Editorial

Editorial Enero 2025

El centro del mundo

Cada año que pasa pienso con más firmeza que nos creemos el centro del mundo y que el calendario pasa según nuestras primaveras. Luego me da por observar el globo terráqueo y otras culturas y me siento un ridículo. ¿Dónde se sitúa el oriente en el oriente? ¿Dónde señala la brújula el norte cuando se está en el norte? Perdemos el norte por ir al sur. La retórica, las palabras y las creencias nos hacen perder el rumbo.

Recuerdo la frase de Ortega y Gasset, yo soy yo y mi circunstancia. Medito. Busco en Internet diarios de otros países y leo diferentes titulares.

Yo creo mi realidad, dicen algunos pensadores. Algo que me parece muy interesante es que la creamos en base a los conocimientos y las herramientas de las que disponemos en un momento determinado y con las creencias que hemos crecido.

¿No os pasa a veces que una persona a tu lado te dice «mira ese pájaro allí en la rama», y uno mira que mira y no ve nada porque no sabe lo que tiene que ver?. Una vez que se distingue al animalillo, ya no se te escapa. Estaba ahí pero no lo podías ver porque no sabíamos qué ver.

Si nos ponemos a pensar seriamente sobre la historia, las sociedades, la cultura, las religiones, los mitos y la vida en general, nos daremos cuenta de que conocemos mucho menos de lo que creemos, ¿No estará sesgado por el paso del tiempo el conocimiento que nos ha llegado a nuestros días?. Hay tantos misterios por resolver. ¿Por qué todavía son misterios?

Hace años vi una película, cuyo título no recuerdo, sobre el 11 de septiembre de 2001, contaban historias de diferentes países, lo que cada uno vivió ese día. Ninguna trataba sobre la caída de las torres gemelas sino de la vida de diferentes personas en diversas partes del mundo, cada uno con su lucha, con sus problemas y reivindicaciones, todas ajenas a un acto terrorista. Nuestra historia no es el centro del mundo.

Si queremos aprender más acerca del prójimo, deberíamos leer el mundo entre líneas, más allá de lo aparente, y leer los titulares de todos los periódicos del mundo para tener un punto de partida por el que comenzar a dudar. Todos los medios de comunicación generalistas te van a condicionar pues, quieran o no, detrás de cada portada hay un sesgo de opinión. En España se aprecia esto muy obvio. Cada día estoy más convencido de que dudar es una de las pocas libertades que nos están dejando. Dudar de todo, de derecha e izquierda, de arriba y de abajo, de dentro y de fuera, de norte y sur. Es hora de romper toda etiqueta limitante y todo miedo a hablar con desconocidos. Es hora de caminar sin miedo en todas las direcciones y preguntar qué podemos hacer por el prójimo, sea del lugar que sea y sin que nos importen sus creencias. Seguro que encontramos algo que tenemos en común.

Es tan diferente la vida en el centro de la ciudad con respecto a la periferia, como la vida en España con respecto a cualquier otra parte del planeta. ¿Qué nos une? La maravillosa capacidad de entregarnos a los demás, y es que el ser humano se completa haciendo la vida fácil al prójimo.

Dejemos de complicarnos la vida unos a otros y preguntemos ¿Qué puedo hacer hoy por ti? Pero antes pregúntate ¿Qué puedo hacer hoy por mí? Completo la frase que Ortega y Gasset escribió en 1914, en su «Meditaciones del Quijote»: Yo soy yo y mi circunstancia, y si no la salvo a ella no me salvo yo.

¿Te animas? ¿Salvamos nuestras circunstancias?

Vive, la vida está a un paso de tu corazón.

 

Jose María Escudero Ramos, fundador y editor de la Asociación y Revista Susurros de luz

Susurros de luz

Susurros de luz, la asociación que hace que las cosas bellas sucedan y además las cuenta.

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