí, en Sevilla, en Barcelona, Granada… Mi casa es el mundo, mi profesión, SER. Vivo teniendo experiencias de amor y gratitud, de servicio y entrega. Espíritu libre…eso es lo que soy, ni más ni menos, y con mucho orgullo.
Jose Escudero Ramos
Qué bonito Jose!!!