Editorial Noviembre de 2024
Los cuatro elementos
Mi padre solía decirme que a lo que más temía de las fuerzas de la naturaleza, la que más arrasa, es el agua. Mi padre era de San Sebastián, y yo siempre creí que se refería a esas corrientes de agua que te empujan hacia el mar, aunque nades con todas tus fuerzas hacia la orilla. Cuando el mar tiene resaca es muy peligroso, porque te arrastra. Los remolinos que se forman en algunos puntos también te pueden ahogar sin que uno se de cuenta, ni puedas hacer nada. La fuerza del agua…
Las riadas, las lluvias torrenciales, la fuerza de la gota fría. Los ciclos, que toda la vida se han conocido como El Niño y La Niña, son muy destructivos, y cuando se gestionan mal las alertas o alarmas pueden resultar mortíferas.
La fuerza de la naturaleza y sus cuatro elementos pueden resultar muy destructivos. El elemento agua; el elemento fuego y los incendios; el elemento tierra, corrimientos de tierra, arenas movedizas, o cuando se junta la tierra y el agua y forman las capas de lodo y barro que nos ahogan solo de ver las imágenes; el elemento aire y sus tornados, huracanes, ciclones…
Cuando no se gestionan los recursos de prevención, nos ponemos en riesgo, ya se trate de un incendio o de unas lluvias.
A lo largo de la historia a cada elemento se le ha vinculado una figura divina. Según Empédocles, Zeus, Hera, Aidoneo y Nestis representaban al fuego, tierra, aire y agua. Los alquimistas descubrieron la forma de transmutar la materia en oro mezclando la materia con el quinto elemento: el Amor.
Cuando cualquiera de los 4 elementos se enfurece y hace que el planeta agua, el planeta tierra, ruga, surge lo mejor del ser humano, el quinto elemento, el amor. Cuando peor están las cosas, el ser humano saca lo mejor de sí.
Desde Susurros de luz queremos valorar el esfuerzo de todas las personas para sobrevivir, para ayudar, para servir, para sentirnos útiles, que es la manera psicológica de sobrevivir, en la distancia, a toda tragedia.
Por desgracia la necesidad de ayuda va para largo, por ello creemos que no debemos quemar todas nuestras energías en los comienzos. Ya hay muchas bellas personas en la acción de cooperar. Desde Susurros de luz apoyamos y colaboramos a nivel personal con lo que cada voluntario, voluntaria, quiera y pueda a través de las personas o asociaciones que crean oportuno. No queremos aprovechar la ocasión para ponernos medallas ni hacer postureo. No tenemos estructura para atender este tipo de tragedias pero difundimos como buenamente podemos cada acción y petición de ayuda que venga de una fuente de confianza. Si podemos, haremos cosas más adelante y a largo plazo.
La lección que personalmente he aprendido estos días es que los políticos no hacen falta para gestionar las ayudas ni para solucionar los problemas que ellos mismos crean. La ayuda humanitaria llega cuando las personas se manchan las zapatillas sin mirar el color de los cordones.
Cuando hace falta ayudar, no se miran las diferencias, solo se observa el quinto elemento brotando en todas las almas que, desgarradas, intentan recomponer el espíritu de un gran pueblo, de una gran nación, porque España es una gran nación, solidaria y sacrificada, pese a todo gobernante.
Mandamos todo nuestro amor a todas las personas afectadas por los desastres climáticos en cualquier parte de España, nuestros corazones son los vuestros.
Fuerza y solidaridad.
Jose María Escudero Ramos, fundador y editor de la revista y asociación Susurros de luz