Todavía queda verano
Va pasando el verano, periodo en el que la gran mayoría de las personas que habitan en España toman vacaciones, y se vuelve a la rutina.
Los recuerdos de mi infancia no son de vacaciones con mis padres y hermanos, mi madre solía decir que había una especie de fiebre por irse de vacaciones, pero para ella, ama de casa de las de antes, no había descanso, todo lo contrario.
Mi padre siempre estaba trabajando, no tenía posibilidad de descansar, y eso que él mismo reconocía que nadie era imprescindible. Yo le miraba admirado por todo lo que hacía dirigiendo el área de alimentación de una gran empresa, de unos grandes almacenes, pero mi padre sabía muy bien que a rey muerto, rey puesto, aun así seguía dándolo todo por la CASA, la FAMILIA era La FAMILIA. Mi padre murió por exceso de trabajo y por tristeza. La familia ya tenía nuevo rey al que seguramente nunca más le dejaron tener vacaciones.
Las vacaciones para los niños son especiales, magia pura, mientras que algunos padres están deseando que pasen para volver a la rutina. Tres meses con lo hijos parece mucho, para mí todo tiempo con mi pequeña me parece poco.
Dicen que hay un gran índice de separaciones tras pasar los matrimonios unas vacaciones juntos, es como si salir de la rutina de trabajo y enfrentarse a otra realidad matase la pasión y la vida de cada uno. Quizás de miedo enfrentarse a los silencios prolongados por no tener nada que decir, a mí me encanta estar con alguien con la que no tengo la obligación de decir nada, que estoy a gusto en silencio y lo disfruto, pero eso no es lo mismo que compartir tu vida con alguien con la que no tienes nada que compartir, nada de qué hablar.
Ahora las vacaciones son más sagradas que nunca, porque bendito el ser que tiene un trabajo, ellos son afortunados pero ¿a qué coste?. Sea cual sea el oficio hay estrés y presión.
La rutina del día a día nos baja la frecuencia. Miedos, angustias, estrés, presión, depresión.
Es bueno comenzar el ciclo que marcan los cursos escolares para crear nuevos hábitos saludables. Hagamos una reflexión sobre la vida y observemos que es lo que queremos, analicemos qué es lo que nos ha hecho feliz en verano y mantengámoslo el resto del año. A muchos de nosotros, por ejemplo, nos encanta vivir sin escuchar las noticas, vivir “desconectados”…pues atrévete a hacerlo.
El trabajo es una herramienta para poder vivir como quieres, pero ¿cómo quieres vivir?.
Todavía queda verano, créate disciplinas sanas que te mantengan en equilibrio, no que te lo hagan perder. Haz deporte, medita, toca ese instrumento que tantas ganas tienes de aprender…date tu tiempo para cantar en el coro, para leer o para escribir, para yoga, para Reiki, para vivir y para ser tú.
Es el momento de hacer de tu vida, tu vida, no la de otros.
El retorno al ciclo post vacacional no implica retomar viejos hábitos perniciosos sino construir nuevas rutinas saludables.
Vamos a crear hermosas realidades, tenemos otra oportunidad.