Jose Manuel Garrido

Museo de la Paz, Gernika Lumo

Nuestro colaborador, José Manuel Garrido ha ido de viaje por el norte con la Fundación San Juan de Dios, nos ha querido compartir su experiencia inmersiva en el Museo de la Paz, Gernika Lumo.

Una de las dependencias que tuvimos el honor de visitar en éste Museo era cómo una salita de estar de cualquier casa de aquel 26 de abril de 1937.
Aquella sala medio oscura con unas sillas y una mesa apoyada en lo que parecía un espejo.
Aquella desgarrada voz quizás alzada por última vez en ésta vida.
Aquellas luces de 125 v. se vuelven ahora intermitentes. Se apagan y aquellos estruendos de las bombas, cada vez más cercanos, hacen temblar nuestros credos.
Por último, los bombazos finales; se queda todo a oscuras… Comienza a verse una tenue luz que poco a poco ilumina lo que hay tras el espejo. Era la misma sala donde estábamos sólo que con más de metro y medio de escombros y todo el mobiliario aplastado.
Mesas, sillas, enseres y vidas segadas por 500 bombas rompedoras y unas 6000 incendiarias.
Una gran parte del museo se levanta sobre los suelos que quedaron en pie. Y sobre ellos, un enjambre de metales soportando el cristal por donde caminamos, dejando tras los pasos su sangriento pasado.
Ya lo decía mi abuela:

En una guerra civil
No hay hombres buenos,
No hay hombres malos.
Sólo hay hombres…
¡matándose entre hermanos!.

José Manuel Garrido

Noviembre 2024 

Susurros de luz

Susurros de luz, la asociación que hace que las cosas bellas sucedan y además las cuenta.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *