Un día pleno
Ayer fue uno de eso días plenos. Dejé a María en el colegio después de un intenso y maravilloso fin de semana, cogí mi bici y me puse a trabajar, a repartir “mensajes”. Entre ir a por un sobre y llevarlo a su destino me da tiempo de pensar, de meditar, de sentirme vivo. Una de las reflexiones que pude hacer fue la de que me gusta vivir al día. Vivir al día implica vivir en el aquí y en el ahora, lo que curro hoy, me lo pagan mañana. En ese vivir al día tengo que aprender a ahorrar pues hay que pagar ciertos gastos fijos al mes, la cuota de autónomos, el teléfono, etc.
Otra reflexión fue que a mi no me gusta gastar, no me gusta comprar, y en este trabajo he de comprar para otros, y eso lo veo como una terapia que me pone el universo para que trabaje el dinero, la administración de bienes, el consumo.
Otra lección, humildad y servicio, de eso ya hablé en otro post.
El otro día fui a entregar unas rosas a una joven, repartí de amor, me sentí genial al ver la cara de sorpresa de la chica, toda ella enamorada.
Tengo experiencias muy distintas, muy hermosas, de peatones que me dejan pasar antes de que ellos crucen por el paso de cebra, claro que ven la cara de esfuerzo que llevo yendo cuesta arriba y se compadecen, jajaja. Les sonrió y me devuelven la sonrisa. Me encanta.
Voy por la calle cuesta abajo gritando al universo GRACIAAAAASSSSS.
Soy así, un espíritu libre agardecido.
Reparto entradas, comida, en definitiva, alegría y alimento. De paso dejo un poco de Reiki en cada pedido que entrego, es un ejercicio de Reiki en la vida cotidiana constante. Al montar en la bici, al ir y volver, al encontrarme con un desafío o con un bello ejemplo de amor.
Aprendo a vivir de una forma minimalista, me entrego a “Confía, el universo proveerá”.
Ayer entregué una buena tanda de “mensajes”, acabé agotado pero feliz, además se me está poniendo un cuerpecito, jajaja, que para que os cuento.
Después de una jornada así seguir con una buena sesión de Reiki a un ser muy especial, uno de esos amigos que te siguen, que sabes te admira, te quiere, que está en la senda de la conciencia plena y que contactamos tan bien, pues es un privilegio. Soy afortunado. Me invitó a unas torrijas que alimentan el alma, no solo por lo deliciosas que estaban sino por el amor con que se regalaron.
Tras esa sesión, cena, escribir un rato y Reiki a distancia, como todos los lunes, organizado por mi amiga Desam, a las 11:30 de la noche, chute de energía por mi y por todos mis compañeros. Quedamos para enviarnos Reiki entre nosotros y las listas que todos los que enviamos reiki tenemos preparada con peticiones de conocidos y con los que creemos necesitan un poco de luz clarificadora, sanadora, amorosa.
Después de eso, a la cama, a descansar para poder estar a la mañana siguiente, dispuesto a darlo todo para disfrutar de un hermoso día lleno de posibilidades.
Todo un día pleno, lleno de vida, lleno de amor.