¿y si la VERDAD no fuese exclusiva de ninguna religión ni de ninguna persona?
Hace un año conocí, a través de mi buena amiga Belén, a un ser de luz, así es como lo definió mi amiga, católica por cierto. Ese ser de luz al que hacía referencia es sacerdote, también católico. Tuvimos una reunión en un café próximo a su parroquia en el fino barrio de Salamanca de Madrid.
Fue una entrevista muy enriquecedora, mi amiga tenía razón, ella y yo somos buscadores de ángeles, y nos encontramos con muchos de ellos.
Antonio, mi nuevo amigo cura, y yo, hemos tenido una vida muy parecida, años de misiones, sí católicas, yo estuve un año en Quintana Roo, México, de misionero seglar, aprendiendo y evolucionando. Allí también pude comprobar la calidad humana de muchos sacerdotes, vi muchos seres de luz, pero también vi muchas sombras, que vamos a hacer si somos, como dice el Dr. Dwyer, seres espirituales viviendo experiencias humanas.
Durante ese año de misión conocí y leí a krishnamurti, Khalil Gibrán, Ghandi, Tagore, Los Upanishads, la Torá, el Corán, el Bhagavad Gītā…
Antonio y yo estuvimos hablando, me escuchó y luego me contó un cuento muy especial…
En una aldea, todos los habitantes iban a pedir consejo a un monje que vivía en una cabaña a las afueras del pueblo. Era muy reconocido por su sabiduría. A todo lo que se le consultará respondía, “todo está bien como está”.
Una hermosa muchacha de la aldea se quedó embarazada, la joven acusó al monje de haberla forzado, todo el pueblo no dudo de su palabra y fueron coléricos a ver al monje, le zarandearon, fue agredido y le quemaron la cabaña. El solo decía: “todo está bien como está”.
Al cabo del tiempo, la joven madre, arrepentida, junto con el verdadero padre, dijeron la verdad y todo el pueblo fue a ver al monje, quien había reconstruido la cabaña, para pedirle perdón. Le preguntaron por qué no se había defendido, el monje solo respondió:
“todo está bien”, “todo está bien como está”.
Ese cuento Zen me lo contó Antonio tras una gran conversación sobre religión, espiritualidad, reiki y vida. Cuando me despedí me dijo, hagas lo que hagas, “nunca te vayas cerrando puertas”…Todo está bien, respondí.
Al cabo del tiempo me di cuenta de que esa frase zen, “todo está bien tal cual es”, la había hecho mía.
Todo está bien como está, tal y como es. ¿Quién soy yo para juzgar, la vida se trata de aceptar y dejar que fluya.
Sé que en la Asociación de Servicio Reiki hay un sacerdote asociado, que va a dar reiki a las cárceles, en la congregación de las Teresianas, hay una monja que también hace reiki. Es muy famosa la monja crisitiana Zen de Guadalajara, Ana María Schlüter. También he sabido estos días de varias sacerdotes católicos que hacen reiki.
En mis dos años de estancia en NYC, donde pude servir y aprender con la Madre Teresa de Calcuta y su hermosa congregación de las Hermanas de la caridad, conocí el mundo judío y el mundo budista muy de cerca. Desde los judío ortodoxos que viven en Queens hasta un monasterio budista en Woodstock. Conocí a un joven paquistaní del que me hice muy amigo, nos pasábamos horas hablando de religiones y de amor. Todo enriquecedor. Todo. Lo importante es abrir la mente y respetar, coger, incluso, lo mejor de cada religión y disciplina, todo sirve si te ayuda a ser mejor persona. Y eso es lo que leí en mi primer libro budista “¿de qué color es tu mente? “what color is your mind?, lo leí en inglés y no sé si está traducido al castellano. En el primer capítulo decía “no importa si eres judío, católico o musulmán, si seguir las 4 nobles verdades y el óctuple sendero de Buda te puede ayudar a ser mejor persona, adelante. No tienes por qué ser budista, vive acorde a tu religión pero ten en cuenta nuestro pensamiento.
Si el reiki te ayuda a ser mejor persona, síguelo, no tienes por qué ser maestro.
El reiki no es una secta, es una forma de vida que te aporta felicidad, amor y compasión, o por lo menos eso es para mí. O quizás mi forma de vida sea amar y el reiki es el complemento perfecto.
San Agustín decía, Ama y haz lo que quieras. Pues eso mismo.
Cuando comencé a colaborar con las Misioneras de la Caridad de Madre Teresa, me pusieron a limpiar escaleras con un barreño y con un trapo, yo no entendí por qué, yo quería ver enfermos de SIDA sufriendo, quería “ayudar” a los moribundos, pero para llegar allí me pusieron de rodillas, subiendo peldaño a peldaño, limpiando, limpiándome. Cuando entendí el ejercicio de humildad mientras bajaba la cabeza y limpiaba mi alma, entonces entendí que yo estaba allí para ser ayudado. Y agradecí. Agradecí todo lo que aprendí mientras limpiaba mi alma.
Para mi hoy la gratitud es esencial, agradecer que todo pasa por algo.
Gracias, sol, por iluminar nuestros días
Gracias, lluvia, por limpiar nuestros caminos
Y este artículo lo he escrito para contar que en la iglesia católica, como en todos los estamentos hay personas de todo tipo, y Luis Santamaría es una persona que, de la mejor manera que sabe, hace lo que hace, hace mucho daño a su iglesia y hace mucho bien a la humanidad y como escuché hace poco durante unas conferencias en el congreso de Conciencia cuántica, donde unen ciencia y espiritualidad, no se trata de ti ni de mí, se trata de la humanidad. A lo mejor no es bueno para mí, pero es bueno para la humanidad.
Amigo Luis, No vemos las cosas como son sino como somos, eso dice el Talmud hebreo. Así que te doy las GRACIAS, por hacerme ver las cosas como soy, te doy todo mi amor y me pongo a tu disposición, como dicen tus libros sagrados, “Pondré la otra mejilla” “hasta 70 veces 7” o mejor, como dice el cuento sufí, hasta que mi bien prevalezca sobre tu mal.
Podemos coger lo mejor de cada religión, de cada filosofía, hasta de la ciencia, y hablo de física cuántica, para llegar a ser mejores personas, entendiendo el equilibrio del universo, el que todo está bien y todo pasa por algo, podremos vivir sin emitir juicio alguno, viviendo como observadores, dejando fluir y aceptando que todo está bien como está.
Me acaba de llegar un texto precioso, Ningún copo de nieve cae alguna vez en el lugar equivocado:
«La persona que llega es la persona correcta»,
«Lo que sucede es la única cosa que podía haber sucedido»
«En cualquier momento que comience es el momento correcto»
«Cuando algo termina, termina»
…comparto el artículo, y no es por mí, yo ya lo he leído, es por toda la humanidad, Artículo