Mil gracias por Desam
Desam. Ferrández Doménech. Madrid, 2 de marzo de 2025
Mucho se habla del Maestro de Reiki. Podemos encontrar muchos artículos en Google y en las RRSS, sin embargo se habla poco, o nada, del alumno de Reiki. Este artículo va por ellos, como maestra quiero dar las gracias a cada uno de mis alumnos por haberme elegido. Gracias con mi corazón henchido de júbilo y con un respeto enorme ante su recorrido.
Pudiera parecer que el maestro es quien elije a los alumnos pero él solo se limita a abrir la puerta de las posibilidades cuando decide marcar una fecha en el calendario y ofertar un curso de Reiki. En ese momento se genera esa visualización sobre él mismo, para que así el alumno pueda ver y apuntarse al curso con el maestro debido.
La mayoría de las veces solo hace falta un intercambio visual para saber que quieres hacer el curso con ese maestro. Algo invisible hay que enciende una conexión para decantarse por dicho instructor.
Es una hermosa responsabilidad sentir que a pesar de ser una extraña, el alumno pone en mis manos, una maestra anónima, su energía, su cuerpo, su mente y hasta su vida.
¿Por qué digo su vida? Porque cuando uno empieza con el Reiki no solo es un curso en el que se aprende una técnica, sino que muchas veces va parejo un cambio de vida importante. El cambio está en la forma de comprender, ver y sentir la energía. E incluso la vida se puede percibir de una manera diferente a como se había experimentado hasta ese momento.
Por eso quiero dar las gracias a todas las alumnas que me han permitido iniciarlas en este camino nuevo e intenso.
Al comienzo no sabemos hasta dónde vamos a llegar. Cada alumno hará su recorrido, elegirá el camino inicial y luego cada una de las diferentes rutas para llegar hasta donde sea preciso, al ritmo que crea oportuno.
La maestra adquiere el compromiso de acompañar y responder las preguntas y dudas que surjan a cada alumna durante todo el proceso, que puede durar años- Por eso es tan maravilloso para mí ser la elegida, para que compartan sus experiencias inéditas y me hagan partícipe de sus descubrimientos y avances en el manejo de la incorpórea energía.
Yo soy una persona normal, sencilla, que no utiliza rituales ni aspavientos para hacer Reiki. Me gusta poner incienso, música suave y tener la sala acogedora, sin embargo sé que esto no va a mover más o menos energía a cuando lo hago en la calle con ruido, como lo he hecho en alguna ocasión en una plaza al aire libre, el Reiki es igual de efectivo.
Para mí es una técnica fácil, cómoda y con tanto poder que solo practicando Reiki uno se da cuenta de que tiene entre manos una herramienta perfecta para impedir una incómoda impotencia ante una situación complicada en la vida, ya que cualquier circunstancia puede recibir Reiki. Eso sí muchas veces no se solventa como el reikista desea, sino como el universo, o como lo quieras llamar, tenga a bien.
Creo que con la práctica continua llegas a entender que todo es más fácil y que nosotros mismos, a veces, hacemos las cosas más complicadas de lo que realmente son.
Retomando el inicio del artículo quiero dar gracias a todas y todos mis alumnos por haber confiado en mí durante todos estos años. Mil gracias por permitirme tocar vuestras vidas, mil gracias por depositar vuestra confianza en mis manos y mil gracias por daros la oportunidad de conocer y sentir el Reiki como energía maravillosa, intensa y a la vez sutil.
En los cursos hemos compartido momentos íntimos muy lúcidos que han hecho que el aprendizaje haya sido para ambas partes. Ha habido preguntas tan ingeniosas que nos ha invitado a instruirnos para poder contestarlas entre todos, y esto enriquece tanto al alumno como a mí. Todo eso repercute en mi vida y le da felicidad a mi corazón.
El corazón inquieto y ansioso de conocimiento nuevo hace que el alumno busque discernimiento en el Reiki. Esta técnica abre sus puertas de sabiduría al principiante y al experto a partes iguales.
Un abrazo enorme a mis queridos alumnos de Reiki.