Conversando con...Esther Morente

Conversando con… Esther Morente


Esther Morente es artista polifacética, licenciada en Arte Dramático en la Escuela Superior de Arte Dramático de Valencia (ESAD), diplomada en la Escuela de Teatro de Mª del Mar Navarro y A. Hernández de Madrid y licenciada en Comunicación Audiovisual en Ciencias de la Información por la Universitat de València. Es guionista y directora de la película documental El Método Farrer que no nos cansaremos de recomendar y difundir.

Toda una vida dedicada a la enseñanza

Bruce comenzó a dar clase con 19 años en 1961 en el Instituto Bertfox en la pequeña localidad canadiense llamada Fort Quáppelle, no era un destino sencillo.

¿Cómo conoció la historia de Bruce Farrer?

Estaba investigando sobre las cartas que no llegan a destino, las cartas perdidas. Entonces topé con un artículo que hablaba sobre las cartas de Bruce. Indagué por la red y comprobé que tenía Facebook. Le mandé un mensaje sin mucha esperanza pero para mi sorpresa me respondió en 10 minutos. Es un hombre muy activo, muy especial. Estuvimos hablando en la distancia durante cinco años. Estuve indagando, conociendo las historias, conociendo a Bruce y a algunos de los alumnos y mientras escribía el guion.

¿Qué tipo de cartas son?

Bruce pedía como deberes que sus alumnos de 14 años escribiesen una carta de 10 páginas a ellos mismos sobre sus sentimientos adolescentes y cómo se veían en 20 años. He oído que algunos docentes han hecho algo similar, lo autentico de la tarea, como dice uno de los colegas de Bruce, es que es algo épico, el ir más allá y estar tanto tiempo realizando esta tarea, y la dedicación, es lo que la convierte en única. Estar 47 años, promoción tras promoción, casi dos mil cartas guardadas en cajas, esperar su momento para enviarlas a sus destinatarios, los alumnos y alumnas del instituto. Indiscutiblemente único.

Entre tantas historias ha tenido que ser muy difícil decidir cuáles inmortalizar en un documental

Hay historias impresionantes, yo no he querido dramatizar pero hay alguna que se merece su propio documental.

La gente te acoge bien en Canadá, se aprecia en el filme

Sí, los alumnos han sido tremendamente generosos, es importante recalcar que no son actores. Es como si a una persona de la calle le paras y le dices que te hable de sus heridas más profundas, a ver quién es el valiente que lo hace y ellos lo han hecho.

Algo que me impactó es como se preparó para su primera clase que impartirá a adolescentes. Leyendo su propio diario de cuando era adolescente

Eso es precioso. Cómo, para recordar a su yo adolescente, leyó su propio diario para ponerse en la piel de cada alumno y así ser mejor maestro. Es maravilloso Incluso como padres y como madres, también sería una herramienta de cara a la crianza, cómo entender a tus hijos acordándote de que tu también estuviste en ese lugar y transitaste, como dice Darren Peigan en el documental, por las mismas cosas. Al final, este documental va más allá de la educación, que por supuesto tiene un valor muy importante para los docentes, pero va más allá porque está hablando de temas universales, las grandes preguntas filosóficas de la humanidad, ¿Quiénes somos? ¿de dónde venimos? ¿a dónde vamos?

Y también nos enseña cómo podemos hacer más fácil la vida al prójimo

Muchas veces estamos volcados en hacer el bien a los demás pero no ha habido un trabajo interior previo, el de amarte a ti mismo, ser compasivo contigo, el de aceptar tu oscuridad para ponerle luz, si no ha habido eso es imposible que aceptes la oscuridad del otro, que ames al otro y que aceptes a cada cual tal como es, con sus sombras.

Ámate más que a nada en el mundo para que puedas amar al prójimo más que a ti mismo.

Exacto, es eso.

El Método Farrer es una película con muchos mensajes, el compromiso, la coherencia de vida de Bruce.

La dedicación, la implicación y la pasión con la que hace su trabajo. Para Bruce es muy importante cumplir la palabra dada, cuando te comprometes a algo se ha de cumplir. El Método Farrer se resume en tres palabras: dedicación, constancia y compromiso con sus alumnos.

Y el aprender de los errores. El primer año cometió un error y eso le hizo comprometerse a algo más grande

Cierto, el primer año devolvió las cartas para que las guardase cada alumno pero hubo problemas, un alumno la perdió; otra alumna se enfado porque su hermano leyó la carta. Son cartas muy íntimas en las que se reflejan muchos sentimientos de la adolescencia. Al comprobar que su proyecto no era perfecto, se comprometió a hacer llegar las cartas a sus destinatarios 20 años después. Adquirió esta responsabilidad sin saber que repercusión iba a tener y mucho menos imaginar que su historia iba a acabar en un documental en España.

La narración, tal y como se cuenta la historia, es una delicia y la historia se narra como un cuento. A lo largo del film hay detalles que no deben pasar desapercibidos

Cuando Bruce escribe en la pizarra los deberes Escribe una «Carta a ti mismo», la voz en off dice: «es ahí cuando desperté». Al final de la película sorprende al conocer quién despertó.

Es sensacional. No hay que despistarse ni un segundo porque esas perlas se dan a lo largo de todo el documental. Uno acaba sintiendo el amor de la historia a través de la Voz en Off

Se podía contar la historia de una forma más convencional o más realista, con un tono más impactante. Se pueden contar las historias de mil maneras pero vi claro que era una historia para contar como un cuento, cosa que como espectadora de documentales nunca había visto antes. Quería hacer un documental en tono película tipo Amélie o Big Fish. Es cierto que lo veía arriesgado pero creo que en lo artístico hay que tomar riesgos y uno tiene que seguir lo que la intuición le dice. Lo intuí así, lo hice pensando que habría gente que conectaría con esto y otra gente que no. Me ha sorprendido mucho lo bien que ha conectado el público. Mi mundo interior, quizás porque yo sea tremendamente soñadora, conecta con muchísima gente.

Estamos deseando soñar y conectar con este tipo de historias y de personas que aportan tantos valores. Genera esperanza. ¿Es tu primer documental?

Es mi opera prima y me vino de casualidad porque cuando empecé como guionista ni me había planteado lo de la dirección. En un momento, creo que fue el productor, me dijo «bueno, lo vas a dirigir tú. Nadie mejor que tú que has parido la historia». En ese momento pensé que podría ser factible. Tenía tan claro las ideas, las imágenes, el tono que le quería dar. Llegué a tener una gran complicidad con los alumnos y con Bruce, que es casi como amistad después de cinco años de conversación. Y me veía capaz y me lancé. Ha sido todo un desafío. Irse a miles de kilómetros, a Canadá, pero ha remado todo tan a favor que me he dado cuenta que la dirección me encanta.

¿Qué has aprendido de este proyecto?

He aprendido que no hay límites. Algo que sucedió en mi casa, en mi despacho, donde dejé volar la imaginación de una historia que a nivel lógica y realista parecía muy complicado hacer, un documental a miles de kilómetros, en Canadá, porque eso supone un desafío muy grande y mira en lo que se ha convertido. Al principio del camino no hay límites, las cosas se irán poniendo en su lugar pero no seamos nosotros quienes pongamos esos límites.

¿Ha podido Bruce ver el filme?

Sí, vino a la proyección en el Festival Docs Valencia. Acabó muy emocionado, a sus 81 años llorando como un niño, sintiendo la ovación y el reconocimiento del público. Sorprendido por ver hasta donde ha llegado su trabajo de maestro.

¿Cuál es el público de El Método Farrer?

Todo el mundo porque habla de temas universales como la identidad, la memoria y las expectativas del ser humano. Es interesante para los docentes para que puedan adaptar esta metodología a sus clases. Pero también los adolescentes deberían verla. Muchos docentes me han mostrado interés en ver la película en las aulas, hay muchas iniciativas educación-cine. Para el alumnado puede ser importante que se den cuenta de que lo que sienten como adolescentes lo han sentido otras generaciones y en otras partes del mundo.

Si no somos docentes ¿Por qué deberíamos ver El Método Farrer?

Creo que es un documental necesario para la sociedad porque dentro de tanto mensaje negativo, violento, de división, de miedo, necesitamos re-conectar y expresar, y lo intentamos de muchas formas, algunas equivocadas, mediante drogas, estímulos externos, comidas… esa insatisfacción se puede tapar de muchas formas. El anhelo de conectar, de volver a casa, de conectar con tu esencia, eso está en todos y es el sentido de la vida, el dar amor. Es nuestra esencia. Somos seres dedicados a dar amor, por eso debemos conectar con nuestra esencia más pura, con lo que nos apasiona, con el corazón. No es un mensaje ñoño, más bien es un mensaje valiente y poderoso. Nuestra identidad es así y hay que descubrirnos.

¿Cuándo comenzamos a despistarnos? Como dice el titiriterapéuta Fidel Delgado, en muchas ocasiones buscamos nuestra esencia en colonias y perfumes en lugar de en nuestro interior

Eso no es la esencia, eso es el ego.

Fíjate, Ego es otro nombre de colonia, nos desvían la atención de lo esencial, la esencia

En un mundo que nos empuja a desconectar, es difícil encontrar la esencia pero en verdad es más sencillo, se trata de estar en silencio y ese eres tú.

Silencio en una sociedad ruidosa

Yo veo fundamental la meditación, para mí es un acto fundamental para reencontrarte, para el autoconocimiento, para entenderte, autoanalizarte, para ver de dónde viene cada sufrimiento. Al final, tenemos que tener esa mirada compasiva que se dice en el documental, una mirada compasiva con nosotros mismos. Somos niños que estamos aprendiendo a volver a casa.

Por eso nos quieren despistar, para que nos perdamos en el camino de regreso

Cuando uno se despista y comete errores, tenemos que mirarle de una forma compasiva porque como miras al otro es como te miras a ti. Esto es fundamental para que, como especie, seamos más amables unos con otros y podamos construir una sociedad más colaborativa, más amorosa, y no basada en la rivalidad y la competencia.

Creo que es importante que difundas historias como la de Bruce porque ya su caminar es meditativo, como trata la huerta, la escena de las zanahorias es sublime. Bruce es el ejemplo de meditar en acción y eso está al alcance de todos por eso es bueno que nos lo recuerdes

Meditar es un estado de estar en el aquí y ahora pero estamos con el foco tan fuera que necesitamos hacer una actividad que sea meditar. Si vinieran seres de otro mundo y nos vieran dirían: Ostras, necesitan hacer una actividad, el aquí y el ahora. Estar presente y consciente en el momento…

Esa visión desde fuera, muchas veces la tengo y me sorprende hacia donde hemos llegado pero creo a nivel individual, igual que las sacudidas te anclan a tierra, te hacen conectarte con el corazón, creo que una sacudida global como la que estamos viviendo ahora, es la que va a crear que nos reconectemos. Y tengo la esperanza de que en un futuro la sociedad sea mucho más consciente y mucho más amorosa y como creadora tener la oportunidad de compartir a través de un canal como es el arte y el cine, pueda difundir este mensaje de “acordaros de quienes sois”, de reconectar con vuestra esencia, de volver a casa. Es un poco como sacudir a la gente y decir, «hey, vuelve a casa, no es ahí donde te tienes que centrar». Este mensaje va muy integrado en mí desde que era pequeña.

¿Es preciso sufrir para crecer?

Desde que tenía 18 años siempre he sentido esa insatisfacción que todos sentimos. Ese runrun que no te hace estar cómoda en tu piel. El sufrimiento te lleva a la necesidad de reconectar y de aliviarlo. Me resguardé en libros espirituales y de crecimiento personal. Empecé a leer a Osho. Leer este tipo de lectura me daba mucha paz. He ido trabajando, me he mirado y he intentado responsabilizarme de cada cosa que sucede en mi vida. He dejado de apuntar con el dedo fuera, he dejado la visión de víctima. Ahora veo y entiendo que como la realidad la crea una, ves el mundo como eres. Intento primero entenderme a mí para poder entender a los demás.

Todo lo que vas aprendiendo a lo largo del camino está bien, el sufrimiento nos conecta y es parte del camino y todo es perfecto tal cual surge porque te conduce a algo mejor.

El sufrimiento es parte del camino y sin recorrer ese tramo yo no estaría aquí. ¿Tienes más proyectos en mente?

Tengo varios proyectos en desarrollo: dos largometrajes de ficción que han tenido ayudas de guion y desarrollo del IVC (Instituto valenciano de cultura), dos series documentales, una serie de ficción internacional y estoy comenzando a escribir un largo de ficción. Historias que nos invitan a reconectar, a volver a casa.

Dinos un libro que, digamos, haya tenido una influencia en tu vida

Cualquier libro de Osho, David R. Hawkins “Dejar ir” y Anthony de Mello “redescubrir la vida”.

¿Y una película que te haya marcado la vida?

Me cuesta mucho decidir… te voy a decir Amelie, ese mundo soñador, no había visto nada así hasta entonces.

Si tuvieses la posibilidad de volver al pasado y encontrarte con la pequeña Esther de 16 años, ¿Qué consejo te darías? Que además tu lo preguntas a los alumnos varias veces a lo largo de la película

Déjame que medite la respuesta un minuto… Esther, eres amor.

Pues con todo nuestro amor y gratitud, gracias, Esther, por tu tiempo y por tu arte. Seguiremos tu camino, queremos ser parte de él.

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Entrevista realizada por Jose Mª Escudero Ramos

Susurros de luz

Susurros de luz, la asociación que hace que las cosas bellas sucedan y además las cuenta.

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